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Mario Carrillo: Al maestro con cariño

“Siempre poner lo deportivo delante de los intereses económicos. Si lo deportivo está bien, será negocio. Si lo hacen al revés, matan la credibilidad del deporte, y también lo económico naufraga”.

Ignacio Matus

MÉXICO -- Una de las problemáticas más importantes que tuve en mi vida ocurrió cuando yo cursaba la preparatoria número 6 en Coyoacán, ¡los Coyotes de Coyoacán!, así nos decián. Tenía una materia que se llamaba FÍSICA, el maestro era el señor Olguín, y me acuerdo que este profesor empezaba y arrancaba el día llenando el pizarón con fórmulas, despejándolas, aceleración, datos… yo solo lo veía.

Un día me atreví a decirle: “¿Profesor puedo hacerle una pregunta?”, él volteó y respondió: “Sí, ¿qué fue lo que usted no entendió?”, “La verdad no entendí nada”, le comenté. “¡Sálgase de mi clase!, este mes usted tiene cero”, me contestó.

Entonces, salí de la clase y le comenté a mi hermano mayor: “Sabes, tengo un problema, me pusieron cero en la escuela, en física”; “Perfecto”, me contestó, “déjame hablar con él”. Y así fue a platicar con el maestro Olguín y empezaron a discutir, no recuerdo bien de qué, pero al final mi hermano me llamó: “Te vas a sentar aquí y me vas a resolver un problema diario de física”.

Él los elegía y cada día me daba un nuevo problema con diferentes temas y para resolverlo yo tenía que buscar las fórmulas, tenía que despejarlas, me pasaba horas resolviendo cada uno de ellos. Cuando llegó el día del examen me dijo: “Hermano mío, ahora te la vas a jugar, yo le dije a tu profesor que SI TU TE PREPARABAS ibas a sacar la mejor calificación”. Entonces, le discutí porque yo no había estudiado: “Pero has resuelto un problema diario, así que no te preocupes, cuando te venga cualquier situación la vas a resolver”, me contestó.

Llegué a la preparatoria con toda incertidumbre, me entregaron el examen y empecé a desarrollarlo, a poner los datos a un lado, las fórmulas en otro, los despejes por acá… me acuerdo perfectamente que se trataba de dos ciclistas, la aceleración uno y la aceleración dos, que uno arrancaba a una velocidad, el otro a una diferente, y yo tenía que revisar todo este tipo de circunstancias. Al final me entregan el resultado y saqué un 6 de calificación, para sorpresa mía, fui el único que pasó esa prueba. La verdad que primero no me dio mucho gusto por ese 6, pero me sentí mejor al saber que solo yo pasé la materia, por su puesto, a mi hermano le agradó más.

Desde ahí mi gusto por la FÍSICA fue fascinante, yo creo que la táctica y la estrategia en el futbol me gustan mucho porque es muy parecido a esa materia. La problemática que hay en el balompié y las circunstancias que te presenta cada partido, porque cada uno es diferente, me generan gran satisfaccion por tener la velocidad de resolverlo, de decir a los jugadores cómo le harán, de ver quién saldrá y qué armas tienes guardadas. Es por esto que UNO de mis grandes maestros fue ese profesor de física, el profesor Olguín.

Y cómo no hablar de Miguel Ángel 'Zurdo’ López, otro de mis grandes maestros. Quiero resaltarlo porque me ayudó en uno de los mayores problemas que yo tuve dentro del equipo de Guadalajara. Trabajaba en una escuela de futbol y él me contrató para ser scout, para ser analista, yo tenía que ver todos los partidos y viajar a todas las ciudades donde se llebaban a cabo para después trasladarlas al papel. Él me enseñó a sacar jugadores de las piedras.

En toda su etapa en las Chivas de Guadalajara, el 'Zurdo’ López tomó de equipos de tercera división como Sayula y del Tapatío, además divisiones inferiores, a casi 11 jugadores de futbol, entre ellos estaba el ‘Campeoncito’ Hernández, Manuel Vidrio, Nacho Vázquez y Manuel Martínez. Todos estuvieron en las divisiones inferiores y él los tomababa para llevarlos a entrenar con el primer equipo y empezaba a hacer una variedad de trabajos específicos desde reducir espacios hasta hacerlo por líneas; trabajos individuales con cada futbolista que les ayudaba a aumentar su capacidad. Le daba a cada jugador una especialidad.

Este hombre le dio una gran solidez al equipo de Guadalajara y por supuesto lo salvó del descenso por mucho tiempo. Es uno de los pocos entrenadores que vi que empezaba a entrenar desde las 7:00 am, y todo quemado por el sol, continuaba hasta las 19:00 pm. Cada que veía un par de jugadores por ahí arrumbados, los agarraba y les ponía un entrenamiento específico, era un impresionante trabajador de campo, uno los mejores de mi vida y por eso lo resalto.

Como olvidarme de Ricardo La Volpe, otro gran maestro, él me dio la oportunidad para ser un profesional, porque de él aprendí lo que es agredir, el atacar, el achicar (la reduccion del espacio de los volantes para quitarles amplitud de acción). Él empezaba a presionar desde arriba, a salir desde los defensas con la pelota ya dominada y siempre buscaba la SUPERIORIDAD numérica, trataba de darle la pelota en la mano al jugador en otra posición y que ese jugador la dejara en la mano a alguien más dentro de la cancha.

Trabajaba toda la parte ofensiva y para lograr ese enlace, buscaba la triangulación como éxito ofensivo, una serie de espacios reducidos y de trabajos por líneas. Ricardo la Volpe los inventaba, como ‘el zurdo’ López, ¡los inventaba! Un entreanador muy creativo, creo que sin duda fue de los mejores que vi en mi vida.

Otro de mis maestros, sin lugar a dudas, fue Manuel Lapuente, un entrenador que creó grandes estrategias con la Selección de México en el Mundial de Francia 98. Él buscaba los cambios, las variantes, las variables y tenía los ases bajo la manga.

Lapuente sabía en qué minuto podría vencer a cada uno de sus rivales con la Selección de México en Copa del Mundo, él sabía en qué momento podía ganar, contrarestar y matar al rival; quiero decir que tenía la estrategia para hacer más con menos jugadores de calidad, eso lo llevó a ser uno de los grandes técnicos de este país y de muchas partes del mundo, de lo mejor que he visto.

Lo vi en Los Ángeles de Puebla, en donde yo fui su jugador, fui uno de los que dirigió y que me utilizó como defensa central, de volante defensivo, de defensa lateral izquierdo. Conmigo hacia variantes, yo siendo un mal jugador, me utilizaba para tener diferentes versiones de un solo futbolista.

De ahí, la belleza de la estrategia, de la táctica y las variantes, por eso soy un admirador de estos cuatro hombres que me dieron la 'vida', que buscaron formarme como ser humano y como director técnico. Todos ellos, cada uno con cada cual, fueron parte de escuelas muy importantes: ‘El Zurdo’ López con su escuela de Osvaldo Zubeldía de los Estudiantes de la Plata, Ricardo la Volpe de la escuela de César Luis Menotti y de Adolfo Pedernera de River Plate, un estilo que buscaba siempre la creatividad. Y ni hablar de Manuel Lapuente y la escuela del señor Ignacio Trelles que fueron el alma mater de nuestro país por muchos, muchos años.

A todos elllos, donde quieran que estén, mi eterno agradecimiento.

Esto es, desde la cancha para ESPN.