BARCELONA -- Entre Brujas y Balaídos, Andrés Iniesta completó este domingo 600 partidos oficiales con la camiseta del Barcelona, redondeando la cifra con una derrota que para nada puede ocultar su trascendencia en el Camp Nou.
Llegado en edad alevín al club, en 1996, a Iniesta le dio la alternativa en el primer equipo Louis van Gaal el 29 de octubre de 2002 en un partido de Champions que el Barça venció (0-1) en Brujas.
Aquel lejano encuentro, sentenciado con un gol de Riquelme, fue la presentación del centrocampista manchego, chaval introvertido como pocos, que despidió el curso con un total de 9 encuentros y a la espera de ganarse, ya con Rijkaard, un puesto en la plantilla.
Solo por debajo de los 767 partidos con que se despidió Xavi en 2015, Iniesta nunca cerró a partir de la temporada 2004-05 el curso con menos de 42 partidos y si le costó hacerse visible en el once con Rijkaard, la llegada de Guardiola al banquillo del Barça en 2008 le convirtió en intocable.
Iniesta, conocido por muchos como Don Andrés desde que en 2010 marcó el gol con que España conquistó el Mundial en Sudáfrica, forma parte del imaginario en la mejor etapa de la historia moderna en el Barcelona.
Son los nombres de Víctor Valdés, Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta, Messi y Busquets, representantes de la cantera en el proyecto mayestático que dirigió Guardiola y en el que todos y cada uno de ellos destacó por una tarea en concreto.
Él sigue haciéndolo aún con Piqué, Busquets y Messi, cumplidos los 32 años y convertido en el faro de un Barça cuya personalidad íntima se entiende en transformación, cada vez más alejado de los principios que le inculcó el hoy entrenador del Manchester City y, más pragmático, entregado a la victoria sin necesidad de mantener ninguna filosofía innegociable.
Iniesta creció mimando el balón y alcanzó la eternidad con esa misma premisa, siendo lógico que acusara especialmente el cambio que significó la experiencia del Tata Martino y, en el plano personal, tomándose aquel año como un aprendizaje que le sirvió para encajar en el plan de Luis Enrique.
Cuatro veces campeón de la Champions, tres veces campeón del Mundo de clubs y de la Supercopa de Europa, ocho de Liga o cuatro de la Copa de España el palmarés de Andrés Iniesta, que alcanza los 32 títulos en total entre Barça y selección, explica por si mismo la trascendencia de un futbolista al que Menotti no dudó en calificar como el mejor jugador del planeta.
¿La derrota de Vigo? Un simple episodio en una novela con 600 páginas, de momento, en las que sumó 406 victorias, 115 empates y 79 derrotas.