Muchos jugadores coinciden en que su club es su segundo hogar, y Guadalupe Paseyro no es la excepción. Piensa y siente que San Cirano es su lugar en el mundo, con la familia y amigas. Juega al hockey desde que tiene ocho años y siempre lo hizo allí. Desde que su mamá, que se desempeñaba en la cuarta, la llevó un sábado, no se despegó de este deporte. Y fue tanto lo que jugó y entrenó, que llegó a Primera y a los 22 años es la máxima goleadora de la categoría C con 16 tantos en 15 fechas.
“El clima, la gente del club, es algo muy único. Paso más tiempo ahí que en mi casa. Conocí personas increíbles, amigas, compañeras. Llego y me olvido de todo, voy a disfrutar de estar ahí que para mí es lo más importante”, comenzó relatando la delantera sobre San Cirano.
Pasar los años y las etapas de la vida en una misma institución lleva a compartir momentos con estandartes que luego se vuelven pares. Para Gudi –como lo dicen en el equipo-, Laura Sgut, que fue su entrenadora cuando estaba en Octava división, era un ejemplo a seguir y hoy comparten sábados en la cancha. “Jugar con ella y ser amigas es muy lindo. Además de que aprendo muchísimo, nos conectamos demasiado. Ella me dice que sabe dónde voy a estar y lo mismo me pasa a mí. Yo sé que si le doy un pase tengo que seguir corriendo porque me la va a devolver. Es un gran ejemplo de perseverancia y ojalá que no deje nunca de jugar”, contó.
La sensación de convertir, para Paseyro, es difícil de explicar. Es alegría, felicidad y un impulso para seguir adelante. Pero no es sencillo llegar al objetivo siempre. “Mi virtud es la cabeza, al empezar a jugar en Primera me costaba muchísimo meter goles, me frustraba, no me salían las cosas. Hoy pienso más lo que voy a hacer cuando tengo la bocha, busco la mejor opción, trato de no frustrarme si no entró al principio porque sé que si sigo intentando va a entrar”. La experiencia que carga Guadalupe con sus 22 años le deja como la máxima anotadora de la categoría C. De los dos torneos (C1 y C2) que comprende un total de 32 equipos, es la única que lleva 16 conversiones. Quién le sigue es Oriana Carnevali de U. de La Plata con 12.
Al ser consultada sobre el gol que más recuerda, respondió: “Tengo muchos, pero creo que el más lindo fue contra Mariano Moreno este año. Una jugada en el tercer cuarto, en el que termino definiendo arriba con la arquera tirada en el piso. Es uno de mis favoritos por la situación en la que venía el partido, se necesitaba meter un gol y porque me tomé un segundo más para definir la jugada”, dijo Guadalupe.
El objetivo este año y con los resultados de etapa uno finalizados (primeras de la C2 con 37 puntos), es claro para San Cirano. “Queremos seguir creciendo como equipo para poder conseguir jugar en una categoría más alta, mejorando nuestro juego, estando en los detalles que hacen la diferencia. Tenemos un equipo joven pero que venimos jugando juntas hace bastante, buenas incorporaciones de quinta y ojalá tengamos una buena segunda parte”.