El atacatante de Guadalajara obsequió la prenda a un niño que se la pidió afuera del hotel del equipo en la Ciudad de México
La familia Albino Rojas hizo alrededor de cinco horas desde El Oro, Estado de México, para estar presentes en la serenata de Chivas previo a la vuelta de la semifinal ante Pumas, que se realizó en la explanada del hotel de concentración del Guadalajara, ubicado en el sur de la Ciudad de México.
Cerca de 15 integrantes de la familia Albino Rojas viajaron por camión y metro para llegar al inmueble a las 17:00 horas, dos horas antes de la cita para la serenata. Entre ellos, llamaba la atención Rodrigo Albino López, un niño de ocho años de edad, que cargaba un cartel con una petición para Yael Padilla, futbolista juvenil de Chivas.
"Yael Padilla, te admiro mucho. Me regalas tu playera", se leía en el letrero que cargaba Rodrigo, quien, al igual que su papá, portaba una curiosa playera de las Chivas en alusión al día de muertos, mismas que compraron en Tepito.
La familia Albino Rojas esperó paciente en la explanada de concentración. La cita de la serenata era a las 19:00 horas, pero debido a que Chivas encontró tráfico en su camino del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a su hotel, el evento se retrasó por 45 minutos.
El niño Rodrigo presenció la serenata a Chivas desde los hombros de su papá. Desde ahí, mostró su cartel en todo momento, mientras alentaba a los jugadores del Guadalajara.
En la serenata estuvo presente José Juan Macías, quien volvió a una convocatoria de Chivas luego de año y medio de ausencia por lesión, pero los más animados fueron Fernando Beltrán, Alan Mozo, Alexis Vega, Roberto Alvarado, Alejandro Mayorga, Víctor Guzmán y Gilberto Sepúlveda, quien incluso tomó una de las banderas de la porra de Chivas.
Los jugadores de Chivas, acompañados por el director técnico Veljko Paunovic, convivieron con sus aficionados por 20 minutos. Sin embargo, antes de que ingresaran al hotel, llamó la atención un gesto de Yael Padilla. Se quitó la sudadera roja que portaba para regalársela a Rodrigo, quien de inmediato se la puso sin importar lo grande que le quedó.
Rodrigo, acompañado de su papá, salió de la serenata con una sonrisa. "Él [Rodrigo] juega futbol y desde que vio que Yael debutó a los 17 años, quiere ser como él", finalizó el padre del menor.