BUENOS AIRES -- Independiente reabrió con lógico orgullo su casa parcialmente remodelada y lo hizo en el marco de otra fiesta roja, iluminada por estrellas propias y fuegos artificiales.
En la casa nueva, el Estadio Libertadores de América, se destacó la garganta (o codo) del diablo, una de las cuatro que tendrá el proyecto cuando esté completamente terminado.
Todos los sectores ya habilitados del remozado hogar fueron ocupados por la parcialidad roja que revivió el glorioso pasado con la austoestima por las nubes y comenzó a apostar por un futuro acorde a semejante tradición.
Las dos bandejas inferiores de las cabeceras albergaron a los fieles del legendario Rey de Copas, pero las superiores todavía esperan la llegada del momento de su bautismo.
En la tradicional platea local también se juntó otra multitud cultora del fútbol de paladar negro.
El actual jefe de la familia, el presidente Julio Comparada, se exhibió radiante en su papel de anfitrión y padre de la nueva criatura, por la que se realizó un sacrificio grandísimo en cuanto a resultados futbolísticos, ya que poner ladrillo sobre ladrillo fue en los últimos tiempos absolutamente prioritario.
"Ya tenemos la certeza de que el 8 de febrero vamos a estar jugando acá de local", afirmó Comparada.
Otro que se refirió al orgullo rojo fue Miguel Angel Santoro, actual entrenador y arquero de los inolvidables equipos de las décadas del '60 y '70.
"Es un sentimiento único, estoy muy orgulloso de poder estar acá. Si Díos quiere vamos a arrancar de locales acá el año que viene y eso es fundamentral porque la localía se siente mucho, Son puntos que al final del campeonato se notan", sostuvo Santoro.
En la noche de Avellaneda tampoco faltó el reconocimiento para quienes en su vida terrenal vistieron la divisa con gran jerarquía y por ese motivo se le puso al vestuario local el nombre de José Omar Pastoriza en honor al inmortal caudillo y entrenador. Hubo música, como la que aportaron Los Leales, el grupo de cumbia que le dedicó un tema pegadizo al talentoso delantero Sergio Aguero, hoy valor destacado del Atlético de Madrid y del seleccionado argentino.
Adriana Varela también le puso su voz y su pasión al Himno de Independiente. Se disfrutó además de videos que permitieron saborear como se construyó el Estadio Libertadores de América, tanto en su versión anterior como en ésta que va adoptando su forma definitiva.
Y también se jugó al fútbol, con la participación de actores, jugadores ilustres del club y parte del platel actual.
Oscar Sastre, Patricio Rodríguez y los dos hermanos del Kun Aguero se ocuparon del puntapié inicial, simbolizando al fútbol del pasado, del presente y del futuro.
Los directores técnicos de los cuatro equipos fueron Santoro, el Mencho Agustín Balbuena, Francisco Pancho Sá y Roberto Pipo Ferreiro.
Y los conjuntos improvisados también fueron denominados como para repasar la exquisita existencia de los Diablos Rojos: nada menos que Sastre, Arsenio Erico, Vicente De la Mata y Ernesto Grillo.
Para Sastre jugaron entre otros Carlos Goyén, Pablo Rotchen, Gerardo Meijide, José Percudani, Adrián Calello y Patricio Rodríguez.
"Arsenio Erico" estuvo integrado entre otros por Luis Islas, Guillermo Ríos, Fernando Redondo, Ricardo Giusti, Hernán Fredes y Daniel Montenegro.
Por Vicente De la Mata jugaron Gustavo Moriconi, Juan Carlos Ramírez, Rubén Insúa, Javier Mazzoni y Lucas Pusineri. Ernesto Grillo estuvo conformado por Fabián Assmann, Carlos Enrique, Daniel Garnero, Ismael Sosa y Diego Churín.
Con fuegos artificiales se puso fin a una celebración que sirvió para mostrar en sociedad la nueva caldera del diablo.