Finalmente, la casa de Borgo Panigale acomodó las fichas del tablero de un modo que inicialmente no era el elegido, pero se vio obligado: el catalán será oficial, el madrileño se muda a Aprilia y el italiano, a KTM.
Mientras los tifosi le demostraban su amor incondicional a Pecco Bagnaia durante el fin de semana del GP de Italia, en Mugello, tras bambalinas se vivían frenéticas reuniones, amenazas, tironeos y cambios repentinos a decisiones que parecían firmes. El motivo: la estructura Ducati para 2025. Con el correr de las horas, la novela llegó a un final que se reescribió varias veces, pero que marcó que para 2025 se dará el desembarco de Marc Márquez en la escudería de fábrica, la mudanza de Jorge Martín a Aprilia y la llegada de Enea Bastianini a KTM. En el medio, una historia imperdible.
Entre las carreras de Barcelona y Mugello, Ducati finalmente se había decidido: Martín era el elegido para ocupar el sillín de Bastianini a partir de 2025 y ser el compañero de Pecco Bagnaia. La decisión la adelantó el medio italiano La Gazzetta dello Sport el jueves previo al arranque del GP de Italia. El madrileño, subcampeón 2023 y actual líder del Mundial, hizo méritos más que suficientes para recibir esa oportunidad de vestirse con los colores oficiales. Martín fue recibido en Mugello por un alto ejecutivo de Ducati, quien le dio la bienvenida al equipo de fábrica y todo se rubricó con un apretón de manos. La estrategia que había pergeñado la cúpula de la casa de Borgo Panigale incluía la mudanza de Márquez del equipo Gresini al Pramac para el año que viene y así contar con una Desmosedici GP25 (la casa italiana tiene cuatro motos de versión actual en cada Mundial, dos para el oficial y otras tantas para el Pramac). ¿Y Bastianini? No era un tema que importara mucho entre los popes.
Desde la cúpula de Ducati estaban muy satisfechos con la ingeniería que habían armado para retener así a Márquez, la estrella del Mundial que más marketing y ventas genera, y al súper competitivo Martín. Pero algo pasó en el medio. Ese mismo jueves de Mugello, cuando la prensa acreditada consultó a Márquez sobre su llegada al Pramac, fue tajante: “El Pramac no es una opción para mí. No voy a ir de un equipo satélite a otro. Yo quiero la última versión de la moto y, si puede ser, con un equipo oficial”, disparó el hexacampeón de MotoGP al tiempo que abría la puerta a mudarse a otra marca.
La declaración del catalán hizo sucumbir el plan de Ducati. Márquez se mostró en el paddock de Mugello en una distendida y amable charla con Paolo Campinoti, dueño del Pramac, en la que le aclaró que no tenía nada contra su equipo. Claro, Marc quería otra cosa y la bomba ya había explotado con su declaración. Claudio Domenicali, CEO de Ducati Corse tomó el toro por las astas, no iba a permitir que el piloto que más vende en el Mundial dejara la marca. El domingo de Mugello se realizó una nueva reunión de Ducati con Martín: 72 horas después de darle la bienvenida al equipo oficial, le informaron que no sería compañero de Pecco.
Un rato después de que la bandera de cuadros marcara el final del GP de Italia, Martín se reunió con Massimo Rivola, el CEO de Aprilia. El acuerdo fue casi inmediato y un día después, el español fue anunciado como el reemplazante de Aleix Espargaró para 2025 en la casa de Noale. El destrato de Ducati con Martín fue fuerte, sin dudas.
Dos días después de la carrera de Mugello, Ducati confirmó la llegada de Márquez al equipo de fábrica. “Ducati Corse tiene el placer de anunciar que ha llegado a un acuerdo con Marc Márquez para los próximos dos años. Al final de la temporada actual, donde pilota la Desmosedici GP del Gresini Racing MotoGP, el ocho veces Campeón del Mundo (31 años) se unirá al Ducati Lenovo Team al lado de Francesco Bagnaia y pilotará la moto roja del equipo de Borgo Panigale hasta el 2026", comunicó la escudería.
Su contundente declaración sobre la chance de ir al Pramac y la posibilidad cierta de mudarse a KTM o Aprilia fue el botón que presionó Márquez para hacer temblar a Ducati. Y le sirvió, porque estará vestido de rojo. No solo se trata de su imagen cautivante, también es por su rendimiento. Con la Demosedici GP23 del Gresini recuperó la competitividad que había perdido en el Vía Crucis que fue el cierre de su paso por Honda.
¿Y Bastianini? La Bestia se unirá a las filas de KTM, pero vestido de GasGas. La casa austríaca tendrá a Pedro Acosta y Brad Binder en su equipo de fábrica, pero Enea contará con la misma moto que el español y el sudafricano en el team satélite.
En el medio de todo esto, queda un Mundial por definir y que tiene a Martín como líder, seguido por Pecco y Márquez. ¿Aceptará Ducati que el madrileño del Pramac se lleve el cetro a Aprilia? La novela promete seguir sumando capítulos.