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Héctor Herrera, Hirving Lozano, Rodolfo Pizarro: Lo mejor de la cantera del Pachuca

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Si tenemos que hablar del trabajo en fuerzas básicas en México, el Pachuca se ha caracterizado por ser uno de los mejores clubes en el país en la formación de jugadores con calidad de selección en los últimos años.

El “Modelo Pachuca” tiene como prioridad producir el talento en su cantera, visorias por toda la República Mexicana. Norte y Sudamérica son clave para contar actualmente con una de las mejores fuerzas básicas del balompié azteca.

La formación integral es otro aspecto fundamental.

No se trata sólo de ayudar a todos los niños que llegan desde los 11 años de edad en busca de alcanzar su sueño con una maleta cargada de ilusiones. La preparación académica y los valores son clave para que el semillero rinda frutos.

Estas son las joyas tuzas que desarrollaron su talento al grado de ser futbolistas de importación y exportación:

Héctor Herrera

De Rosarito, California, para el mundo. Herrera debuto con Arroceros de Cuautla de la Segunda División de México. En su paso por el Tampico de la misma categoría en 2011, recibió la llamada de Efraín Flores, entonces director técnico del Pachuca, y así se unió a las fuerzas básicas de la institución blanquiazul, donde pocos meses después debutó en el máximo circuito.

Justo cuando el “Zorro” pensaba en abandonar su sueño, pasó de ser tuzo a dragón en 2013 como una de las transferencias más caras de un jugador mexicano al futbol europeo.

Hoy, Héctor viste los colores del Atlético de Madrid, sin duda el reto más importante de su carrera.

Paul Aguilar

A los 16 años, Paul pasó un filtro de 400 jugadores para conseguir un lugar en la cantera del Pachuca, a cientos de kilómetros de su hogar en Concordia, Sinaloa, y dejó a su familia a temprana edad. Aguilar demostró tener calidad y el carácter para, poco a poco, adueñarse de esa lateral derecha. Debutó en 2006 y curiosamente, su primer gol se lo marcó al América, equipo con el que actualmente continúa y en el que ha afianzado su trayectoria.

Con Pachuca, Aguilar ganó dos títulos de Liga, una Copa Sudamericana, una Superliga y tres Copas de CONCACAF.

Carlos Peña

A los 13 años, Peña llegó tras ser “visoreado” por Ángel González. Inmediatamente, su estilo de juega llamo la atención y debutó con los Tuzos.

Tras pasar al León, formó parte del equipo que ascendió después de 10 años de la mano del director técnico Gustavo Matosas y que consiguió el bicampeonato. Fue parte de la selección que disputo la Copa del Mundo Brasil 2014, después estuvo en equipos como Chivas, Rangers de Escocia, Cruz Azul , Necaxa y actualmente juega para el Correcaminos de Ciudad Victoria, Tamaulipas, lugar que vio nacer al “Gullit”.

Luis Montes

Salió a los 14 años de Ciudad Juárez, Chihuahua, rumbo a Pachuca.

Experimentó momentos difíciles, como compartir una pequeña casa club con 150 jóvenes y otras carencias que fortalecieron al “Chapito” para seguir su lucha por su sueño.

Montes, quien se convirtió en un ídolo de los Esmeraldas del León, se recuperó de una fuerte lesión que lo dejó fuera de Brasil 2014. Actualmente, fortalecido física y mentalmente, Luis aún se mantiene como pieza clave del León.

Rodolfo Cota

La carrera de Cota inició como muchos guardametas lo sueñan. La portería puede convertir a un arquero en héroe o villano, lo que hace de la posición de portero, quizá, la más ingrata en el futbol, pero, desde el principio, Rodolfo supo que estar bajo los tres postes era su destino.

Con el gran Miguel Calero como maestro, en su debut, Rodolfo atajó un penal. Pachuca, Chivas y León han sido testigos de la gran calidad de un portero con madera de selección nacional.

Rodolfo Pizarro

Con 18 años y sólo un par de meses en la categoría sub-20, el Pachuca y Hugo Sánchez vieron algo que les hizo pensar que el joven estaba listo para su debut.

Campeón con Pachuca, Chivas y Monterrey, con tres campeonatos de Liga MX, una Copa MX, dos ligas de Campeones de la Concacaf y una Copa Oro, Rodolfo parece ser el amuleto de la buena suerte para sus equipos. Su personalidad y estilo de juego pausado, pero con gran lectura del campo, lo han convertido en uno de los mejores futbolistas mexicanos en la actualidad. Ahora prueba una nueva aventura en el Inter de Miami en la MLS.

Erick Gutiérrez

Dice el “Guti” que de niño no jugaba bien y tuvo que luchar hasta contra sí mismo. Resulta difícil de creer cuando se le ve usar esa zurda educada.

A los 13 años, llegó a probar suerte con los Tuzos al lado de su inseparable amigo Hirving Lozano. Multicampeón en categorías inferiores, Gutiérrez recibió la confianza del entonces director técnico Enrique Meza para convertirse en un jugador fundamental para el Pachuca campeón del Clausura 2016.

Actualmente, Erick se aferra al sueño europeo y lucha por ganarse un puesto en el PSV de la Eredivise.

Hirving Lozano

Mejor conocido como “Chucky”, este carismático jugador con cara de niño, pero espíritu de guerrero, tuvo que librar varios obstáculos.

Cuando tenía 11 años de edad, varios se atrevieron a decir que era muy pequeño para llegar a primera división, comentarios que, más que desanimarlo, hicieron entrenar horas extra a Lozano para fortalecerse físicamente.

Su debut se dio en el Estadio Azteca, ante el América y la indicación clave que le dio Enrique Meza, “Haz lo que sabes hacer”, se convirtió en la guía de su carrera.

Hirving tuvo un auténtico debut soñado al dejar en el camino al Maza Rodríguez y recortar hacia adentro para anotar el gol: una acción que ahora es la especialidad de la casa.

Fue campeón con Pachuca en el torneo Clausura 2016.

Europa se convertiría en su casa. En el PSV se cansó de marcar goles y llegó a Italia como el jugador más caro en la historia del Napoli, aunque el mexicano se aferra a tener minutos para demostrar su calidad.