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Chucky Lozano da grandes pasos fuera y dentro del campo

Le estoy dando vueltas al mundo haciendo trabajos y coberturas periodísticas desde hace (abundantemente) más de tres décadas. En ese largo periodo, desde Argentina y Chile hasta Corea y Japón, desde Italia a casi todos los países de Europa y varios de África, he visto cambiar el mundo de la organización de grandes acontecimientos deportivos, el modo de comunicarlos, la posibilidad de acceso y la relación que se logra establecer con los protagonistas.

De la época en la que por radio podía contar los pasos y describir los gestos de Maradona en las entrañas de “la bombonera” a un palmo de distancia de él, o luego de un partido importante entrar en los vestuarios para hablar con muchos de los jugadores y también al final de un entrenamiento (eran siempre “abiertos” para la prensa, salvo raras excepciones) quedarse a conversar con tal o cual jugador, o incluso durante los partidos ir a los distintos sectores de las tribunas y hacer un sondeo de los humores de la gente.

De aquellos años en los que los periodistas llamábamos por teléfono al protagonista y nos poníamos de acuerdo en dos minutos para una nota en su casa o en un bar frente a una taza de café o al final de una cena, parecen haber pasado varias “eras geológicas”.

Hoy el contacto con el protagonista es estrictamente vigilado, medido en el tiempo y determinado en las circunstancias, por la gente que se dedica a ese trabajo y que es custodia de la aplicación de los derechos que los medios pagan para poder tener ese acceso.

En Champions League, en este aspecto mucho más organizado, profesional y funcional que otros torneos locales e internacionales, solicitamos con antelación quienes quisiéramos entrevistar, pero no siempre (diría incluso: difícilmente) es posible, pues son los clubes y no la UEFA quienes eligen a los protagonistas que podrán tener contacto con la prensa. No es raro incluso ver a un jugador pidiendo permiso al encargado de prensa para hablar con tal o cual periodista.

En ese contexto y con la enorme fortuna de que en Nápoles estamos trabajando con un grupo de gente tan eficiente, cuanto amable, en el día previo a Napoli-Liverpool pudimos hacer un “enroque” y en lugar de hacer la “entrevista flash” con un jugador y el entrenador cómo nos había sido asignado, pudimos encontrar ante nuestras cámaras a Hirving Lozano.

Fue como cuando de niños cambiábamos “figuritas” (cromos) “te doy estos dos, pero dame este que me falta”.

El “Chucky” caminaba ya hacia los vestuarios, cuando el jefe de prensa del Napoli lo alcanzó para decirle de nuestra propuesta y él, con una amplia sonrisa, cambió dirección de inmediato y se dirigió hacia donde nos habían ubicado para esperarlo.

Lo encontramos como siempre, disponible, cordial, distendido, con la simplicidad, en los gestos y en las palabras, que ya le han valido el aprecio de la gente de su nuevo club.

Hablamos de sus primeros pasos en Nápoles, de cómo lo ha recibido la gente en la ciudad y sus compañeros de vestuario, de la emoción de su debut en el San Paolo y algunas cosas más. Terminada la breve entrevista, nos saludó a todos, uno por uno, y se fue a preparar para el entrenamiento.

Después, previo a la rueda prensa, ante nuestro micrófono, Jürgen Klopp, nos dio esta declaración que puede ayudar a encuadrar con más precisión, el valor futbolístico que está alcanzando Lozano: “Es un súper jugador - nos dijo el entrenador del Liverpool - Es rápido, dinámico y siempre peligroso cuando juega entrelíneas. Ha hecho muy bien el Napoli invirtiendo en un jugador como él”.

El camino del “Chucky” Lozano en su nuevo club, ha iniciado y con los mejores auspicios.