El equipo marcha entre los cinco primeros lugares de la Ligue 1, pero hay tensión en el plantel, situación que orilló a la salida del estratega español.
El Olympique de Marsella anunció de forma oficial que el español Marcelino García Toral deja de ser entrenador del club.
La tensión que vive el equipo francés "no permite a Marcelino y a su cuerpo técnico ejercer en buenas condiciones las funciones para las que fueron contratados", indicó el club en un comunicado.
Marcelino llegó al Marsella el pasado 23 de junio en sustitución del croata Igor Tudon, que no quiso proseguir al frente del equipo tras una temporada, y solo ha dirigido siete partidos oficiales, en los que no consiguió clasificarse para la Liga de Campeones y solo cosechó dos triunfos en cinco partidos ligueros.
La salida del técnico español se daba por descontada después de que el entrenador lo anunciara a algunos jugadores y empleados del club este martes y tras no formar parte este miércoles de la expedición del Marsella que puso rumbo a Ámsterdam para jugar contra el Ajax el primer partido de la Liga Europa este jueves.
El club señaló que la salida de Marcelino, que no especifica si es una dimisión o una destitución, se produce tras la violenta reunión que los dirigentes del club, con el presidente, Pablo Longoria, a la cabeza, mantuvieron el pasado lunes con representantes de las principales asociaciones de aficionados del club con más seguimiento popular de Francia.
En la misma pidieron la dimisión de Longoria, gran valedor de Marcelino, quien ante esa presión decidió apartarse de forma temporal del puesto.
"El conjunto del club está extremadamente decepcionado por tener que afrontar la salida de un entrenador y de un cuerpo técnico (...) por motivos extradeportivos", agregó el Marsella.
El Olympique, único club francés en ganar una Champions (1993), está en plena tormenta tras el empate a cero cosechado ante su público el pasado domingo contra el Toulouse, en medio de un juego mediocre, lo que provocó una gran bronca en la grada y afianzó el divorcio con la grada.
Marcelino fue una apuesta personal de Longoria, con quien comparte una larga amistad. Ambos ya compartieron club en el Valencia. Los aficionados acusan al presidente de beneficiar a sus amigos, además de no haber tratado bien a históricos como Steve Mandanda o Dimitri Payet.
Los medios franceses indican que el director deportivo del club, el también español Javier Ribalta, prefería otro perfil de entrenador, más moderno.
La tensión ha convertido el club en un polvorín en un momento clave de la temporada, antes de su primer duelo de la Liga Europa y a pocos días del "clásico" contra el París Saint-Germain el próximo domingo en el Parque de los Príncipes.
El Olympique afrontará estas dos citas en plena crisis. Jacques Abardonado, histórico futbolista del club y miembro del cuerpo técnico de Marcelino, se sentará en el banquillo del Johan Cruyff de Amsterdam, mientras que será secundado en la labor por David Friio, actual director deportivo de la entidad.
Longoria, que ha trabajado en varios clubes, llegó a la presidencia del Marsella en enero de 2021 después de que los aficionados tomaran a la fuerza el centro den entrenamiento del club exigiendo la salida de su antecesor, Jacques-Henri Eyraud, nombrado por el propietario, el multimillonario estadounidense Frank McCourt.
En este tiempo, el club ha encadenado dos temporadas consecutivas acabar en el podio de la liga francesa, algo que no lograba el Olympique desde 2011. Sin embargo, su último gran título data de 2010, cuando venció la Liga francesa con Didier Deschamps como técnico.
El Olympique no ha tenido suerte con los banquillos, donde ha visto como de forma abrupta abandonaba el puesto el argentino Jorge Sampaoli, descontento con la política de fichajes de la dirección e Igor Tudor, lo que desembocó en el nombramiento de Marcelino, una decisión mal aceptada por la grada, que prefería un técnico de más prestigio.
La eliminación en las rondas previas de la Liga de Campeones y el mal juego del equipo han acabado por enturbiar el ambiente y colocar al Marsella al borde del precipicio.