Tokio y los Juegos Olímpicos tienen una extraña relación ligada a las dificultades y el simbolismo. Su primera aventura pintaba para 1940, pero la invasión japonesa a China obligó a mudar la sede a Helsinki (Finlandia); aunque las competencias finalmente no se realizaron debido a la Segunda Guerra Mundial.
En 1964 llegaron los Olímpicos a la capital nipona, y entonces el mundo vio por primera vez transmisiones de televisión en vivo y cómo Yoshinori Sakai, nacido en Hiroshima el 6 de agosto de 1945, el día que cayó la bomba atómica sobre esa ciudad, encendió el pebetero olímpico como un mensaje de paz y renacimiento al mundo.
Los japoneses intentaron volver a recibir los Juegos presentando a Nagoya para 1988, pero siendo favoritos perdieron en la votación frente a Seúl, Corea del Sur. Osaka lo intentó para 2008, pero ganó el rival China con Beijing. También se postularon para 2016, y ahí ganó Río de Janeiro, Brasil.
En ese lapso, si recibieron los Juegos Invernales de Saporo en 1972 y Nagano en 1998.
Finalmente, en 2013, en la sesión 125 del COI realizada en Buenos Aires, Argentina, ganaron sobre Estambul (Turquía), y Madrid (España), para organizar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En la primera fase también habían competido Bakú (Azerbaiyán), Doha (Qatar) y Roma (Italia).
El logotipo, su primer escándalo
En el verano de 2015 el Comité Organizador de Tokio 2020 anunció que el logotipo de los Juegos Olímpicos de 2020 sería una T estilizada con el símbolo rojo de la bandera japonesa en la parte superior derecha, pero poco después el diseñador belga Olivier Debie acusó que le habían plagiado su diseño del teatro de la ciudad de Lieja.
Aunque el Comité Organizador negó el plagio, semanas después tuvo que salir a descartar el trabajo del japonés Kenjiro Sano y abrir un nuevo concurso que en abril de 2016 definió como ganador al trabajo de Asao Tokolo, que propuso un círculo ajedrezado en color índigo.
Un estadio faraónico
El proyecto original de Tokio 2020, del arquitecto Zaha Hadid, era construir un estadio olímpico, llamado Estadio Nacional, con techo retráctil y un costo superior de 2.1 mil millones de dólares (mdd); pero debido a las críticas tuvieron que cambiar el diseño para plantear un escenario más barato y de menor tamaño que fuera funcional para después de los Juegos Olímpicos. La segunda propuesta quedó a cargo del arquitecto japonés Kengo Kuma y fue inaugurada desde 2019.
Hello, our Stadium! 🏟
— #Tokyo2020 (@Tokyo2020) December 15, 2019
The #Tokyo2020 Olympic Stadium is ready to host the world. 🙌🏻😍🌏#RoadToTokyo 🇯🇵 pic.twitter.com/eRGe9tbDhP
Altas expectativas por la clausura en Río
El Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, apareció caracterizado de Mario Bross durante la ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos de Río 2016 en el estadio Maracaná. Ante la algarabía de los presentes apareció la imagen de la japonesa Nintendo, uno de los símbolos tecnológicos del país del sol naciente, para dar pie a diferentes dibujos de manga y la presentación terminó con niños japoneses formando la palabra arigato (gracias) como agradecimiento al mundo por designar a Japón sede olímpica en 2020 y el mensaje ‘See you in Tokyo”.
The Maracanã is turned red for @Tokyo2020 and #JPN! pic.twitter.com/Wd1wFdv9CB
— Rio 2016 (@Rio2016) August 22, 2016
Fueron poco menos de 15 minutos de la ceremonia en la que recibieron la medalla olímpica, pero con una precisión espectacular que desde ese momento generó expectativas sobre lo que harían en la inauguración planteada para el 24 de julio de 2020.
El encendido de la antorcha
El 12 de marzo de 2020, cuando el mundo se alistaba para cerrar actividades por el Covid-19, se levó a cabo el encendido de la llama olímpica en la ciudad de Olimpia, Grecia. El evento se llevó a cabo con menos público del que tiene tradicionalmente, y el fuego tuvo un recorrido por Grecia antes de llegar a la base militar de Matsushima, Japón, el 20 de marzo; pero no pudo comenzar su recorrido y fue resguardada en el Museo Olímpico de Tokio, frente al estadio olímpico.
