Por cuarta ocasión consecutiva, Neymar sufrió una lesión en febrero, misma que se suma a las 10 que tiene desde que llegó al PSG en el 2017
A pocas horas de conocerse que Neymar estará un mes alejado de los terrenos de juego por su décima lesión desde que llegó al París Saint-Germain en 2017, el club ha comenzado a airear su descontento con el modo de vida de la estrella brasileña por la que pagó 222 millones de euros.
La última lesión, en el aductor izquierdo, se produjo el pasado miércoles en partido copero contra el Caen, de segunda división, apenas tres días después de haberse perdido el "clásico" del fútbol francés contra el Olympique de Marsella por una gastroenteritis tras haber celebrado su 29 cumpleaños.
El jugador abandonó el terreno de juego el pasado miércoles tras recibir una dura entrada, pero la lesión es muscular y no parece tener relación directa con el golpe recibido, estiman los especialistas citados por medios franceses.
El diario deportivo "L'Équipe" revela hoy que varios miembros del club estiman que las repetidas lesiones del jugador, que se ha perdido 64 partidos de los casi 170 que hubiera podido disputar en tres temporadas y media, están descontentos con el comportamiento fuera de los terrenos de juego del futbolista.
La falta de sueño, una alimentación poco adecuada y una hidratación defectuosa, consideran, no están en consonancia con lo que necesita un deportista de alto nivel, al tiempo que comparan su tren de vida con la de otras estrellas, como el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo.
Las lesiones son habituales a estas alturas de la temporada y, en particular, las de aductores. Es la segunda vez que se resiente en pocos meses, tras haberse perdido cuatro partidos en octubre pasado por ese mismo problema.
Sus celebraciones de cumpleaños se han convertido ya en un evento y el propio futbolista confesaba hace unos días que la fiesta forma parte de su vida.
"¿A quién no le gusta la fiesta? (...) Si me centro al cien por cien en el fútbol acabaré por explotar. La fiesta es la ocasión de relajarse, de disfrutar. Es algo a lo que nunca renunciaré", aseguró a la televisión TF1 a finales de enero.
Para el fisiólogo Jean-Bernard Fabre, la relación entre el modo de vida del jugador y sus repetidas lesiones es evidente. "Cuando te pasa una vez, puedes pensar que es mala suerte, pero es que le pasa todos los años", asegura al diario "Le Parisien".
El especialista considera que la gastroenteritis del pasado fin de semana puede tener que ver con el festejo de su cumpleaños: "Puede que tomara algo de alcohol y que la falta de sueño pueda influir en su motor muscular y los tendones. En consecuencia, se encuentra en condiciones que favorecen este tipo de cosas".
Fabre cree, además, que con el tiempo la fragilidad se acrecentará: "El periodo en el que es 'indestructible' ya ha pasado. Con la edad vas pagando todas las lagunas de la preparación y la recuperación. Llega un día en el que tu modo de vida acaba por pasarte factura".
La nueva lesión, y las dudas que ha generado en el club, se producen cuando las negociaciones para la ampliación de su contrato, que acaba en junio de 2022, parecían bien encarriladas.
El debate sobre su modo de vida se sobrepone al que abrió el propio futbolista este jueves, nada más conocerse el alcance de su lesión, cuando se consideró víctima de la dureza del fútbol francés.
"A veces me siento incómodo por mi estilo de juego, porque regateo y acabo siendo golpeado constantemente. No sé si el problema soy yo o lo que hago en el campo", aseguró en Instagram.
Justo después del partido en el que acabó lesionado, el entrenador del Caen, Pascal Dupraz, le acusó de provocar a los rivales y de simular mucho en el campo: "No voy a llorar, eso se lo dejo a Neymar".
El padre de la estrella brasileña le respondió con dureza: "Claro que tiene que llorar, porque hay entrenadores como usted, árbitros de este nivel, ligas negligentes y silenciosas".
En medio de todo ese ruido, el PSG jugará el martes frente al Camp Nou sin su jugador más determinante de los últimos meses, algo que ya parece una costumbre.
Desde su llegada a París, solo ha jugado tres partidos de octavos de final de la Liga de Campeones de seis posibles. La pasada temporada contra el Borussia de Dortmund, fue la única vez que jugó los dos y también la única en la que el PSG superó esa ronda, gracias en buena medida al brasileño.
Contra el Barcelona se perderá seguro la ida y será seria duda para la vuelta, programada para el 10 de marzo. Neymar estará dos semanas de reposo, antes de comenzar a ejercitarse en la tercera y, si todo va bien, volver con el grupo en la cuarta.
En el mejor de los casos, podría regresar para la vuelta contra el Barça, pero sin ritmo de competición, lo que obliga al PSG a afrontar la eliminatoria sin contar mucho con su estrella, como ya hizo en 2018 frente al Real Madrid y en 2019 contra el Manchester United.
En aquellas dos ocasiones, la culpa fue del quinto metatarsiano, una lesión fortuita sin relación con su modo de vida. Pero ahora, en París las dudas comienzan a surgir.