Eugenio Pizzuto salió llorando del Estadio Wilmer Campelo de Brasil. La tarjeta roja que recibió contra Paraguay, alejaba al capitán de la Selección Mexicana Sub 17 de la posibilidad de jugar contra el representativo azzurri y frustraba el deseo de su abuelo de verlo contra Italia, la madre patria.
“Mi abuelo vivió parte de su vida en Italia, parte de su infancia y creo que si me toca ese partido, va a ser muy bonito para él, porque me va a ir ver a Brasil”, contó Eugenio Pizzuto a ESPN Digital, antes de partir al Mundial Sub 17 de Brasil.
El choque entre el país de origen de los Pizzuto y la nación que los adoptó en medio de la Primera Guerra Mundial estaba programado para el 30 de octubre de 2019, en Gama, Brasil. Uno de los más jóvenes de la familia, Eugenio, defendería a México de Italia, en la Copa del Mundo Sub 17 y su abuelo emprendió el viaje al país sudamericano para dividir el corazón por 90 minutos.
“Mi apellido viene de parte de mi bisabuelo, de parte de mi papá, desde hace varias generaciones. Se vino de Italia, hacia México y se terminó casando con una mexicana, ya toda mi familia es mexicana”, explica el joven futbolista.
La cita despertaba los recuerdos de la infancia del abuelo de Pizzutto en uno de los poblados de Térmoli, Italia, y tensaba el delgado hilo que aún conecta al capitán de México Sub 17 con el país que tiene forma de bota, “aún tengo familiares lejanos y platicó con ellos seguido”.
El plan estaba hecho, el jugador de Pachuca en la cancha y el abuelo en la grada, pero una tarjeta roja, frustró el reencuentro de los Pizzutto con sus raíces, dejó al mediocampista fuera del juego contra Italia y provocó el llanto del jugador más destacado de la Selección Mexicana Sub 17.