El FC Barcelona llegará al Clásico como líder de la Liga. Envuelto en una tormenta institucional que amenaza el futuro de su presidente, con polémicas rodeándole en un último mes inaudito y la afición tan ocupada en señalar al palco como al césped, el equipo azulgrana se presentará el primero de marzo en el Bernabéu por delante del Real Madrid, derrotado en Valencia por el Levante y que en dos semanas se ha derrumbado de mala manera.
Si el Barça, con dificultades evidentes, había logrado en semanas anteriores responder a la presión que le trasladó el equipo merengue ganando sus partidos antes de que jugasen los azulgranas, las dos jornadas, consecutivas, que el Madrid ha jugado conociendo el resultado del Barcelona las ha cerrado en falso, empatando en el Bernabéu frente al Celta primero y cayendo en Valencia ante el Levante después.
Un punto de seis ha sumado el Madrid de Zidane en el que se entiende ya momento crítico de la temporada. Si el nueve de febrero, jornada 23, goleó en Pamplona al Osasuna (1-4) y aventajaba en tres unidades al grupo de Quique Setién, que ganó por la mínima (2-3) al Betis en Sevilla, a partir de ahí el derrumbe ha sido un hecho para el conjunto merengue, demostrándose que el fiasco de la Copa, eliminado por una Real Sociedad que asaltó (3-4) el coliseo blanco, no fue un hecho aislado.
Con apenas una victoria en los últimos cuatro partidos oficiales, ya fuera de la Copa y fuera del liderato en la Liga, el Real Madrid abre una semana que se adivina de pasión, con dos partidos quien sabe si definitorios en el Bernabéu, primero ante el Manchester City en la Champions el miércoles y después, el domingo, frente al Barça, en un Clásico que ha pasado de ser un examen final para el equipo azulgrana a convertirse en una pesadilla merengue, al que una derrota descolgaría a cinco puntos, más el goal average, respecto al campeón.