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Iniesta, Piqué y Silva, el fin de una era

MADRID -- En mes y medio, España ha perdido ya a tres miembros de aquella generación dorada que lo ganó todo.

David Silva ha confirmado este lunes los temores que inundaron la península ibérica desde el momento en que tras caer eliminados en octavos de final de la Copa del Mundo en la tanda de penales por el anfitrión Rusia, abandonaba el estadio con un balón firmado por el resto del equipo bajo el brazo: su carrera como internacional ha llegado a su fin después de 12 años.

El ‘Chino’ es el tercer miembro de ese grupo que lo ha conquistado todo – Dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010) – que se despide de la selección tras el último fracaso de la Roja, el Mundial de Rusia después de que Andrés Iniesta y Gerard Piqué anunciaran su retiro del combinado nacional.

Su adiós, como el de sus compañeros, no hace más que dejar en relieve que ha llegado el fin de una era en España, por mucho que el país entero se resistiera a aceptar que llevaba más de cuatro años en el ocaso.

La tercera despedida aque llega como una de las consecuencias directas de haber hilado el tercer fracaso tras Brasil 2014, Francia 2016 y Rusia 2018. Tan dolorosa una como la otra y que poco a poco ha ocasionado algún cambio drástico con miras a volver a competir por un título grande – aunque ha sido esta vez, quizás de manera obligada debido a la crisis por la que atravesó el equipo nacional tras el despido de Lopetegui, cuando el cambio se ha hecho sentir de una manera más amarga.

A la estrepitosa eliminación en fase de grupos de Brasil 2014 siguió la despedida de dos piezas entonces insustituibles en la media – Xavi y Xabi Alonso – además del amago de retiro del máximo goleador español de todos los tiempos, David Villa, con 59 tantos en 96 partidos. El fracaso en la Eurocopa de Francia 2016, que también tuvo su dosis de drama después de que Casillas perdiera la titularidad, costó el puesto al hombre que llevó a España a coronarse campeón del Mundo en 2010, Vicente del Bosque, y supuso la salida de Iker Casillas – quien pese a tener una buena relación con Julen Lopetegui no volvería a ser convocado.

Esta vez, tras un forzado cambio de timón – y por partida doble, después de que Fernando Hierro se hiciera cargo del equipo durante el Mundial – ha perdido a tres piezas claves, no solo por el juego, si no por lo que representan.

El retiro de los tres internacionales deja a Luis Enrique con un reto enorme por delante para reemplazar a tres jugadores base y de gran influencia en preservar el estilo de juego que convirtió a España en una potencia mundial.

Deja, además, un vacío en el liderazgo del equipo, que poco a poco se empieza a quedar sin veteranos. La baja de tres ‘centenarios’ – Iniesta, con 131 partidos con la Roja, 131 Silva con 125 y Piqué con 103 – deja a Luis Enrique con solo tres hombres en activo que han pasado de la barrera de los 100 partidos y que como sus ya excompañeros, lo han ganado todo: Sergio Ramos, Francesc Fàbregas y Sergio Busquets. Iker Casillas, el jugador que más veces ha vestido la camiseta nacional con 167 partidos, no ha oficializado su retiro como internacional, pero las posibilidades de que vuelva, algún día, a la selección son muy remotas.

Silva, un retiro sorprendente

El retiro de David Silva, que había fungido como máximo goleador en la etapa de Lopetegui al frente de la selección con 11 tantos ha sido el más sorprendente de los tres, y también el más agrio.

Andrés Iniesta había viajado a Rusia con la idea firme en que aquel sería su “último torneo grande” con España. De un modo realista, el mediocampista de 34 años había llegado a la conclusión que tras firmar con el Vissel Kobe de Japón, sería muy difícil poder competir con jugadores más jóvenes de clubes de élite como Thiago, Koke o Saúl por un puesto en la Roja. La derrota frente a Rusia solo aceleró lo inevitable.

Gerard Piqué, por su parte, había fijado el 15 de julio de 2018 como fecha de caducidad desde hacía dos años motivada en parte, por el hartazgo del constante maltrato de su propia afición. Si a los españoles les quedaba alguna esperanza de que el fracaso mundialista le hiciera cambiar de opinión, el jugador confirmó su retiro el sábado pasado en la víspera de la disputa de la Supercopa de España.

“La decisión estaba tomada desde hacía tiempo”, dijo Piqué, quien confirmó que ya ha hablado con su antiguo entrenador en el Barcelona, hoy timonel de la Roja Luis Enrique, y ni él ha logrado convencerlo de cambiar de opinión.

Para Silva ha sido un final amargo. Había llegado al Mundial con miras a dar un giro a una dura temporada en la que había atravesado por un doloroso problema personal debido a que su hijo Mateo pasó cinco meses hospitalizado tras un nacimiento prematuro. Pero el Mundial se torció para Silva, como para toda España, en el momento en que se desató la crisis y sus participación fue discreta.