Cristiano Ronaldo fue suplente en la goleada frente a Suiza en los octavos de final de Qatar 2022, cerrando así una racha de 31 partidos seguidos partiendo de inicio en grandes torneos con Portugal, y, para hacérselo más difícil de cara a los cuartos, su sustituto, Gonçalo Ramos, hizo en 17 minutos lo que el delantero no ha podido hacer en 541: marcar un gol en fases eliminatorias de un Mundial, al haberse lucido con un hat-trick.
Y pese a que el de Madeira era, a priori, la principal arma para hacer daño a Suiza. Sus cinco goles en los dos últimos enfrentamientos frente a los helvéticos lo avalaban, pero Fernando Santos no pensó igual.
En la rueda de prensa previa al choque ya había avisado que la reacción de Cristiano Ronaldo tras sustituirlo frente a Corea del Sur no fue ni mucho menos de su agrado. Y su técnico respondió.
"Primero, en la entrevista 'flash', yo no escuché nada. Después, lo he visto por televisión y no me ha gustado nada. Los problemas se solucionan internamente. Ya está hecho, todos están concentrados y disponibles para el partido de este martes. El once lo doy en el estadio. Siempre es así. Es un tema zanjado y todos están disponibles", explicó.
Pero, aún así, no se esperaba la suplencia del gran ídolo portugués, que atraviesa uno de los momentos más complicados de su carrera deportiva. El 22 de noviembre el Manchester United anunció que el contrato de Cristiano con los ‘diablos rojos’ se daba por concluido después de unas duras declaraciones del ‘7’ hacia el club en una entrevista.
Portugal parecía ser su refugio, pero las dudas terminaron rodeando su figura. El gol de penal en el primer partido frente a Ghana no lo libró de las críticas sobre si debía seguir siendo titular o no. Hasta que Fernando Santos lo sentó.
Y lo hizo en el momento de la verdad, cuando Portugal no tenía colchón, en los octavos de final de Qatar 2022. Primera vez desde el 15 de junio de 2008 que ‘CR7’ fue suplente con su selección en un gran torneo. 31 partidos seguidos de titular. Curiosamente, el anterior fue también contra Suiza.
Una situación que no le permitió redimirse de uno de sus ‘debes’, en una trayectoria de leyenda. Es que Cristiano no ha marcado en ninguna fase final mundialista. Seis partidos, 514 minutos, y ningún gol. Números que no tardó en superar Gonçalo Ramos, el elegido por el técnico luso para sustituirlo a pesar de solo haber jugado 10 minutos previamente, dos frente a Ghana y ocho contra Uruguay.
17 minutos tardó en marcar con un gran disparo al primer palo, a los 51' firmó el segundo tanto y a los 67' cerró el triplete con una acción de gran calidad, picándola ante la salida de Sommer. En la celebración se le escapó una sonrisa de esas que se esbozan cuando te sale todo. Era su día.
Mientras, en el banco, Fernando Santos ocultó esa sonrisa de cuando los planes te salen bien a la par que, detrás de él, ya sin calentar y preparándose para salir al terreno de juego, se sentaba un Cristiano Ronaldo que vio de primera mano lo difícil que se le pone ser titular en cuartos. Cualquiera se atreve a sentar a Gonçalo Ramos tras su actuación.
Sobre todo porque en los 24 minutos que Cristiano estuvo sobre el terreno de juego no dispuso de oportunidades para redimirse, más allá de un tanto anulado por un claro fuera de juego. Eso sí, el magnetismo que genera solo es comparable, como su trayectoria, a Leo Messi. El más aclamado, con la gente pidiendo su entrada con el partido ya resuelto y celebrando una falta, lejana, a favor de Portugal como si de otro gol se tratase.
La mayoría de los 83.720 espectadores que se dieron cita en el estadio de Lusail querían ver a Cristiano Ronaldo, pero salieron del mismo con la confirmación de que ahora es Gonçalo Ramos el nombre de moda en Portugal.