La derrota de Alianza Lima ante Libertad de Paraguay en Matute fue un trago amargo para los hinchas blanquiazules, pero sí algo invitó a la ilusión fue la actitud y el coraje que mostró Christian Cueva y su complicidad con Hernán Barcos, que acercó al conjunto victoriano a un empate que finalmente no llegó.
Guillermo Salas tomó nota y le renovó la confianza a Cueva para el partido ante Binacional, aquel que podía significar y terminó significando la consagración blanquiazul en el Apertura.
Ante El Poderoso del Sur, Salas le dio la confianza a Barcos y Cueva, y el "10" mostró el fútbol que tanto anhelaban ver sus hinchas con la camiseta blanquiazul. Paredes, complicidad, visión de juego y pase filtrado fueron los recursos que el trujillano expuso y que pusieron en jaque a la defensa de Binacional.
Christian Cueva se sintió como un pez en el agua con un "9" que entiende su mismo lenguaje, aquel de pases cortos y asociaciones, además de tener a dos extremos picantes y que siempre piquen al espacio o se desmarquen bien para aprovechar sus pases como Bryan Reyna y Franco Zanelatto.
La influencia de Cueva en el marcador recién se vería en la segunda parte cuando filtró un pase que Reyna transformó en el 3-1 y cuando sacó un centro que Edson Aubert desvió para convertirlo en un 4-1 que destruyó las ilusiones de la visita.
Ante la grave lesión de Andrés Andrade, Christian Cueva estaba más obligado que nunca a asumir galones y ya viene mostrando el nivel del "10" que encendió la ilusión de un país a partir de su talento. Ahora le tocará asumir el reto de conducir a Alianza hacia una clasificación a octavos de final de la CONMEBOL Libertadores que parece complicada al tener que enfrentar a los brasileños Atlético Mineiro y Athletico Paranaense, pero que en club victoriano no dan la batalla por perdida.