GUADALAJARA - Miguel Herrera, técnico del América, es recordado por sus diferentes polémicas desde que era jugador pasando por su etapa como técnico.
Casualmente uno de los pleitos que mayor repercusión le dejó en su momento como director técnico, es uno de los que menos se recuerda en la actualidad.
En marzo del 2002, con Herrera como técnico del Atlante, el cuadro azulgrana visitó a los Tecos en el estadio Tres de Marzo. El resultado fue desastroso para los Potros con una derrota al son de 4-0, pero eso no fue lo peor para el Atlante.
Durante el encuentro, Herrera se enfrascó en un pleito -algo que era común para el estratega- con Germán Arredondo, árbitro del encuentro, quien dejó al Atlante con dos jugadores menos, además expulsó al propio Herrera y marcó un penal dudoso a favor de los Tecos.
Cuando el arquero Grosso fue expulsado, el argentino se negó a salir del campo. Tras una refriega en la que se involucró el inspector autoridad y los policías municipales, Herrera también fue expulsado.
Según testigos en el encuentro, el actual técnico de las Águilas le dio una patada al inspector autoridad, por lo que al tratarse de una agresión a una autoridad civil, Herrera fue conducido por la policía a los separos de la Policía Municipal de Zapopan.
El "Piojo" quedó en calidad de detenido, y la directiva tuvo que trasladarse hasta los separos. El ex dirigente Raymundo Palacios fue el encargado de ir a pagar la multa correspondiente para que Miguel Herrera fuera puesto en libertad.
Cerca de la medianoche de ese sábado 24 de marzo, el técnico azulgrana fue puesto en libertad y todo quedó como una anécdota más para Herrera, quien apenas comenzaba a acumular polémicas en su andar como director técnico.