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Gerson López baja la banderola, toma un vuelo y le dice adiós al arbitraje

El árbitro asistente decide retirarse del fútbol y recuerda los inolvidables momentos que vivió al desplazarse sobre la línea de banda

CIUDAD DE GUATEMALA -- Como es de cruel el arbitraje que premia a sus protagonistas con el silencio. Si consiguen pasar desapercibidos y que no se hable de ellos después de los 90 minutos, significa que han hecho una buena presentación.

Y de esas actuaciones tuvo muchas Gerson López, quien recién ha anunciado su retiro. El árbitro asistente de Mundiales, finales regionales y Juegos Olímpicos baja la banderola, la introduce en su maleta y dice adiós a las canchas.

Gerson se despide del arbitraje en activo después de 25 años de carrera, 16 en Liga Nacional y 14 años como árbitro internacional. Se dice fácil. En definitiva, marcó una era en el referato nacional y regional.

Hijo del árbitro Miguel López y hermano de Walter y Bryan (activos) y Ever (retirado), inició cuando apenas tenía 13 años. Quería ser árbitro, pero los más experimentados de aquella época le dijeron que solo le podían dar la oportunidad como árbitro asistente por su edad.

Pensó que lo importante era estar y aceptó con la idea que más adelante seguiría los pasos de su padre. Cuando llegó la oportunidad, ya la línea de banda lo había atrapado. Decidió quedarse como asistente, “le encontré el gusto, también es una posición fundamental”, cuenta Gerson López en una charla con ESPN Digital.

Motivo del sorpresivo retiro

A sus 38 años, decide retirarse por motivos familiares. Sus hijas gemelas, Danna y Dafne, estudiarán en Estados Unidos y él las acompañara en esta nueva etapa. “Ellas me han apoyado, siempre han estado conmigo durante mi carrera y ahora es momento de que yo las apoye a ellas”. Se radicará en Estados Unidos. Desde ahí espera seguir ligado al arbitraje guatemalteco como asesor a distancia o instructor.

También tiene un proyecto en puerta. Con unos amigos están por inaugurar unas canchas en Nashville, Tennessee, y López lo que más desea es abrir una escuela de árbitros para promover nuevos talentos.

El adiós. “Fue muy difícil porque son muchos años de carrera, esperaba mi retiro en otra oportunidad, estaba esperando para tomar la decisión, pero lo analizamos con la familia y lo hago por amor a mis hijas. Ellas me necesitan en estos momentos”.

Partidos inolvidables

Juegos para jamás olvidar muchos. El partido de Jalapa ante Heredia, en el 2006, que significó su debut. Su primer Clásico, que fue su tercer partido en Liga Nacional. Las finales, que fueron muchas. “Los primeros partidos siempre estarán en mi corazón”, reconoce.

Pero, los memorables se dieron fuera de las fronteras guatemaltecas. “Los juegos del Mundial Sub-20 en 2011. El Inglaterra ante Argentina, pero nos quedamos con el Brasil contra España. También, todo el mundo quiere arbitrar un México vs Estados Unidos, el Clásico Centroamericano, entre Costa Rica y Honduras. Una final de Copa Oro”.

Eso sí, el partido que marca su carrera es la final del Mundial de Clubes, entre el Real Madrid (España) ante San Lorenzo (Argentina). “El sueño de todo árbitro es dirigir una final de Copa del Mundo y nosotros pitamos la de Clubes. Ese es el partido más importante. Subimos al podio y ahí tengo guardada la medalla”.

Varios de esos juegos memorables los trabajó con su hermano Walter. “Me llena de tanta satisfacción eso. Íbamos juntos a cada batalla, sentía uno el respaldo del otro. Gracias a Dios también tuve la oportunidad de estar con Bryan, mi hermano menor”.

Reconoce a su familia, a su hermano mayor, “que muchas veces la hizo de nuestro psicólogo”, a Carlos Batres, Hermenerito Leal, Fredy de Paz, Erick Samayoa y Nery Herrera como personas muy importantes en su carrera.

Por supuesto que no todo fue color rosa. “Siempre hay situaciones complicadas. Uno quisiera que todas las decisiones fueran acertadas, pero somos humanos y, como humanos, a veces no tomamos las mejores decisiones. Me voy a quedar con algo: nosotros tenemos que ser maduros y profesionales, entender que es parte del fútbol, así como los futbolistas cometen errores dentro de la cancha, así los cometemos nosotros”.

“Siempre hay errores. Cuando vas a un departamento y regresas, ese viaje se hace eterno porque vienes pensado ‘qué pasó, por qué no lo vi’. Pero, el fútbol está compuesto de errores. Hay que tener la capacidad para reconocerlos, aprender y trabajar para que el siguiente juego sea mejor”, reflexiona Gerson López.