Si la noche del martes fue dolorosa para las (Chivas) Rayadas, los Rayados de Monterrey vivieron el Apocalipsis ante los Whitecaps: quedaron eliminados aún con su constelación de excampeones mundiales y europeos.
LOS ÁNGELES -- André Jardine no había amenazado en vano: “Vamos con todo y por todo”. Un 4-0, así fundamentó América la bravuconada de su técnico sobre Chivas, que se quedó zangoloteado con una victoria accidental en la ida, y un empate en la Liga, pero terminó sentenciado y maltratado en el juego clave de Concachampions.
Sí, la Trilogía de Clásicos la sigue editando el #ÓdiameMás, con la fina escritura de la ensangrentada lástima rojiblanca. 4-1 en el global y un Guadalajara sin un solo remate al arco en el Partido de Vuelta. La humillación se ha vuelto un hábito.
Ahora se viene otra trilogía de rivalidades para América: 2, 9 y 12 de abril contra Cruz Azul. Que no apaguen las hogueras en el Coliseo Romano de la Concachampions y la Liga Mx.
Y si la noche del martes fue dolorosa para las (Chivas) Rayadas, los Rayados de Monterrey vivieron el Apocalipsis ante los Whitecaps: quedaron eliminados aún con su constelación de excampeones mundiales y europeos, dirigidos por un tipo que viste mejor, pero dirige peor que un maniquí caduco de la Lagunilla. Y la afición ya quiere a Martín Demichelis fuera del aparador.
Un gol de Sergio Ramos con la rúbrica propia de la angustia y el estertor, al minuto 97, lo mantuvo con más esperanzas que con vida: los goles de visitante, al final, garabatearon el acta de defunción de Monterrey. Tantos millones de dólares dilapidados.
Sí, al final, sólo la pierna derecha de Sergio Ramos cotiza más que todo el equipo de Vancouver, pero Monterrey cotiza miserablemente en sus niveles de futbol.
La afición regia presente en el Territorio Santos Modelo fue implacable con Demichelis. Algunos inadaptados le bañaron de objetos, líquidos e insultos. “Cuando se pasa por arriba del respeto, es difícil (seguir)”, dijo el técnico argentino, quien ya había salido apestado de River Plate. Él dice que sigue, pero es clara la invitación para que Rayados lo liquide. Un finiquito de 3 millones de dólares para secarse las lágrimas.
Retomando la lección de América a Chivas, pesó sin duda la expulsión de Alan Mozo. Dos faltas en una sobreactuación de Brian Rodríguez le generan dos amarillas. Las faltas existen, y la torpeza del rojiblanco es innegable, más allá de la teatralización del atacante uruguayo.
En estos tiempos tan delicados, ¿será que esa roja tan ingenua cotizaba en la casa de apuestas que tanto promueve Alan Mozo? Sólo él lo sabe. Lo cierto es que hasta su técnico Gerardo Espinoza desaprobó sus precipitaciones.
Pero, especialmente, el América fue implacable. Esta vez con Alejandro Zendejas y Álvaro Fidalgo en su tope de rendimiento, y con Diego Valdés y Brian –finalmente— comprometidos, el espejismo de Chivas en los dos anteriores duelos de la Trilogía de Clásicos, se esfumó de manera dramática en el Estadio Azulcrema.
No fue sólo que Jardine descifrara, contuviera e intimidara el esquema de Espinoza, incluso antes de la expulsión de Mozo, sino que fue evidente el aumento de intensidad en el América, hombre por hombre, desde una marcada solidez en el fondo.
Tristemente, la mejor respuesta posible de Chivas --para su bisoño entrenador--, estaba en dos jugadores caducos: Javier Hernández e Isaac Brizuela. Ambos, Chicharito y Conejito, están más para repasar historias que para escribirlas.
Lo más triste para el Rebaño es que Espinoza parece empeñado en sepultar la carrera de la mejor promesa disponible: Hugo Camberos. Lamentable. ¿Otro más, Amaury Vergara?
Pregunta ociosa: ¿será que Luis Romo se quedó infectado de aquel virus revelado por Miguel Sabah: “(en Cruz Azul) se le teme al América”? Porque claramente se inhibió en la Final y en la Semifinal pasadas ante las Águilas, y nuevamente con Chivas en esta Trilogía de Clásicos.
Y en el tema Demichelis, se le vienen a Rayados visita a Pumas, recibe a Tijuana y a Chivas, y encara a Tigres y a América. ¿Llegará con vida el técnico argentino al Clásico Regio? Y ojo, en esas dos últimas fechas puede escapársele hasta el Play-In.
Así, lo mejor de la noche, entre la humillación para Rayados y (Chivas) Rayadas, es la promesa de espectacularidad que se viene en estos tres enfrentamientos entre América y un Cruz Azul que rezuma y resume, más que nunca, la savia viva y venenosa del rencor. Amén.