Los argentinos Maximiliano Arce y Franco Dal Bianco, líderes del ránking A1 Padel, conquistaron este domingo el Panamá Open tras concretar una gran remontada en la final ante sus compatriotas Agustín 'Loco' Torre y Nicolás Egea para terminar ganando por 3-6, 7-6 (0) y 6-2 y, de esa manera, lograr su ¡octavo! título de la temporada.
¡Qué díficil es derrotar a los número 1! En Panamá, Torre y Egea -pareja de ocasión, conformada por la baja del compañero habitual del Loco, el uruguayo Diego Ramos- hicieron todo lo que se debe hacer para ganar: tuvieron un mejor arranque que sus rivales, supieron mantener la concentración ante la mejoría de sus oponentes y hasta lograron reengancharse en la final cuando todo parecía perdido.
Pero no alcanzó.
Porque enfrente estuvieron unos camaleónicos Nº1, que sin estar en su mejor día, supieron adaptarse a cada condición adversa, luchar y sufrir hasta el límite para terminar imponiéndose.
El primer set fue una exhibición de Torre, que tuvo una de las mejores performances de su carrera. Le salió todo lo que intentó. Espectaculares drop shots, tiros ganadores de volea barriendo toda la zona de ataque y potentes smash de definición.
Con Dal Bianco falto de confianza en su principal arma, el remate, a los líderes del ránking les fue imposible contrarrestar el vendaval Torre, que además estuvo muy bien acompañado por un Egea que hizo a la perfección el trabajo del jugador de drive.
En el segundo parcial, Torre-Egea sostuvieron el nivel. Pero lo que cambió el panorama fue que Arce-Dal Bianco empezaron a encontrar su nivel y, a la vez, comenzaron a jugar más tácticamente para evitar que el Loco siguiera desparramando magia por toda la cancha.
Apenas una chance de quiebre hubo en esa manga: fue para los Nº1, que no la pudieron aprovechar. La paridad era máxima y la llegada del tie break, una consecuencia lógica.
En el desempate salió a relucir la mentalidad híper ganadora del salteño y el bonaerense. Cambiaron la estrategia y pasaron a un modo más agresivo para intentar asfixiar a sus rivales desde el primer punto, y lo lograron.
Por primera vez en la final se vio desconcertados a Torre y Egea: no pudieron ganar un solo punto y el score del tie break fue un lapidario 7-0.
El Loco comenzó el tercer set visiblemente frustrado. Y no era para menos: tras haber jugado uno de los mejores partidos de su vida, tenía que empezar de cero.
Los Nº1 detectaron eso y lo aprovecharon, quedándose con el servicio rival en el game inicial y consolidando en el segundo.
Parecía que se venía una catarata de puntos para Arce-Dal Bianco.
No tan rápido.
Porque a puro aliento, Egea -que en este torneo demostró que tiene el nivel para mantenerse en los primeros planos del A1 Padel- logró reencausar a su compañero.
Detuvieron la sangría y, enseguida, lograron el contrabreak. Un nuevo comienzo se asomaba, cuando minutos atrás parecía que tenían todo perdido.
Pero enfrente estaba la mejor dupla del circuito.
En otra muestra de fortaleza mental, a los Nº1 no les afectó la levantada de sus oponentes. Recuperaron el break en el sexto juego y, ahora sí, dieron el golpe de gracia.
Fue demasiado para Torre-Egea y hubiera sido demasiado para casi cualquier otro binomio de A1 Padel.
Arce-Dal Bianco se llenaron de confianza y ya no permitieron más remontadas para, así, cerrar el pleito con un 6-2.
Lo dicho: ¡Qué difícil es derrotarlos!