LIMA -- Con la final de la liga peruana en juego, a la espera del partido de vuelta, muchos ojos están puestos en el aumento de la violencia alrededor del fútbol, una amenaza que sobrevuela el duelo definitivo por el torneo tras la muerte de cinco personas en dos enfrentamientos relacionados con las barras bravas.
El FCB Melgar de Arequipa visitará este sábado la capital peruana con una ligera ventaja tras su victoria (1-0) frente al Alianza Lima en el partido de ida de la final, pero sus seguidores tendrán restricciones en el ingreso al estadio de Matute, en el populoso barrio limeño de La Victoria, debido al riesgo que supondría para ellos.
Así lo evidenció la petición realizada por la liga peruana en redes sociales a los hinchas de los dos equipos: "En ambas finales, solo acude al estadio a alentar a los colores del equipo dueño de casa. ¡No a la violencia!".
Pese a ello, el portavoz de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo (DDP), Percy Castillo, animó que, quien quiera acudir a los estadios a ver la final, lo haga.
"De ninguna manera creemos que podemos permitirnos restringir libertades en favor de estos grupos violentos", aseguró Castillo, quien considera que no se debe "causar alarma" y confía en la "acción preventiva" de los operativos policiales.
En este sentido, el Ministerio Público, que condenó la violencia en nombre del fútbol a través de sus redes sociales, anunció que están en coordinación con la Policía Nacional del Perú (PNP) para prevenir actos violentos en las próximas jornadas.
Aún así, Castillo aseguró que "a todas las instituciones públicas les tiene que preocupar la posibilidad (de que) la violencia se incremente" y subrayó la importancia de que las autoridades prevengan, persigan y apliquen la ley para frenar a estos "criminales".
"Estos criminales utilizan el espectáculo deportivo como una excusa para poder desarrollar actividades criminales variadas o tener comportamientos inaceptables como atentar contra la vida de otras personas", recordó el portavoz.
VIOLENCIA DE LAS BARRAS BRAVAS PERUANAS
Desde inicios de noviembre, dos enfrentamientos entre ultras del fútbol acabaron con la muerte de cinco seguidores del Alianza Lima en los distritos capitalinos de Jesús María y Villa María del Triunfo.
Uno de ellos terminó con un tiroteo en el que fallecieron tres personas. Actualmente, la PNP busca al principal sospechoso de haber disparado contra tres fanáticos aliancistas: Mauricio Ricardo Campos, Deo Ejandro Medina y Carlos Alberto Zegarra.
Los tres recorrían las calles juntos a otros aficionados de su equipo para asistir a un partido de liga y se cruzaron con seguidores de su tradicional rival en el fútbol peruano.
El principal investigado es un fanático del Universitario de Deportes, al parecer miembro de la sección "Infiernillo" de la barra brava "Trinchera Norte", y que, según la PNP, tiene antecedentes por tráfico de drogas y delitos informáticos.
Ahora el Ministerio del Interior evalúa incluirle en la lista de "los más buscados" y ofrecer así una recompensa a quienes faciliten información fiable sobre su paradero.
"Estamos abocados a una inmediata ubicación y captura de este sujeto, para que, con la evidencia obtenida, se pueda homologar, a través de una pericia y fehacientemente determinar que él es el autor (de los disparos)", declaró a medios locales el jefe de la Región Policial Lima, Manuel Lozada.
Cinco días después de estos asesinatos, un grupo de motoristas aún sin identificar disparó indiscriminadamente también contra un grupo de hinchas de Alianza de Lima en el distrito de Villa María del Triunfo, causando la muerte de otros dos jóvenes.
En esa jornada, ni siquiera había partido programado.
El portavoz de la DDP señaló, al respecto, que el incremento de la violencia se debe a varios factores entre los que destacó el periodo de pospandemia.
"El tiempo que las personas han pasado restringidas de su libertad puede estar siendo un factor para que estos hechos violentos estén recrudeciendo con mayor grado que antes de la pandemia", apuntó Castillo.
LIMA, ESCENARIO DE VIOLENCIA PRECEDENTE
La violencia alrededor del fútbol peruano, como apuntó el portavoz de la Defensoría, ha tenido como escenario previo a Lima, la ciudad que reúne a casi un tercio de la población peruana, más de 10 millones de personas, y donde se encuentran "los dos equipos más grandes del Perú".
"Es indudable que ha sido aquí (Lima) el lugar donde la violencia siempre se ha expresado en mayor grado que en las distintas regiones del país", aseguró Castillo.
De hecho, el asesinato en 2011 del joven Walter Oyarce, seguidor del Alianza Lima, durante un partido clásico del fútbol peruano frente al Universitario de Deportes dio pie a la aprobación de la ley que previene y sanciona la violencia en los espectáculos deportivos.
Dicha normativa, a ojos de la DPP, no es suficiente para frenar la violencia fuera de los espacios deportivos, por lo que pide que se identifique y aplique la ley a estos criminales, ya que bajo su punto de vista "nada genera más violencia que la impunidad".