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Vóleibol: Las Panteras sienten que 2023 fue el año del trampolín hacia objetivos más ambiciosos

La asunción de Daniel Castellani como entrenador principal de Las Panteras, en su primera experiencia como conductor de un equipo femenino, abrió una temporada 2023 cargada de expectativas y, también, de ciertas incertidumbres. Había quedado atrás el positivo ciclo de Hernán Ferraro, con la segunda participación olímpica consecutiva, en 2021, y la histórica clasificación a la segunda fase del Mundial, en 2022. Empezaba una nueva era.

Los signos de pregunta se trastocaron en certezas: tanto para las jugadoras como para el cuerpo técnico, 2023 fue un “trampolín”. Un año que, anhelan, sea la plataforma de despegue para el gran objetivo: meterse de lleno en el segundo pelotón internacional, con plena conciencia de que los equipos top aún están muy lejos.

Hacia el interior del ecosistema de Las Panteras están convencidos de haber encontrado una identidad de juego y una sinergia colectiva y humana que les permite ilusionarse con trepar unos cuantos escalones. “Sin riesgo no hay victoria”, había planteado el nuevo entrenador –que fue símbolo de la Selección masculina como jugador y técnico- durante la preparación del equipo. Apostaba por un juego menos conservador, más agresivo.

En el estreno oficial de un ciclo de cinco temporadas hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, Las Panteras ganaron por primera vez en la historia la Copa Panamericana. “Esa medalla de oro nos dio un plus para entender que estamos para jugar por cosas importantes”, dijo la capitana Victoria Mayer en diálogo con ESPN. “Creo que más allá de una evolución en el juego, que está relacionado con gran parte del equipo jugando en ligas del exterior, también hubo un clic mental en el que Daniel tiene mucho que ver”, agregó la armadora. “Siento que construimos algo especial en todo sentido. En los entrenamientos, en la parte humana y en la relación con el nuevo cuerpo técnico. Además de ser un lugar de alto rendimiento, la Selección implica mucho estrés por los resultados y por las metas a cumplir”, remarcó la central Candelaria Herrera. “Por supuesto, también genera orgullo y responsabilidad el representar a tu país y ponerte la camiseta celeste y blanca. Disfrutamos más del proceso de crecimiento que de los resultados, que igualmente fueron muy buenos”, apuntó la sanajuanina, consolidada como referente en juego y actitud. “El cambio de staff fue un plus, porque nos aportaron mayor conocimiento y propusieron un vóley más moderno. Nos plantearon con honestidad a lo que podemos llegar en los próximos años. Y se plasmó en algunos muy buenos resultados en el corto plazo”, remarcó la central Bianca Farriol, otra de las jugadoras que se transformó en marca registrada por juego y una garra contagiosa.

En la cima panamericana

En 19 ediciones anteriores, la Copa Panamericana había sido bastante esquiva para Argentina: apenas tres podios (2008, 2013 y 2015) y unas cuantas ubicaciones muy deslucidas (10ª en 2006, 9ª en 2005 y 2018). “¿Con qué objetivo vamos? Hacer podio”, había dicho la cordobesa Yamila Nizetich antes del primer torneo oficial del ciclo Castellani. “Estamos en uno de los mejores momentos de la historia de Las Panteras”, agregó en aquel momento. La primera fase arrojó como saldo dos triunfos (frente a México y Chile) y dos caídas (Puerto Rico y República Dominicana). De todos modos, lo mejor estaba por venir. Primero, un sólido triunfo sobre Canadá en cuartos de final y, más tarde, un trabajoso 3-1 sobre Estados Unidos en semifinales, para meterse por primera vez na final de la Copa Panamericana.

El partido por el oro, contra el local Puerto Rico, fue un thriller. Puro suspenso. Arrancó con un claro 2-0 albiceleste. Pero aparecieron todos los fantasmas cuando las boricuas forzaron el tie-break. La capacidad de lucha, afianzada durante el torneo, y la mente fría en los momentos decisivos, arrojaron luz sobre cualquier posible sombra: 15-6 en el quinto capítulo, para dar una vuelta olímpica soñada y más que merecida. Fue, además, la consagración de Bianca Cugno, de apenas 20 años, quien fue distinguida como Jugadora Más Valiosa (MVP), máxima anotadora y mejor sacadora del torneo, en el que, por supuesto, integró el equipo ideal como opuesta.

Plata sudamericana después de 10 años

Desde Puerto Rico, aún conmocionadas por la coronación en la Copa Panamericana, Las Panteras viajaron hacia Recife, Brasil, para disputar el Sudamericano. Al debut con victoria 3-1 sobre Perú le siguió un tropiezo frente a la Verdeamarilla (0-3, con una distancia muy grande para las locales) y un claro 3-0 sobre Chile.

El plato fuerte se sirvió en la última cena: victoria en sets corridos sobre Colombia para subirse al segundo escalón del podio después de una década, con un partido descomunal de Farriol (18 puntos, 10 de ellos en el segundo set) y Nizetich (14, con 8 en el tercer capítulo) y muy sólidos aportes de Candelaria Herrera y Daniela Bulaich. Ese 3-0 permitió trepar en el ranking mundial y desplazar a las colombianas, en un cabeza a cabeza vertiginoso. “El punto más importante de ese Sudamericano fue el triunfo sobre Colombia. Y nos quedó el desafío pendiente de ser más competitivas al enfrentar a Brasil”, reflexionó Castellani en diálogo con ESPN. Las actuaciones de Herrera fueron tan consistentes que se transformó en la única argentina en integrar el equipo ideal del torneo, en una formación plagada de brasileñas: en su puesto, el de central, compartió galardón con la consagradísima Thaisa.

