Abril Magdalena Vázquez se convirtió en una pieza importante de Liceo Naval Militar a su temprana edad, la destreza en el área, y su apetito goleador, hizo que el equipo se apoye muchas veces en ella, pero ahora -con mayor experiencia- toma el aprendizaje de su recorrido para poder sacar lo mejor de lo vivido y a lo que le quede por vivir.
La cita no pudo ser otra que su club, en la previa del partido correspondiente a la Copa Buenos Aires ante Mariano Moreno, Abru se sentó en el banco que da la espalda al lugar donde ejercita su tiro de córner corto a dialogar sobre el significado de la institución en su vida: “Este es el lugar en el que pasamos la mayor parte del tiempo. Liceo es un club en el que te sentís bien, que estás cómodo. Mucha gente de afuera lo elije, justamente por eso, porque se sienten bien. Nos encargamos de que la gente que venga se sienta parte. Es mi casa, mi familia, somos todas muy compañeras y muy buenas personas”, inició atestiguando Abril.
La número 22 del Tricolor pasa muchos momentos en el predio de Núñez, pero se animó a atestiguar cuales son los mejores para ella: “Si bien soy muy competitiva y quiero ganar siempre… me encanta que juguemos bien. Un buen hockey, que apliquemos conceptos, todo lo que se entrena. Independientemente del resultado. Entonces cuando podemos plasmarlo en la cancha, y si es acompañado por el resultado, muchísimo mejor. Otro momento es cuando estamos acá, feriados, sábados a las diez de la mañana. Cada momento que pasamos acá juntas, que estamos haciendo nada, charlando. Eso es lo que más me gusta de este lugar".
Si bien Abril disfruta las estadías en su institución, no faltan las veces que la invita a pensar acerca de las ganas de seguir ejerciendo su disciplina: “No te voy a mentir. Me lo replanteo mucho y siempre está la misma respuesta, ‘lo lindo pesa más que lo no tan lindo’, o el esfuerzo que uno le pone; pero creo que es el disfrutar de estar acá, no me imagino mi vida en otro lugar. Siempre pienso, ‘si no juego hockey, ¿qué hago con mi vida?’ Que obviamente hay una vida después del hockey, pero por suerte sigo aprendiendo, que para mí eso es súper importante", afirmó la delantera.
El 2024 fue bisagra en Núñez, el Tricolor tuvo buenos pasajes de hockey pero no logró afianzarse cuando el torneo lo pedía, a pesar de ello Vázquez rescató lo bueno de esa temporada: “Liceo está acostumbrado a jugar instancias decisivas, o pelear por estar entre los mejores y el año pasado fue duro. No decimos que fue bueno o malo, pero no nos fue como esperábamos. Resultó de mucho aprendizaje porque nos tocó vivir a lo que no estábamos acostumbradas, que era lidiar con la frustración, a jugar muy buen hockey e igual perder. Es un proceso largo, que nos sirvió para hoy poder estar un escalón más arriba”, aseveró la 22.
"Yo soy delantera y siempre quiero meter goles"
Lidiar con la frustración no es sencillo y menos si la carga viene de la cabeza de uno mismo: “Creo que es tenerse un poquito de paciencia, que va de la mano con el disfrutar. De no ser tan exigente, el año pasado me costó mucho. Pero aprendí a permitirme no estar al 100 todos los sábados. No ser mi mejor versión todos los partidos. Que es normal. Uno no puede ser siempre el mejor y creo que entendí mucho sobre eso”, firmó Vázquez.
Dentro de este contexto, ¿qué le aporta Abril Magdalena a este Liceo 2025?
“Crecí mucho durante todos estos años hasta el día de hoy. Si bien me falta un montón por aprender, hoy, siendo grande pero no tan grande, porque son todas muy niñas, me gusta liderar. Es algo que siempre intenté hacer y me sale un poco por naturaleza. Intentar que me escuchen, de llegarles a cada jugadora. Entender que cada una es distinta. Sigo creciendo en ese rol de referente. Hay un montón más igual, obviamente, pero intento acompañarlas. Tratar de encontrar la mejor versión de cada una. A mí me gusta mucho que se la crean un poco. Quizás por la edad que tienen muchas, no saben lo importantes que son y todo lo que pueden dar”, aseveró una de las capitanas del William.
Y añadió, “obviamente juega un poco la presión que ellas se ponen. Estar en Primera, jugar más minutos, ser suplente. Lo que siempre está sobre la mesa en los equipos. Siento que la clave está en inculcarles que tienen que disfrutar, que se la crean un poco más. Que descubran qué es lo que las hace importantes a ellas. En definitiva, lo resumiría como: tratar de que el otro encuentre su mejor versión, porque cuando ellos encuentran su mejor versión yo me siento bien conmigo”, finiquitó Vázquez.
