Una de las promesas más emocionantes del atletismo buscará representar dignamente a la República Dominicana en los 400 metros planos de Tokio 2020
En un campo de Don Gregorio, Nizao, la misma tierra que vio nacer al Salón de la Fama, Vladimir Guerrero, también es la cuna de una de las atletas más prometedoras de la República Dominicana: Marileidy Paulino.
“En Nizao todos somos Paulino, Guerrero o Valdez”, bromea la carismática corredora quien fue la deportista dominicana número 19 en clasificarse a los Juegos Olímpicos.
Con 24 años de edad, la velocista fue la primera atleta de campo y pista que logró su boleto a Tokio 2020 con un tiempo de 50.31, que de paso logró implementar una nueva marca nacional en los 400 metros planos.
Pero hace aproximadamente siete años la historia pudo haber sido diferente. Marileidy se pudo haber convertido en una estrella del balonmano e incluso quien sabe si pudiera haber sido una de “Las Reinas del Caribe”.
En su escuela Alirio Paulino de su tierra natal, su profesor de educación física notó sus habilidades cuando en salto superaba con creces a todos y a todas de su nivel.
“Mi profesor vio mis aptitudes e hizo algunos contactos. Comencé a jugar balonmano y voleibol, pero tuvo que dejar este último hacía los saques con demasiada fuerza y la pelota siempre se iba lejos y fuera”, sonríe Paulino.
Pero en 2015 aproximadamente comenzó con el atletismo y dejó a un lado el balonmano, donde estuvo a punto de hacer la Selección Nacional, y de momento la decisión pinta que fue la acertada.
Marileidy buscará en Tokio representar dignamente al país y está enfocada en conseguir una medalla, para lograr ser el orgullo de su madre, su abuela, sus 10 hermanos y todo un país.
“Para los Juegos Olímpicos llegaremos fuerte y con Dios para cumplir con las metas trazadas. Seguir compitiendo constantemente ha sido la clave para ir mejorando los tiempos, incluso Usain Bolt lo ha dicho, lo que lo mantuvo fue seguir compitiendo con atletas de nivel y eso hemos seguido haciendo”, señala Paulino.
El camino no ha sido fácil ya que la pandemia del Covid-19 complicó las cosas al inicio del año pasado.
“Con lo del distanciamiento y restricciones, tenía que irme a entrenar sola al estadio de béisbol. Mi entrenador me mandaba por Whatsapp las rutinas y yo hacía lo que se me indicaba tanto en exteriores como en mi casa. No se podía perder la forma”.
Además Paulino confiesa que durante el proceso se contagió de Covid-19 hace algunos meses, pero que gracias a Dios estuvo prácticamente asintomática y no tuvo secuelas.
“Nunca perdí el enfoque y Dios mediante estaremos cumpliendo los objetivos”, finalizó Paulino, quien es muy activa en sus redes sociales gracias a los hábitos de aprender de social media en tutoriales y la lectura de estrategias de comunicación.