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El nivel de Neymar con el PSG apunta a un cambio de actitud ¿Podrá mantenerlo?

La nueva formación 3-4-1-2 pondrá a Neymar a jugar más cerca de Messi y Kylian Mbappe, para que los recorridos del brasileño no sean tan largos

Antoine Kombouare, técnico del Nantes y ex defensa del PSG (1990-95) prácticamente lo ha visto todo en el fútbol. Sin embargo, hasta el actual estratega y exjugador activo se mostró sorprendido por lo que vio. No pudo evitar preguntar casualmente a Neymar (aunque también lo hizo un poco en broma) durante la Supercopa de Francia entre PSG y Nantes, disputada hace 10 días en Israel: "Oh, ahora también defiendes, ¿no es así?"

La pregunta hizo sonreír al delantero brasileño. De hecho, acababa de correr 30 yardas para volver a asumir una posición defensiva, ya que el PSG acababa de perder el balón y el Nantes estaba a punto de atacar. Si esto constituyó una novedad para Kombouare, también lo era para muchos espectadores.

No muy lejos de ambos, el nuevo director técnico del Paris Saint-Germain, Christophe Galtier, sonrió tras escuchar lo dicho por su colega. Si existe un nuevo Neymar (o, quizás, un Neymar más centrado, comprometido y decidido) también es gracias a él. Mejor dicho, debido a él.

Cuando Galtier y el flamante director deportivo Luis Campos llegaron a París en los meses de julio y mayo, respectivamente, se aseguraron de que Neymar entendiera que ya no era una pieza indispensable para el equipo. Campos nunca le dijo directamente que quería buscarle un nuevo club; sin embargo, el número 10 y su entorno estaban conscientes de que el PSG estaba abierto a la idea de su partida.

Se podría decir que ésta fue la alarma que necesitaba la ex figura del Barcelona. Neymar volvió cuatro días antes de sus vacaciones, reportándose en buena condición física, contrario al verano pasado cuando regresó a los entrenamientos con sobrepeso. Ha trabajado fuertemente desde inicios de julio para asegurarse de que estaría listo y en forma para asumir como nunca el inicio de temporada. Vimos señales de su renovada concentración en algunos de los partidos amistosos de pretemporada del PSG, pero nada que pudo habernos preparado para lo que vimos durante la humillación propinada al Nantes por marcador 4-0 en la Supercopa y la paliza 5-0 al Clermont en la fecha debut de la campaña de Ligue 1 (las repeticiones de ambos partidos están disponibles en Star+ sólo para Suramérica).

En pocas palabras, hemos visto al mejor Neymar. Entre goles (3), asistencias (3), categorías tales como oportunidades creadas (9) y faltas en contra (7), ha sido una fuerza indetenible. Es justo argumentar que éstos no eran los rivales más complicados para iniciar una campaña y que esta narrativa debe ser puesta a prueba en las próximas semanas. Sin embargo, todo esto nos da la sensación de que Neymar está contento otra vez, lo que es mucho más significativo que sus estadísticas.

Durante varios periodos (largos y cortos) desde su llegada a la capital francesa hace cinco años, la felicidad ha brillado por su ausencia de la vida de Neymar. Esto se debe a múltiples razones, tanto dentro como fuera de la cancha. Cumplió 30 años en febrero pasado y sirvió de anfitrión a una fiesta muchísimo menos extravagante que las anteriores; a la vez que demuestra mayor madurez y quizás, está consciente de que se inicia el capítulo final de su carrera. Corre el reloj y Neymar quiere disfrutar al máximo posible los últimos años de su trayectoria como jugador activo. Parece tener la misión, no sólo de recuperar su mejor nivel, sino también de volver a divertirse y ganar con su club y selección.

También es cierto que Neymar tiene algo por demostrar. La idea de haber sido ofrecido a grandes clubes europeos, al igual que equipos en Estados Unidos y otros destinos más exóticos, no pudo haberle causado indiferencia especialmente después de haber firmado un nuevo contrato hace apenas un año, con vigencia hasta junio de 2027. Es posible que haya sentido molestia por el hecho de que el PSG haya intentado presionar su salida. La sensación se exacerbó cuando el presidente Nasser al Khelaifi declaró sobre "el fin de la era del bling bling" dentro del club. Todos supusieron que era una indirecta destinada a Neymar.

Por ahora, parece mostrarse contento corriendo, defendiendo, luchando por la posesión del balón, pensando en los demás y siendo un jugador colectivo. Y, por supuesto, por disfrutar de su fútbol. Nunca volverá a tener la aceleración con el balón que mostraba cuando era un veinteañero, ni tampoco derrochará las hazañas regateadoras de su juventud. Sin embargo, gran parte de su talento se mantiene presente.

La llegada de Galtier ha sido esencial para esta progresión. Neymar no se sentía del todo a gusto con el ex técnico Mauricio Pochettino. Tampoco lo estaba Lionel Messi. Por el contrario, Neymar se lleva bien con Galtier. En público, el técnico ha dado las declaraciones correctas. Por ejemplo, ha afirmado que quiere mantenerlo en el plantel y que confiaría en él. Galtier sabe que el PSG es más fuerte con el mejor Neymar que sin él; sin embargo, Neymar también ha entendido que si no hace lo que el entrenador le pide, lo sentará. El PSG ya no tiene estatus ni "jugadores favoritos".

En lo táctico, la nueva formación 3-4-1-2 ha puesto a Neymar a jugar más cerca de Messi en mitad de la cancha en los dos primeros partidos oficiales del torneo, y lo mantendrá más cerca de Kylian Mbappe cuando el astro francés vuelva al equipo luego de cumplir su suspensión durante el partido contra Nantes) y se recupere de la lesión inguinal menor que le obligó a ausentarse contra Clermont.

Neymar ya no puede jugar como extremo: la selección de Brasil de Tite lo ha puesto a jugar en el centro por un buen tiempo, y un cambio de rol similar en el PSG es lo mejor que le podría ocurrir a nivel de clubes. Galtier lo reconoció, aparte de ver que Neymar está brillando. Para mantener este nivel, rendir contra equipos grandes y ayudar al PSG a alzar esa primera Champions que le ha sido tan esquiva, Neymar tendrá que mantener su óptima condición física, aparte de concentrarse en el trabajo invisible que se hace cuando no se tiene el balón. Ahora que se ha puesto en una situación tan positiva en estas primeras instancias de la temporada, sería una lástima si termina desperdiciando tantos esfuerzos.