La gente estalló. Insultó y agredió a sus propios jugadores. Los dirigentes lanzan dardos de un lado a otro. Los futbolistas son cuestionados. Peñarol, pese a haber ganado el Torneo Apertura y ser líder de la Tabla Anual, es un polvorín.
Darío Rodríguez asume la dirección técnica del club en un momento sumamente complejo, con varias heridas abiertas en distintos lugares que van desde la mesa de directiva, pasan por el campo de juego, y se reflejan en las tribunas.
Deportivamente, Peñarol no gana desde el 8 de mayo de 2023 cuando venció a Racing por el Torneo Apertura. Desde ese entonces a la fecha lleva seis partidos sin triunfos.
En lo que va del Intermedio ganó 1 de los 9 puntos que disputó. En la CONMEBOL Sudamericana lleva 0 de 15. Peñarol perdió todos los partidos y el jueves tendrá que cerrar la llave ante América Mineiro en medio de un clima enrarecido.
¿Motivos? La gente estalló. En el partido que los carboneros jugaron contra Wanderers en el Parque Viera, la barra tapó la visión de la cancha con banderas colgadas en el alambrado de la tribuna popular.
Al finalizar el partido, que terminó igualado 0 a 0, se encendió la llama. Los jugadores abandonaron el terreno de juego en medio de insultos y agresiones. Unos minutos después los dirigentes atravesaron la cancha rumbo al vestuario y la gente la emprendió contra ellos.
Las críticas de los hinchas apuntan a dirigentes, gerencia deportiva y futbolistas. No se salva nadie.
La gerencia deportiva del club, encabezada por Pablo Bengoechea y Gabriel Cedrés, es duramente cuestionada. Algunos dirigentes plantearon el fin de su ciclo. El tema se analizó en la directiva donde se votó la continuidad. En el voto a voto ganó la postura de destituir a Bengoechea, pero el presidente Ruglio hizo valer un artículo para que sus votos tuvieran más valor.
Esto derivó en otro tema con el que se encontrará el nuevo entrenador Darío Rodríguez: la grieta a nivel directriz. El secretario general Evaristo González renunció a su cargo. El consejero Fernando Errico, en una intervención en Canal 5, catalogó de “dictadura” lo que se vive en el club. A esto se suma que a fin de año habrá elecciones en Peñarol y los dardos vuelan de un lado al otro.
Los jugadores tampoco se salvan del actual momento. Peñarol sufre un bajón futbolístico y hay individualidades que están lejos de su rendimiento habitual.
El caso más notorio es el del goleador Matías Arezo. Su inicio fue demoledor, pero entró en una mala racha y se le cerró el arco. El delantero lleva cuatro partidos sin anotar. Su último gol fue por la Copa Sudamericana ante Millonarios en Bogotá.
Otro jugador que bajó su nivel es el zaguero brasileño Leo Coelho. Al tiempo que el golero Thiago Cardozo, que arrancó como capitán, fue sacado del equipo ante River, y volvió el pasado fin de semana, también es cuestionado por los hinchas.
Bajo estas condiciones, Darío Rodríguez asume un reto duro y complejo. A pesar de ser campeón del Apertura, asegurarse un lugar en la definición del Campeonato Uruguayo, y liderar la Tabla Anual, Peñarol es un polvorín.