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El empate ante Villareal puso de frente los problemas de Real Madrid

BARCELONA -- Atrapado en un laberinto, el Real Madrid frenó bruscamente en Villarreal y cedió un empate desastroso para sus intereses, trasladando al marcador la imagen deslavazada e inconexa de las últimas jornadas, cuando las victorias, tan ajustadas como en ocasiones afortunadas, ocultaron unas deficiencias que esta vez quedaron al descubierto con un empate que le dejó descolgado a 7 puntos del liderato y apenas pendiente de un pequeño milagro si quiere aspirar a dar alcance al Barça.

Tras proclamarse con suficiencia campeón del Mundo, el equipo de Solari regresó a su tristeza liguera. Y si sacó con más fortuna que juego las victorias ante Valencia, Huesca o Rayo Vallecano, el Villarreal no solo consiguió cortar la racha, sino que le puso frente al espejo de la mediocridad. Cumplió el Madrid el clásico tropezón de principios de año y se quedó congelado, sin fútbol, sin ideas, sin claridad y, lo peor atendiendo a su adn inconfundible, sin garra ni ambición.

A dos jornadas de acabar la primera vuelta de la Liga el Barcelona contempla muy a lo lejos a su gran rival, que en 17 jorndas suma un punto menos que la pasada temporada... o diez que hace dos. Si el efecto Solari pareció derretirse al ser aplastado en Eibar y recuperó parte de su ánimo con esas tres victorias engañosas consecutivas, la realidad futbolística le golpeó nuevamente para descolgarle en la pelea de un torneo que contempla, otra vez, demasiado lejos.

EN EL FILO

El espejismo del Mundial de clubs ya es solamente un recuerdo y en la Liga se instala con mayor o menor disimulo la sensación de que el Madrid está no mejor que el pasado año a estas alturas, con la fortuna de que esta vez los errores del Barça aún le han mantenido a flote... Aunque sus sensaciones futbolísticas sean incluso peores que entonces.

Cuatro puntos por encima del Betis, al que visitará el 13 de enero, el Real Madrid está en ese punto crítico que vivió en temporadas anteriores. ¿La diferencia? Entonces la dirección de Zidane y los goles de Cristiano Ronaldo convirtieron la pesadilla en éxtasis y ahora, sin ninguno de los dos en el club, existe la sospecha de que el equipo merengue no tiene suficientes argumentos para escapar del desastre.

Empeñado por su poca convicción en pelear el trono al Barça de Valverde, por debajo del Atlético de Simeone y hasta del Sevilla de Machín, al Madrid de Solari se le acaba el tiempo y ya no tiene margen para el error. No está, por supuesto, descartado para pelear por la Liga... Pero a estas alturas ya depende más de errores ajenos que de sus propios aciertos. Y ese es el peor de los escenarios en que podría verse.