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Rusia 2018 es la Copa del Mundo que se merece Falcao

KAZÁN (Enviado especial) -- El 22 de enero de 2014, Monaco jugó un partido intrascendente de la Copa de Francia contra Chasselay, un club de la cuarta división. Lo único que se esperaba aquel día era una goleada de trámite, como las tantas que hay en los torneos de Copa en Europa. Sin embargo, lejos estuvo de ser un encuentro más. La fecha quedó marcada para siempre en el calendario del fútbol nacional, como el comienzo del martirio de uno de los mejores jugadores colombianos de la historia. Un martirio que se terminará en menos de una semana.

A los 32 años de edad, Radamel Falcao García se prepara para debutar en una Copa del Mundo. Quizás sea más tarde de lo que soñó, pero también será mucho más intenso. Desde la rotura de ligamentos pasaron más de cuatro años en los que no solo tuvo que superar la larga recuperación, sino también tres cambios de club y un paso por la Premier League que pudo haber minado la confianza de cualquiera. Menos la del Tigre.

Todavía no hay demasiados hinchas colombianos en Rusia. La mayoría llegará más cerca del debut del próximo 19 contra Japón. De todos modos, los que viven aquí o los que decidieron venir antes tienen muy en claro a quién quieren alentar por sobre los demás: a Radamel. La confianza en James Rodríguez es total y este grupo de jugadores ya le dio varias alegrías al pueblo, pero el debut de Falcao en un Mundial es un acontecimiento en sí mismo y nadie se lo quiere perder.

Es que toda Colombia se quedó con las ganas hace cuatro años, cuando el Tigre hizo hasta lo imposible por llegar a Brasil 2014. Incluso, José Pekerman lo incluyó en la lista preliminar. "No les voy a esconder que mi tristeza es enorme, mi corazón está destrozado, pero cuento con una esperanza del tamaño de un grano de mostaza a la cual me aferro, y es suficiente para creer que mi ilusión por el Mundial todavía está viva. Dios hace posible lo improbable, en Él creo yo", dijo. Pero los tiempos médicos no se pueden manipular y lo que lleva siete meses no puede hacerse en cinco. Entonces, el primer Mundial de Colombia en 16 años fue sin el emblema moderno de la Tricolor. Porque Falcao no es solo el goleador histórico. Es el símbolo de una era.

Hasta la aparición rutilante del delantero samario en River Plate de Argentina y su posterior pase al fútbol europeo, el futbolista colombiano era valorado en Sudamérica pero no en las ligas de primer nivel. Aún no se había destacado en la élite ningún crack nacional y, salvo el buen trabajo no muy duradero de jugadores como Faustino Asprilla o Carlos Valderrama, en Europa no se confiaba en figuras de la Selección. Entonces, aparició Falcao y cambió la historia.

En su primera temporada en Porto terminó como el segundo máximo artillero y en su segundo año se coronó como goleador de la Europa League con récord incluido. El seleccionado venía de fracasar en el intento a clasificar a Sudáfrica 2010 y el mejor Falcao se quedó con las ganas de jugar un Mundial en el que sin dudas podría haber brillado. Su enorme categoría fue la que le permitió a entrenadores y dirigentes comenzar a mirar con otros ojos hacia Colombia y entonces llegaron James Rodríguez, Juan Guillermo Cuadrado y los demás integrantes de la mejor generación de la historia.

"He pasado dos años horribles. Me perdí la Copa del Mundo en Brasil. Pero Jesús restaura y lo ha hecho conmigo", dijo tras lograr una nueva clasificación el año pasado frente a Perú en Lima. Sólo él sabe lo difícil que fue el camino. No sólo por la lesión y por la crueldad de tener que ver por televisión una Copa que será inolvidable para el pueblo colombiano, sino también porque después el camino no fue más fácil. Todo lo contrario. Cuatro goles en 29 partidos en Manchester United y uno en doce en Chelsea son cifras de un futbolista más cerca del retiro que de la resurrección. Pero su vida le escala a la normalidad. Y cuando ni siquiera en la propia Selección lo esperaban, volvió.

Su comienzo de la temporada 2016/2017 otra vez con la camiseta de Monaco fue tan extraordinario que el objetivo de Rusia apareció por su propio peso. De repente, el Tigre que muchos deban vencido estaba de nuevo entre los mejores atacantes del mundo. James lo esperaba en la Tricolor para formar la sociedad que hoy hace soñar a todo el país. Los goles clave ante Brasil y Paraguay por las Eliminatorias sirven para describir su vigencia absoluta.

Jorge Sampaoli dijo hace un tiempo que el fútbol le debe a Lionel Messi una Copa del Mundo. Y puede tener razón. Pero no es la única deuda que el fútbol podría pagar en Rusia. A Radamel Falcao García le debían la felicidad de escuchar el himno con la nueve en el pecho y la cinta de capitán en el brazo. Lo que puede pasar después de eso, depende de él. Y él solo conoce el cielo.