Lionel Messi tuvo un partido con muchos altibajos y sin mostrar la cara habitual y Barcelona lo sufrió en la derrota ante Real Madrid en El Clásico.
La actuación de Messi fue muy dispar entre el primer tiempo y el segundo y el conjunto blaugrana lo sufrió.
Tuvo gran participación en el gol del empate con un hermoso pase bombeado para que Jordi Alba pase al ataque y habilite a Ansu Fati.
Además, fue una pesadilla para Casemiro durante toda la primera mitad, obligando a que le cometa varias faltas, incluyendo una fuerte patada por la que se ganó la amarilla.
A los 23 minutos, estuvo a punto de anotar un golazo, tras dejar parado a Sergio Ramos con un gran amague, pero su remate fue detenido por Courtois.
Unos minutos más tarde, hubo una muy buena jugada que estuvo a punto de terminar en penal. Leo ingresó al área con balón dominado, pero Casemiro lo derribó, aunque justo tocó el balón primero y evitó que el árbitro o el VAR sancionen el penal.
El segundo tiempo fue muy diferente, al igual que el del Barcelona. Se lo vio enojado y reclamando bastante al árbitro, sobre todo luego de la sanción del penal que terminó en el 2-1 del Madrid vía VAR.
A los 69 habilitó de gran manera a Jordi Alba para una chance muy clara de Barcelona, salvada por Courtois y que derivó en una polémica por una mano, que no se consideró como penal.
A los 78 tuvo una chance inmejorable con un tiro libre apenas fuera del área, pero su remate fue desviado por la barrera.
Con el ingreso de Griezmann y Dembélé abandonó la posición más de ataque para iniciar desde un poco más atrás, pero siempre desde el centro.
Intentó conectar un par de veces con sus compañeros, pero no se lo vio muy fino en la segunda mitad.
La imagen de Leo cabizbajo y triste tras el tercer gol de Real Madrid, reflejan el partido del 10 y la amarilla por protestar selló una tarde gris en el Camp Nou.