César Valencia, directivo del equipo Futbol Paz, compartió con ESPN que el delantero del América se siente muy agradecido con México
MÉXICO -- César Valencia se convirtió en un otro padre para Julián Quiñones desde el 2013, cuando llegó al equipo amateur Futbol Paz. “Papá César”, como le dice el futbolista del América al directivo de dicha organización de Colombia, tuvo una conversación un mes antes de que se hiciera pública la intención del atacante de representar a México. Le contó lo agradecido que estaba con el país donde ha desarrolado su carrera como profesional, con lo que dedujo que jugar para el combinado cafetalero no era una opción.
“Yo creo que no se le pasó nunca por la cabeza venirse a jugar la selección de Colombia. Él es mexicano”, sentenció César Valencia en entrevista para ESPN. “Él ama a México. Él agradece a México todo lo que hoy en día es él. Eso es lo que yo sé con franqueza te lo digo”.
A pesar de que Julián Quiñones salió en el 2015 de Futbol Paz para firmar su primer contrato profesional con Tigres, César se mantiene en constante comunicación con su ‘hijo’, a quien considera uno de los alumnos más avanzados que han salido del equipo de Cali.
“(Me dijo) que para él sería un orgullo y que él está muy agradecido con todo lo que México en el tema del futbol le ha dado. Me parece que esto es un legado, un mensaje para muchos de los chicos que no ven el futbol como una verdadera profesión y lo sienten así. Yo pienso que hay muchos chicos que se van para afuera del país y no ven, no se instalan como Julián se ha instalado en esa tierra tan hermosa como es México”.
Así como la relación de Julián Quiñones con César Valencia se mantiene desde el 2013, el atacante tampoco se olvida de Futbol Paz. Además de que sus derechos de formación, pagados por Tigres, ayudaron a que la infraestructura creciera, el atacante suele visitarlo para afinar detalles de cara a las nuevas temporadas.
“Hasta hace unos dos años, venía incluso a hacer una medio pretemporada aquí en nuestro sitio, porque la calidez humana de nuestros técnicos y de las personas que trabajan aquí, hacían de que Julián viniera aquí a entrenarse, a prepararse para irse de nuevo a México. Venía aquí a moverse y a trabajar algo de definición, algo de coordinación, algo de preparación física”.
César se dice orgulloso por todo lo que ha logrado Julián Quiñones en su carrera. Califica como merecido lo que ha vivido su ‘hijo’ en los últimos meses, que fichó al América y se decidió por representar a México, pero también considera que es premio a la resiliencia que ha tenido el delantero desde su infancia, cuando evitó caer en la guerrilla en Magüí Payán, municipio de donde es el jugador bicampeón con Atlas.
“Saber de dónde viene y hasta dónde ha llegado no es fácil. Eso no es fácil. La cantidad de trabas que ha tenido, la cantidad de problemas que pudo tener. Y siempre estuvo con la cabeza en alto, siempre se trabajó al 120%. Y en la vida de estos chicos no es nada fácil. Salir desde donde viene, con las dificultades tan terribles y llegar a verlo hoy en día en una selección mexicana es un motivo de orgullo, no solamente para nosotros, para su familia, para él. Él está haciendo historia”, concluyó Valencia.