Identidad de juego

“Durante toda la temporada fuimos conociendo e incorporando la idea que nos transmitió el cuerpo técnico y seguimos reforzando nuestra identidad, que se basa en ‘agredir’ en cada pequeño detalle y tomar riesgos. En jugar con intensidad y ‘molestar’ constantemente a los rivales”, explicó la capitana Mayer. “El staff técnico planteó que debíamos jugar más rápido. Además, agregamos pelotas por la punta, por el centro y como zagueras. Tener un sistema es fundamental para entendernos más fácil, y creo que hemos dado un salto en ese sentido. Cuando nos hacemos sólidas jugando juntas es cuando mostramos nuestra mejor versión”, detalló Herrera. “En cuanto al juego, siento que dimos un gran salto de calidad en el saque. En los momentos que jugamos bien desde ese aspecto técnico podíamos meter en dificultad a los rivales”, añadió Daniela Bulaich. “Para mí fuimos progresando mucho en ataque y saque”, apuntó Farriol sobre la evolución del equipo en 2023.

El Preolímpico, un desafío mayúsculo

El Preolímpico, en Japón, representaba un desafío mayúsculo, casi imposible. En las primeras cuatro fechas, Argentina enfrentaría a tres de los ocho mejores equipos del mundo. Solo había dos pasajes rumbo a París 2024. Era luchar contra molinos de viento.

Más allá de dos derrotas en sets corridos, frente a Brasil y Japón quedaron muchas señales positivas en cuanto al juego. Y en el tercer juego llegó el rugido de Las Panteras: una clarísima victoria sobre Bélgica, con un 3-0 inédito frente a rivales europeos, con Farriol, Cugno y Bulaich como figuras, pero con una solidez colectiva muy elocuente. En la fecha siguiente, la Albiceleste volvió a mostrar sus garras. Le arrebató un set a Turquía, N° 1 del mundo y campeona de la VNL y del Europeo 2023, con un segundo parcial de altísimo nivel, al que solo la descomunal Melissa Vargas (cubana nacionalizada turca) le puso algo de suspenso. Luego, Vargas y Ebrar Karakurt mostraron su calidad de estrellas superlativas y desequilibraron la balanza. “En el Preolímpico tuvimos picos de rendimientos muy buenos frente a equipos que tienen otra calidad técnica y física, como Turquía. Contra los equipos del segundo pelotón empezamos a ser competitivos: les ganamos a Bélgica y Bulgaria y se nos escapó con Puerto Rico”, sintetizó Castellani en su conversación con ESPN. En ese sentido, el equipo pareció desinflarse en los partidos que a priori sonaban como fundamentales para asentar el crecimiento: tropezó con Puerto Rico después de estar 2-0 arriba (2-3), sufrió hasta la última bola para ganarle a Bulgaria 3-2 (18-16 en el quinto) y le costó una enormidad ganarle a un adversario con un potencial muy inferior como Perú (3-2, con un tercer set inverosímil: 10-25).

Sin bronce en los Panamericanos

Revalidar el bronce de Lima 2019 en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 era la última meta. Un luchado 3-2 sobre el local Chile en cuartos de final, el 1-3 en contra en las “semis” contra República Dominicana y el tropiezo en cinco sets frente a México en el juego por el bronce marcaron el camino del equipo. “El equipo volvió a mostrar lucha y superación, pero nos quedamos un poco tristes porque se nos escapó el bronce del que estuvimos tan cerca. Pasada esa tristeza, sabemos que México hizo un muy buen torneo y también se merecía la medalla”, afirmó Castellani. “La medalla era el objetivo en Chile y no se pudo dar. Pero me siento contenta por el trabajo que realizó el equipo. Era un torneo duro, en una época complicada en la que varias jugadoras no tuvieron permisos de sus clubes. El balance es positivo”, sostuvo Daniela Bulaich, capitana albiceleste en el torneo. “Traté de aportar mi conocimiento y mi garra en un plantel que se armó en muy poco tiempo. Aunque no nos conocíamos tanto, en la cancha dimos otra imagen. Y aprecio mucho eso que logramos, porque entregamos todo en cada partido. Más allá de que no conseguimos la medalla, las juveniles tienen futuro y seguramente pronto las veremos en el plantel de mayores”, remarcó Farriol.

Un 2024 muy atípico

Sin clasificación olímpica (no consiguió su pasaje en el Preolímpico de Tokio y está lejos de las cinco plazas a través del ranking mundial) y sin un lugar fijo en la Liga de las Naciones (VNL), el gran torneo anual de la FIVB, la selección argentina femenina tendrá un 2024 muy particular: una temporada con pocos desafíos oficiales. El cuerpo técnico comandado por Daniel Castellani diseña la preparación para el clasificatorio para la Copa Challenger (la Copa, a jugarse del 3 al 7 de julio, otorga el ascenso a la VNL), una serie de amistosos en el país y luego la Copa Panamericana (21 al 31 de agosto, en México). “El 2024 es un año que utilizaremos sobre todo para preparar a las atletas más jóvenes, con el objetivo de que puedan estar listas para ser parte de la Selección Mayor en los siguientes torneos. Evaluaremos renovaciones, para tener el equipo más competitivo posible para el Mundial 2025”, destacó Castellani.