BURDEOS (Enviado especial) -- Argentina pagó caros sus errores, tanto los cometidos este viernes como los de partidos anteriores, y quedó afuera de los Juegos Olímpicos al caer ante Francia por 1-0 en los cuartos de final.
Perder frente al local era una posibilidad concreta: con mayor o menor holgura, el equipo de Thierry Henry había ganado sus tres partidos de la fase de grupos sin recibir goles, erigiéndose en uno de los candidatos del torneo, y encima contaba con todo el apoyo de su gente.
En contraposición, Argentina había sido irregular para meterse en cuartos de final, sumando dos triunfos y una derrota, y justamente la consecuencia directa del traspié con Marruecos había sido enfrentar a Francia en un colmado Stade de Bordeaux.
El conjunto de Javier Mascherano sintió el impacto del gol tempranero de Jean-Philippe Mateta, uno de los mayores de Les Bleus, en un comienzo desfavorable para la Albiceleste, y aunque luego se recuperó, le costó generar juego. Como a lo largo de todo el certamen, Argentina careció de creatividad y efectividad en los metros finales, y solo se sostuvo por buenos tramos, más o menos aislados, según el caso, de sus mediocampistas.
Equi Fernández fue siempre el mejor del equipo, a veces secundado por Cristian Medina, en momentos puntuales auxiliado por la jerarquía de Thiago Almada. Con la ventaja en el marcador, Francia apostó por atrasar sus líneas y esperar con un bloque compacto a Argentina, que no encontró los caminos para desarrollar circuitos de juego y escalar en la cancha, algo que al anfitrión parecía resultarle sencillo a partir de la velocidad de sus atacantes.
Nicolás Otamendi perdió la marca de Mateta en el gol, como le había sucedido frente a Irak, la Albiceleste no pudo frenar las rápidas transiciones francesas, que de todas manera no derivaron en más goles, por falta de precisión en los metros finales, y encima el equipo de Mascherano estuvo muy ineficaz de cara al arco rival: Giuliano Simeone tuvo la más clara, pero Equi Fernández, Luciano Gondou y Julián Álvarez también contaron con las suyas.
No obstante, en líneas generales, la Albiceleste completó un buen partido en Burdeos, pero pagó caros errores previos.
Debido a la sorpresiva caída de Marruecos contra Ucrania, los cuatro equipos del Grupo B llegaron a la última fecha empatados, con el elenco sudamericano en el primer puesto. Y no aprovechó esa mínima ventaja: los africanos le ganaban 3-0 a Irak en 36 minutos y Argentina debía igualar ese resultado, pero recién abrió en el marcador en el inicio del complemento, y después de eso no mostró ambición o voracidad para salir a buscar el segundo, que llegó sobre la hora. Luego, ni indicios de ataques para tratar de conseguir el liderato.
La consecuencia fue enfrentar a una Francia envalentonada y acompañada masivamente por sus hinchas, lo que a priori significaba un panorama más complicado que un eventual cruce con Estados Unidos (o Nueva Zelanda, en ese momento) en el Parque de los Príncipes de París. Quizás, con la clasificación a cuartos prácticamente abrochada, los rioplatenses deberían haber salido en busca del 3-0.
A lo largo de la competencia, Argentina mostró problemas para generar juego. No tuvo inconvenientes para tener la pelota, pero sí para hacer daño con ella. El tándem en el mediocampo funcionó, pero ni los laterales ni los delanteros terminaron de engranar, aspecto en el que destacó el flojo torneo de Julián Álvarez, por nombre, temporada y calidad, probablemente el mejor de todos los convocados de todos los seleccionados en la previa.
Del otro lado, en defensa, exhibió fragilidades, tanto en el juego aéreo como en el retroceso. En ningún momento alcanzó una solidez que le diera confianza al equipo para generar, probar, perderla y volver a intentar. Otamendi no fue el mariscal de Qatar 2022, Di Cesare tuvo muchos problemas en la marca y con la pelota y los laterales, varias veces cambiados, tampoco tuvieron grandes rendimientos.
La eliminación de Argentina en cuartos de final, un resultado por debajo de las expectativas, tanto por la jerarquía del plantel como por los éxitos contemporáneos de la Selección, era inesperada en la previa del certamen, ya que era uno de los grandes candidatos. Más previsible era un partido duro y caliente, como sucedió, con Francia, pero en la muy polémica caída con Marruecos empezó a gestarse esta salida anticipada de París 2024, respaldada por un funcionamiento colectivo que nunca terminó de plasmarse en el campo de juego.
Inmediatamente, los futbolistas del equipo de Mascherano se sumarán a sus clubes o empezarán unas cortas vacaciones, ya pensando en el segundo semestre del año, luego de una gran experiencia olímpica que no termina con el sentimiento del deber cumplido.