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Cartas desde Barcelona: "Gracias, Koeman"

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VIDEO: Bartomeu adelanta que Koeman será el DT del Barcelona (0:31)

#SportscenterDesdeCasa (0:31)

BARCELONA -- Ronald Koeman se marchó del Barcelona en noviembre de 1999 (era ayudante de Van Gaal) con la promesa tácita de volver algún día al Camp Nou como primer entrenador. El tren le pasó de largo en 2003 (el elegido fue Rijkaard) y después de que Sandro Rosell borrase todos los candidatos de Zubizarreta en 2013 para apostar por Martino, al fallido experimento con el Tata le sucedió Luis Enrique sin que Ronald tuviera opciones reales de ser tenido en cuenta.

Siempre mantuvo, lo proclamó sin disimulo, la ilusión de que algún día le llegaría la oportunidad... Y ésta acabó por hacerse realidad en este agosto de 2020, probablemente en el momento más delicado para el club a todos los niveles en la última década. Koeman vuelve al Barça a lo Cruyff, como salvavidas último de una directiva bombardeada desde todos los ángulos y con la misión de resucitar a un equipo moribundo, con no pocas vacas sagradas señaladas a las que deberá recuperar por la vía rápida... O mostrar la puerta de salida o un asiento en la tribuna.

Ronald Koeman, sin embargo y por encima de todo, merece no solo el crédito que tuvo hace 32 años Cruyff sino, más aún, el agradecimiento indiscutible del barcelonismo en pleno por encarar el reto en la situación actual. Cómodo e intocable en su cargo de seleccionador holandés y después de recuperarse de un infarto, aventurarse en el Barça actual no es precisamente un caramelo.

De hecho, mientras Xavi, (primer candidato de Bartomeu y que fue sondeado tanto en enero como ahora antes que él) prefirió no jugársela en un entorno tan viciado como es ahora el del Barça, Koeman ha aceptado el desafío sin despeinarse y aun sabiendo que de las elecciones a la presidencia que deben celebrarse a partir del 15 de marzo pueden provocar su salida antes de tiempo.

Contra lo que muchos puedan pensar, Ronald no viene de paso al Barcelona por más que el martes por la noche, en una entrevista radiofónica, el aspirante Víctor Font le lanzase un misil envenenado. "Aunque Koeman gane todo, no seguiría en el club con nosotros; hemos elegido a Xavi" proclamó el precandidato a las elecciones, dando cuenta de que, ya de entrada, puede considerarse que el entorno seguirá tan envenenado como siempre.

En estas condiciones aterriza Koeman en el Barça. Hace realidad el sueño deportivo de su vida y le importa entre poco y nada que antes incluso de firmar su contrato haya quien le ponga fecha de caducidad a corto plazo. Más allá de los títulos que pueda ganar o no, más allá de la recuperación de un estilo de trabajo y de la brillantez que se pueda ver en el césped, la apuesta de Tintín por el club de su corazón en la situación actual merece el agradecimiento sincero del universo azulgrana en pleno.

Si se dice que tiempos desesperados requieren medidas desesperadas, y su fichaje puede considerarse un ejemplo básico y perfecto para este dicho. La lástima, enorme, es que una leyenda indiscutible como es Koeman no pueda ser recibido con todos los honores en un Camp Nou repleto de aficionados que no olvidan que Ronald Koeman es, desde hace muchos años y por siempre, uno de los nuestros.