MARACAY -- El gobierno venezolano anunció la inminente nacionalización de la principal empresa telefónica del país, de las compañías eléctricas que todavía están en manos privadas y de la explotación petrolera de la Faja del Orinoco.
La gobernación del estado Miranda, dirigida por Diosdado Cabello, un teniente en retiro, también declaró la expropiación del principal aeropuerto privado cercano a Caracas, la semana pasada.
El próximo paso parece ser, definitivamente, la intervención del sector oficial en el beisbol profesional.
El presidente Hugo Chávez solicitó al gobernador del estado Carabobo, general Felipe Acosta Carlez, que "ponga mano" a la directiva del Magallanes y tome el control del equipo, uno de los más populares del país, cuya sede está en Valencia, la capital carabobeña.
Acosta Carlez dijo el viernes, en una rueda de prensa, que seguirá las instrucciones que el mandatario nacional le giró públicamente en una cadena de radio y televisión, un día antes.
"Lo que pasa es que el presidente Chávez es magallanero y yo también, y me dice: Acosta, ponle la mano al Magallanes", relató el ejecutivo regional. "Yo le voy a poner la mano al Magallanes, pierda o gane (la final contra los Tigres)".
Los Navegantes, que cayeron en cinco juegos, están regidos por una junta administradora, en la que la gobernación de Carabobo es integrante minoritario.
AMENAZA REITERADA
Es la segunda vez en tres años que el militar anuncia su determinación de intervenir a los turcos. El alto mando bucanero negó el domingo que una medida así sea posible, tal como había advertido en la primera ocasión
Jorge Latouche, presidente de los turcos, señaló que el Gobernador "está mal informado" en cuanto a las acciones que puede tomar con la divisa, e indicó que tratará de reunirse con él para hablarle de los estatutos de la liga y de la fundación que administra al Magallanes.
"Estas declaraciones, lamentablemente, afectaron al equipo y su desempeño en la final", aseguró Latouche.
La tropa cabrialense es una entidad privada, que fue adquirida por un grupo de carabobeños antes de la temporada 1969-70, cuando se mudó del estadio Universitario de Caracas al José Bernardo Pérez de Valencia.
El cambio de los bucaneros al parque valenciano contó con el visto bueno unánime de los equipos que formaban parte del circuito profesional en ese entonces. De acuerdo con los estatutos de la liga, basta con que un club se oponga al cambio de manos de una novena, para que la medida sea inviable.
Leones, Tiburones y Pastora han pasado por ese proceso en esta década. En el caso de los escualos, el primer intento de venta fue vetado por los demás socios, hasta que un nuevo grupo económico consiguió la aprobación de las restantes escuadras.
Acosta dijo que esta vez va en serio, y que tiene un plan para hacerse de la escuadra azul.
"Dije que iba intervenir al equipo, como accionista, y dijeron (en la prensa regional): Acosta Carlez está loco", recordó el general. "Todavía puedo intervenir, pero legalmente. El primer paso es decretarlo patrimonio deportivo del estado. El Magallanes pertenece al pueblo, y quién quita que yo nombre a los propios integrantes del equipo en la junta directiva. El beneficio será que toda la publicidad le quedará a ellos mismos, y ellos podrán contratar otros peloteros, comprar guantes y potenciarse".
PRIMERA MEDIDA
La primera medida para que cambie de manos el control del club marino se puso en práctica este lunes, cuando el procurador de Carabobo, Ricardo Delgado, envió al Gobernador el texto del decreto que declara patrimonio deportivo del estado a la popular novena.
Ramón Guillermo Aveledo, presidente de la liga, advirtió, sin embargo, si Acosta interviene a los Navegantes, necesitará contar con el apoyo de los demás clubes.
"Jurídicamente no es viable lo que plantea", afirmó el ejecutivo, quien es abogado y también fue diputado de la república. "El cambio en la propiedad del Magallanes le plantearía a la liga una situación estatutaria, que los clubes deben resolver por unanimidad, incluso cuando no se trata del cambio de dueños, sino de un paquete accionario importante".
