Barcelona, tras su abultado triunfo en la Liga F, ya piensa en el duelo de semifinales de la Champions League ante Chelsea.
BARCELONA (EFE).- El Barça superó al Villarreal por 5-1 con los goles de Clàudia Pina, Alexia Putellas, Fridolina Rolfö, y dos de Salma Paralluelo, después que el combinado valenciano empató el partido después del descanso.
El combinado azulgrana, ya pensando en la ida de la semifinal de la Liga de Campeones del próximo sábado y después de más de una semana de parón internacional, presentó una alineación con varias rotaciones pero que no le impidió sellar otro triunfo en su fortín, otro que -aunque con su dosis de sufrimiento incluido- le sitúa como líder invicto de Liga F y cada vez más cerca del título.
Así, el Barça, avisó tan pronto como tuvo oportunidad de hacerlo; en los primeros compases de choque, una Carmen Carbonell salvadora apareció para evitar el primer golpe, y el Barça, en un guión tan habitual como laudable, se dispuso a dominar el partido, aunque el marcador tardó en reflejar lo mismo.
El conjunto amarillo no se escondió bajo su caparazón defensivo y estableció un bloque medio -que al final fue cediendo- pero que impidió al cuadro de Jonatan Giráldez adelantarse con rapidez en el marcador, aunque no evitó que lo hiciera.
Fue en el min.33 que, en un balón filtrado de Putellas a la espalda rival, un embrollo de piernas acabó entregándole el balón a Pina y esta, sola y a placer, batió a la meta con la tranquilidad del que lo hace todos los días.
Las locales bailaron al ritmo latino de su camiseta, que lució el logo de la artista colombiana Karol G, pero la salsa la puso el Villareal en el segundo tiempo. Las de Sara Monforte aprovecharon un balón largo para batir momentáneamente la solidez del fortín culé, fue McKenna quién, tras el centro lateral de Lucía García, empató el choque en el min.55 en una transición perfecta.
El anecdótico desajuste defensivo de las azulgranas penalizó a un Barcelona que aún tenía mucho por decir. De hecho, la alegría duró poco al ‘submarino amarillo’, Rolfö entró y besó el santo; en el min.63, la sueca se sacó un envenenado centro de la chistera que acabó traduciéndose en disparo y coronándose como el gol del encuentro, y la ventaja volvió a ser azulgrana.
Solo siete minutos después, Putellas sentenció desde el punto de penalti, infracción que el rival había cometido sobre la misma capitana, y ahí se encarriló la goleada.
Paralluelo fue la encargada de poner la guinda - por partida doble- en el pastel. En dos jugadas calcadas, aunque con ocho minutos de diferencia, la delantera anotó el cuarto y el quinto para conseguir su marca personal de 30 goles en 29 partidos. El primero, en el min. 74, fue servido en bandeja y dentro del área por Aitana Bonmatí, el segundo, asistido por la goleadora sueca, desde algo más lejos pero con la misma eficacia.
Así, el Barça afronta una semana limpia con un gran cojín de puntos en su competición fetiche para centrar sus esfuerzos en la Champions League, en la que quiere revalidar el título y para el cual dispone de espléndidas sensaciones.