El Covid y la pausa obligada
La presión sobre el COI y el Comité Organizador se acrecentó cuando países como Canadá y Australia informaron que no acudirían a unos Juegos Olímpicos en 2020, es Comité Olímpico de Estados Unidos hizo una encuesta en la que la mayoría de los deportistas preferían posponer las competencias. Así, el 24 de marzo, a cuatro meses de la inauguración oficial, el gobierno de Japón y el COI anunciaron que se postergaban hasta el verano de 2021. Semanas después se definió como fecha de inauguración el 23 de julio de 2021.
El costo por aplazar los Juegos, de acuerdo a reportes, ronda los 2 mil 800 millones de dólares adicionales y el gasto total, según las cifras oficiales, es superior a los 15 mil millones de dólares, aunque especialistas estiman que puede ser el doble.Cuando Japón ganó la sede, consideraba un costo de siete mil 300 millones de dólares.
La caída del líder
A poco más de cinco meses del inicio de los Juegos Olímpicos se presentó la renuncia del presidente del Comité Organizador de Tokio 2020, Yoshiko Morí. A inicios de febrero el ex primer ministro dijo que las mujeres “hablan demasiado” durante las reuniones y que si hubiera más en los comités, éstas se extenderían.
Una ola de críticas se produjo sobre él y sobre la organización bajo el contexto de que pocas mujeres participan en los consejos y de que en Japón pocas mujeres tienen puestos directivos de alto nivel. Días después fue nombrada como presidenta del Comité Organizador Seiko Hashimoto, medallista olímpica en Albertville 1992 y quien ya trabajaba en la planeación de los Juegos.
A video message from the newly appointed Tokyo 2020 President HASHIMOTO Seiko.
— #Tokyo2020 (@Tokyo2020) February 25, 2021
Read President Seiko's recent address to the IOC Executive Board: https://t.co/5g2SEFv3KF#UnitedByEmotion #Tokyo2020 @Olympics @Paralympics pic.twitter.com/wP7ztdiKe4
Juegos Olímpicos sin público extranjero
El 20 de marzo de 2021 el gobierno de Japón, respaldado por el Comité Olímpico Internacional y el Comité Paralímpico Internacional, anunció que no permitirá la entrada de aficionados extranjeros a los Juegos Olímpicos. El golpe económico será de altas dimensiones para Japón, pues estimaban recibir en el año olímpico a 10 millones de turistas extranjeros adicionales a su cuota de 18 millones en el año previo a la pandemia de Covid-19. Las ganancias de los países sede son la venta de boletos para las competencias y la derrama económica por turismo. Japón no tendrá ninguna.
El inicio del recorrido
El 25 de marzo comenzó el recorrido de la antorcha olímpica por las 47 prefecturas de Japón, partiendo desde Fukushima, donde en 2011 un terremoto y un posterior tsunami provocaron un accidente en la planta nuclear e esa ciudad. Diez años después Japón quizo enviar al mundo un mensaje de esperanza y de haber superado la tragedia, como esperan que sean los Juegos Olímpicos con el Covid-19.
La postergación de eventos
La FINA anunció hace pocas semanas que suspendía sus eventos clasificatorios en deportes acuáticos debido a las restricciones de las autoridades japonesas y la falta de garantías para llevarlos a cabo de forma segura. Los eventos de natación artística y clavados, programados para abril, fueron afectados, y recientemente se anunció su reprogramación a partir de mayo.
La incertidumbre, a 100 días del inicio
Las encuestas a los habitantes japoneses muestran que una parte importante de la población sigue prefiriendo que se cancelen o posterguen los Juegos Olímpicos, su plan de vacunación también marcha lento y la antorcha ya se dirige hacia Tokio. El concepto del COI y el Comité Organizador de Tokio 2020 es que los Juegos serán la luz al final del túnel, y están empeñados en llevarlos a cabo porque en caso de ceder la próxima cita olímpica sería su archirrival China, con los invernales de Beijing 2022 el próximo febrero.