Aveledo recordó que el circuito "es una asociación de entidades privadas", que la actual Ley del Deporte no permite una intervención semejante y que el proyecto de ley que se discute en la Asamblea Nacional "más bien le pide (a las divisas de la pelota profesional) que se conviertan todas en sociedades mercantiles, es decir, en compañías anónimas".
El titular liguero coincide con Latouche al creer que Acosta "está mal informado" cuando habla del tema, incluyendo el supuesto control del gobernador Didalco Bolívar sobre los Tigres.
"La fundacion Tigres de Aragua es una entidad privada, en cuyo concejo de administración existe una participación de la Gobernación del estado, de los dueños fundadores y de la Cámara de Comercio, y ellos son quienes eligen a la directiva de la fundacion aragüeña, que siempre ha funcionado con una altísima cuota de autonomía".
Aveledo aseguró que "si el gobernador Acosta busca a la gente de los Tigres de Aragua, podrá informarse mejor sobre el asunto".
El general es un confeso magallanero, y antes de que terminara la final, habló de su esperanza acerca de la posibilidad de que se revirtiera el dominio de los bengalíes.
"Todavía no hay que aceptar la derrota", comentó el viernes. "¿Quién les dijo a ustedes que Magallanes no va quedar campeón? Puede que ganemos. De repente me meto yo a pitcher. De repente yo financio a algunos lanzadores de las grandes ligas y me los traigo, porque todavía puedo traer otros equipos internacionales y le damos una paliza a los Tigres de Aragua".
SEÑALES CONFUSAS
El gobierno venezolano no había expresado opinión formal acerca de la pelota profesional antes de esta semana.
Un funcionario de medio rango de la cancillería opinó, hace 15 días, que "el beisbol es alienante" y el recién creado ministerio del Deporte quiere reglamentar la firma de jugadores con las organizaciones de la gran carpa.
Eduardo Álvarez, ministro del Deporte, ha dicho, sin embargo, que su intención es proteger a los jóvenes deportistas de las prácticas desleales en que han incurrido algunas organizaciones, pero que no entorpecerá el salto al profesionalismo de quienes deseen hacerlo.
Un alto ejecutivo del beisbol rentado venezolano, sin embargo, mostró pesimismo cuando afirmó, días atrás, que el último juego de los Leones del Caracas en el round robin semifinal fue "el último de la pelota profesional en el estadio Universitario", seguro de que el presidente Chávez decretará la eliminación de la liga que funciona desde 1946, como otra medida de su revolución socialista.
Una confrontación por el control del Magallanes puede derivar, en un caso extremo, en un veto de parte de la liga, de la Confederación del Caribe e incluso del beisbol de grandes ligas, de acuerdo con los pactos y normas vigentes en la región.
"Lo voy a independizar, lo voy hacer libre", insistió Acosta acerca de los Navegantes. "Pero con un juicio. Eso no quiere decir que el juez me dé la razón o que me diga: negativo, Acosta, tú no tienes potestad legal para estar haciendo eso. El equipo es del pueblo. No es de Acosta Carlez, no es de una familia, no es de una fundación. Hay que hacer una asociación y que sean ellos mismos los que administren su propio destino".
Un grupo de jugadores magallaneros se reunió a finales del round robin con mandatario, confirmaron voceros gubernamentales.
Al menos tres fuentes vinculadas al equipo cabrialense indicaron que el cónclave ocurrió por intermediación del ex grandeliga y jardinero azul Antonio Álvarez, a fin de explorar la posibilidad de que la Gobernación entregara a los peloteros una bonificación especial por su desempeño en la temporada 2006-2007.
Acosta negó otorgar la bonificación durante la cita, y habló a los jugadores acerca de sus planes de intervenir la junta directiva y entregarles el control de la divisa, de acuerdo con las fuentes. Entre otros, asistieron Tomás Pérez, Géremi González, Carlos Enrique Hernández, Richard Paz, José Miguel Nieves y Álvarez, un entusiasta seguidor del presidente Hugo Chávez.