Javier Aguirre corre riesgo de perpetrar un papelón en este periplo por Sudamérica. Llevará jugadores que jamás volverán a coincidir en el Tri, y algunos ni siquiera volverán a ser vistos.
LOS ÁNGELES -- Cataplasmas, como yerbero de pueblo. Con emplastes, como matasanos rural. Así termina armando Javier Aguirre este arrejuntado nacional mexicano para enfrentar al Ínter de Porto Alegre y a River Plate.
No fue fácil reclutar a esta mezcla amorfa. Hubo clubes que se pusieron sus moños. América se negó a ceder a Henry Martín, Israel Reyes, Kevin Álvarez y Luis Malagón, porque en Coapa les parece más importante y trascendente enfrentar en amistoso al Ínter Miami y a Messi que incluso a Querétaro y Xolos en el arranque de la Liga MX.
Ya lo había advertido Santiago Baños en Futbol Picante: “El América no trabaja para la selección”. Y el argumento es irrefutable cuando viene del hombre protegido por la intimidad familiar con el dueño de El Nido.
Y queda claro que el América prolonga sus festejos tricampeoniles de manera fastuosa. Sólo falta que obligue a Xolos a que le monte el pasillo de honor como pleitesía a la institución que ya no sólo mangonea a la FMF sino a la misma competencia del futbol mexicano, con el dominio inapelable que muestra en cancha, más allá de los oficios exitosos del “Gato Volador” Ortiz y de “Aguilaí” Escobedo.
Javier Aguirre corre riesgo de perpetrar un papelón en este periplo por Sudamérica. Llevará un regimiento de jugadores que jamás de los jamases volverá a coincidir en una convocatoria del Tri, y algunos ni siquiera volverán a ser vistos de reojo por el cuerpo técnico de la Selección Mexicana.
Con la improvisación y el desespero, El Vasco tratará de armar su propio arrejuntado para este par de citas, entendiendo que hablar de estrategias detalladas y orden, es una necedad, cuando apenas habrá tiempo para auscultarlos médica, física y emocionalmente.
Sin duda hay torpezas dirigenciales. Organizar estos amistosos ante Inter y River, en los escarceos del torneo mexicano y sin contar con los jugadores en Europa, que cada vez son más escasos, pero además que Aguirre vea sometida la convocatoria a los berrinches y caprichos de los clubes, agrava la situación. Pero está advertido: “América no trabaja para la selección”.
¿Qué provecho sacará El Vasco de estos enfrentamientos? La doctrina no deberá variar mucho: meter pata, echarse atrás, tratar de evitar una goleada, y a ver si en un estertor ofensivo, pepenan al menos una posibilidad de gol.
Ciertamente, Aguirre verá si encuentra un garbanzo de a libra: un tipo desparpajado dispuesto a mostrar una personalidad combativa. Si encuentra otro Chino Huerta en potencia, habrá sacado frutos de esta aventura.
El Internacional de Porto Alegre llega ante el Tri con tres derrotas consecutivas, recibiendo siete goles y marcando dos, mientras que Marcelo Gallardo intenta reinventar a River Plate, tras el desastre de Martín Demichelis, y por lo pronto suma la llegada de viejos lobos como Enzo Pérez, Sebastián Driussi, Martínez Quarta, Giuliano Galoppo, entre otros.
¿Es culpa del Vasco? No, porque es una herencia incómoda de dos tipos sin nociones de futbol como Ivar Sisniega y Juan Carlos Rodríguez. Y sí, porque al enterarse de la renuncia de La Bomba, antes que los mismos dueños de clubes, pudo pedir la cancelación de los partidos. ¿Audacia o inconsciencia? Sólo él lo sabe.
Y no se trata de una crueldad extrema con el grupo de convocados, pero queda claro, por ejemplo, en el ataque, que ni Memo Martínez, ni Santiago Muñoz, ni Raymundo Fulgencio ni Efraín Álvarez van a regresar en un futuro inmediato a convocatorias, porque los tres últimos, por ejemplo, ni en sus clubes tienen una garantía.
Sin duda, apegado a su estilo, Javier Aguirre se preocupó sólo por garantizar solidez en el fondo, con una mezcla de jugadores que le podría evitar escándalos en el marcador. Castillo, Guzmán, Chiquete, Juárez, Gallardo, Ángulo y Águila son lo mejor de lo que dispone, especialmente ante la negativa rotunda del América pensando más en su viaje a Las Vegas para enfrentar a Messi y Miami.
Lo más rescatable de este citatorio, es que el Vasco tendrá dos promesas en sus manos: Elías Montiel (Pachuca) y Gilberto Mora (Xolos), quienes van a entrar a terrenos ásperos en todo sentido, ante rivales más físicos, y sin los remilgos y arrumacos arbitrales que normalmente ocurren en la liga mexicana.
Por otro lado, los clubes que cedieron futbolistas, se verán afectados en la Fecha 2 del Clausura 2025, y tal vez el más sensible a ello sea Chivas, con poca artillería, y además cediendo al Tala Rangel y a su recién llegado Luis Romo.
Pero eso es de lo que dispone Javier Aguirre, de cataplasmas, de emplastes, de parches, aunque debe quedar claro que la cada vez más escuálida legión europea tampoco garantiza más allá de resultados abnegados y conformistas en la zona de Concacaf, y que sólo los muy ilusos, más allá de las manipulaciones del sorteo, pueden esperar fantasías en la Copa del Mundo 2026.