El español se recuperó del error del sprint y consiguió un triunfo abrumador en la 15ª fecha del Mundial para aumentar su ventaja sobre Pecco Bagnaia, quien fue tercero.
El circuito de Mandalika tenía una especie de embrujo para Jorge Martín. Jamás había sumado puntos un domingo en el GP de Indonesia. Y, no solo eso, en el ejercicio 2023 fue donde el Mundial se torció definitivamente para Pecco Bagnaia después de una caída increíble del español, cuando lidera con comodidad. “Quería humillarlos”, fue la frase que lanzó tiempo después. Ese golpe lo marcó, le dejó una cicatriz en su campaña deportiva. Al volver este año a la isla Lombok, los recuerdos se le venían a la cabeza al madrileño del equipo Pramac. Para colmo, los fantasmas llegaron en el sprint, cuando se fue al piso en la primera vuelta cuando comandaba el pelotón, tras una pole position de ensueño. Otra vez un error de Martín, uno más de tantos, y otra vez en Indonesia.
Así, con toda esa carga, Martín salió a la carrera larga, la que más puntos otorga. Llegó después de perder la mitad de su ventaja en la cima del Mundial en el sprint, ganado por Pecco Bagnaia. Las 24 unidades de colchón se habían reducido a 12. Fantasmas y más fantasmas. Pero el español los espantó a todos con un triunfo sensacional, de punta a punta, con un ritmo arrollador. El mismo que había mostrado durante los entrenamientos y con el que podría haber vencido el sábado, pero allí falló. En la competencia larga, no hubo yerros y sentenció su octavo triunfo en la máxima categoría del Mundial.
Martín celebró enloquecido su éxito y paró a desparramar efervescencia en la maldita curva 16, la del desliz del sábado. El triunfo fue clave para Martín, para sacarse la espina con Mandalika y para acomodar sus acciones en el Mundial. Porque, finalmente, se fue de Indonesia con una ventaja de 21 puntos sobre Bagnaia, tres menos de los que tenía al llegar, pero que tiene buen sabor después del sprint.
“Estoy muy feliz después de todo lo que ocurrió en esta carrera el año pasado y ayer (por el sábado). Yo no tenía dudas de mí mismo, volví a tener las buenas sensaciones en la carrera. La fui llevando y lo conseguí”, contó Martín, quien no tuvo rivales en todo el fin de semana en Mandalika. Solo él mismo, porque podría haber sacado el 100% de los puntos en juego de no haberse equivocado en el sprint.
Para Bagnaia, el tercer lugar final fue un gran resultado. El italiano volvió a largar mal (una vez más y van…) y su carrera quedó hipotecada. Se recuperó en la parte final, pudo superar a Marco Bezzecchi y Franco Morbidelli y, con la caída de su compañero Enea Bastianini, se quedó con el último escalón del podio, todo un premio para el bicampeón. “Tuve una mala largada, es la quinta consecutiva en la que no lo hacemos bien, hay que mejorar eso. Perdí lugares, después me costó al ir detrás de Morbidelli y Bezzecchi. Cuando los pasé ya era tarde para ir adelante”, contó.
La pelea por el título, en las cinco fechas que quedan, está reservada para Martín y Bagnaia. El panorama estaba planteado desde hace rato, pero había dos contendientes que querían sumarse y presentarse como amenaza: Bastianini y Marc Márquez. Pero los dos quedaron out en Mandalika. La Bestia se fue al piso cuando marchaba tercero y se acercaba a Pedro Acosta (finalmente segundo con la GasGas e investigado por la presión de sus neumáticos). Y el español del equipo Gresini debió abandonar con su Ducati en llamas, por la fuga de algún líquido que tomó fuego. Si bien quedan 185 puntos en disputa, Bastianini quedó a 75 y Márquez, a 78 de Martín, una diferencia abismal, por más errores que pueda cometer Martinator.
Si nada de tiempo de descanso, el Mundial continuará el próximo fin de semana en Japón, para enhebrar tres carreras consecutivas. Martín llegará con confianza, tras sacarse los fantasmas de Mandalika. Bagnaia, preocupado por las largadas. Y una relación entre ambos que parece helada, como se pudo ver en el corralito previo al podio.