MADRID -- El Real Madrid completó su penúltimo entrenamiento antes de su regreso a la competición, el último de adaptación al estadio Alfredo Di Stéfano, donde jugará como local, tras la visita del presidente Florentino Pérez y con la ausencia de Mariano Díaz, que se suma a las bajas de Nacho y Luka Jovic para medirse al Eibar.
Zinedine Zidane trasladó el entrenamiento al estadio Alfredo Di Stéfano con el objetivo de que sus jugadores cerrasen la adaptación al que será su campo para lo que resta de Liga. No preparó un partido como el pasado sábado y fue un entrenamiento suave ante la cercanía del regreso a LaLiga Santander.
Dio ánimos a sus jugadores el presidente Florentino Pérez antes de la sesión. Por segunda vez se acercó a la ciudad deportiva de Valdebebas para estar cerca de la plantilla y el cuerpo técnico a dos días de la reanudación de la competición.
Sus palabras y saludos a jugadores dieron paso a un entrenamiento que, según informó el club, tuvo balón hasta en el calentamiento y en el que no hubo carga física.
Los ejercicios de posesión, una sesión de disparos a puerta y un partido final en un campo de reducidas dimensiones dieron forma al cuarto entrenamiento de la semana y penúltimo antes de medirse el domingo al Eibar desde las 19:30 horas. La sesión vespertina también sirvió de adaptación al horario en el que jugará el Real Madrid.
Mariano no se entrenó con el grupo y lo hizo en solitario sobre el césped del Di Stéfano. Mientras, Nacho Fernández y el serbio Jovic se ausentaron para proseguir con la recuperación de sus respectivas lesiones.
La particular pretemporada que ha completado el Real Madrid de Zidane terminará este sábado con el último entrenamiento planificado.
Los jugadores volverán a ejercitarse por la mañana, con sesión a las 11:00 horas, y el técnico atenderá a los medios de comunicación desde las 13:00 con su primera rueda de prensa telemática.