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Diego Carlos, el héroe del Sevilla que trabajaba en una fábrica de armarios

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Sevilla se impuso al Inter de Milán y ganó su sexta Europa League (1:49)

El gol de chilena de Diego Carlos entregó el título a la escuadra de Julen Lopetegui. (1:49)

Conoce la historia de Diego Carlos, el héroe del Sevilla en Europa League que solía trabajar en una fábrica en Brasil

El héroe del Sevilla con gol de chilena, Diego Carlos, trabajaba en una fábrica de armarios y no tenía cabida en Sao Paulo.

Diego Carlos es un nombre más en otro título del Sevilla en la Europa League, el sexto en la historia del club. El brasileño era casi un villano, pero se convirtió en un auténtico héroe cuando marcó un gol de chilena -el balón se desvió en Lukaku, pero la UEFA confirmó el gol a Diego- para dar la victoria en la final de la Europa League ante el Inter de Milán.

Pero, al final, ¿quién es Diego Carlos?

Con 27 años, fue uno de los grandes destacados brasileños en la temporada europea, pero es poco conocido porque apenas jugó en Brasil, pues estuvo una temporada en São Paulo, pero terminó saliendo del club por falta de espacio y después de una lesión.

Criado en la ciudad de Dois Córregos, en el interior de São Paulo, Diego creció en una familia humilde. Sus padres eran cortadores de caña y él ayudaba a mantener la casa con trabajos en el campo y también como vendedor de paletas heladas.

Cuando era adolescente, ingresó al programa de jóvenes aprendices y trabajó durante un año en una fábrica donde lijó, pintó y empacó armarios.

Acostumbrado a jugar al futbol en la calle, un día Diego fue con un amigo a hacer una prueba descalzo en una escuela.

“No me querían dejar jugar, pero el entrenador me prestó sus botas, que eran tres números más grandes que mi pie. Vio que yo estaba bien, pero no pude jugar por el dinero. Me dejaron quedarme gratis y ahí es donde empezó todo”, reveló Diego Carlos.

Diego concilió la rutina del estudio, el trabajo y el fútbol. A veces, el joven tenía el permiso del jefe para tomarse unos días libres para hacer pruebas. Después de no pasar las pruebas con Guaraní, fue aprobado a los casi 17 años en la América de São José do Rio Preto.

“Recuerdo que había muchos chicos, pero solo pasaron seis. Mi nombre fue el último en ser llamado, pero sólo me quedé porque le caía bien al preparador físico. Dijo que en realidad me iban a evaluar otra semana. Al final, logré quedarme”, contó.

Poco después despertó el interés de Desportivo Brasil, club Porto Feliz-SP que pertenecía a la empresa Traffic. El problema es que el técnico Pita lo quería como defensa, mientras que el joven inició como centrocampista ofensivo.

“Tenía dudas porque es complicado. Cada gol anotado es culpa nuestra (risas). Fui a hablar con mi padre, que estaba en contra de que me mudara, pero aun así fui ”, recordó.

Como tenía poco espacio al principio, dejó el club durante tres meses, pero fue aceptado nuevamente. Su oportunidad llegó cuando el equipo realizó una gira por Europa y jugó en algunos partidos para menores de 20 años.

El éxito fue inmediato y atrajo diversos intereses. En sólo un año, ya estaba en la sub-20 del São Paulo, disputando la liga Paulista y la Copa São Paulo de fútbol juvenil.

“En cuatro partidos marqué dos goles y me uní al equipo superior con Lucas Evangelista y Lucão".

El problema es que el equipo profesional contaba con siete defensas en 2013 y Diego no tenía mucho espacio.

“Estaba muy feliz porque me estaban viendo. Pensé que era solo estar tranquilo lo que podía lograr”, contó.

Pero su destino cambió cuando fue convocado por el técnico Sérgio Baresi a un duelo ante el Paraná en la Sub-20.

“Sufrí una lesión que me complicó. Tuve que hacer recuperación en el club y vi que sería muy difícil recuperar espacio en el equipo”, analizó.

Diego Carlos habló con su técnico y se fue a Estoril, club portugués que también pertenecía a la empresa Tráffic y jugaba en Primera División.

Como aún no contaba con mucha experiencia, el defensa fue cedido por una temporada al equipo B del Oporto, que jugaba la Segunda División. A su regreso, su carrera dio un salto.

"Fue genial porque pude jugar varios partidos, marqué dos goles y vi cambiar mi historia", señaló.

Fichado por Nantes, el brasileño se convirtió en titular y rápidamente tuvo éxito. En seis meses, ya tenía ofertas para irse, sin embargo, renovó su contrato.

“Los aficionados me querían porque siempre hacía lo mejor que podía. Incluso cuando el equipo no estaba bien, ellos me apoyaron”, dijo.

Un árbitro trató de agredirlo

En enero de 2018, el zaguero vivió el momento más insólito de su carrera en la derrota por 1 a 0 ante el PSG. Se topó con el árbitro Tony Chapron, quien cayó al suelo y luego intentó patear al brasileño.

“Lo miré y le dije: '¿Qué hiciste? ¿Cómo así? No estoy entendiendo'. Regresó, me dio una tarjeta amarilla y luego una roja", recordó entre risas.

Nadie entendió la actitud de Chapron. Poco después, la Federación Francesa anuló la sanción y suspendió al juez de forma indefinida.

En tres años como titular en Nantes, Diego Carlos tuvo varias situaciones para marcharse, pero se quedó en Francia hasta el final de la pasada temporada, pues recibió una tentadora oferta del Sevilla.

"Todo fue muy rápido. 'Monchi' (director deportivo) fue muy directo conmigo sobre lo que le gustaría para mí y los planes. Tenía muchas ganas de ir y acepté en el acto", confesó.

El brasileño fue el segundo refuerzo del llamado “mago de las contrataciones” en su regreso a Sevilla y se convirtió en una pieza clave del equipo. Por eso, ya se especula con los clubes más grandes del mundo. Su nombre ya ha sonado en equipos como Liverpool, Real Madrid y Manchester City.