Los All Blacks prevalecieron en los últimos minutos y superaron 35-23 a los Springboks en un partido repleto de emociones. Los dirigidos por Ian Foster, el receptor de todas las críticas de la prensa neozelandesa, se recuperaron de la derrota de la semana pasada y no se borraron de la pelea por el Rugby Championship.
Ellis Park fue el escenario para el partido que en la previa atraía no solo por ser el segundo cruce entre estos equipos en el Rugby Championship. El mal rendimiento del partido anterior y el descenso al quinto puesto del ránking de la World Rugby fueron los condimentos más sobresalientes en una de las últimas chances de Ian Foster por mantener su puesto como head coach de los hombres de negro. El primero en decir presente en esta situación, que como antesala tuvo errores de manejo de pelota inusuales en los neozelandeses, fue Ardie Savea con una excelente corrida por punta para instalar a su equipo en campo rival. Sin embargo, los errores de los propios no le permitieron a los All Blacks volverse con puntos en estos primeros ataques.
Los Springboks, por su parte, tampoco supieron sacar provecho a las ventajas que otorgó su rival y el encuentro se metió en un ida y vuelta con mucho juego lento en la mitad de la cancha. Fueron por descarte las defensas las grandes protagonistas de los primeros 24 minutos, en algunos casos regalando tackles salvadores como lo fue el de Jordie Barrett a Pieter-Steph du Toit, quien se había escapado luego de una intercepción.
La paridad la terminó rompiendo Richie Mo'unga con un penal que llegó gracias a una gran jugada entre Ioane y Jordan. Esos tres puntos despertaron a los hombres de negro. A los poco minutos llegó su primer try a través de su capitán, Sam Cane. El tercera línea recibió en la punta y se tiró de cabeza para terminar generándole su primer pequeño respiro de alivio a Ian Foster.
Aquella corrida de Ioane y Jordan fue un antes y después en el partido. Los All Blacks encontraron en el juego con sus backs la clave para manejar el encuentro y marcar su segunda conquista, esta vez en manos del joven Samisoni Taukei’aho. A pesar de esto, los campeones del mundo pudieron mantenerse en partido con el try de Lukhanyo Am y el penalazo de mitad de cancha de Handre Pollard; y plantaron duda en los neozelandeses, que se llevaron el primer tiempo 15-10.
El complemento recibió a unos Springboks determinados a hacer valer el buen cierre del tiempo anterior. Este arranque de los locales tomó totalmente por sorpresa a los All Blacks y los forzó a defenderse a metros de su ingoal. A pesar del esfuerzo, Mapimpi-a quien le había anulado ya un try- encontró el espacio en la punta y voló hacia el ingoal para poner a su equipo a tan solo un punto de los neozelandeses, que persistieron gracias a la puntería de Richie Mo'unga. Pero la intensidad de los sudafricanos terminó haciendo efecto y con quince minutos por jugarse, los Springboks se pusieron arriba 23-21 con un nuevo penal de su número 10.
Como si ya no fuese cuesta arriba, Beauden Barrett recibió la amarilla en la acción que generó el penal de los sudafricanos. Sin embargo, la pérdida de su apertura no frenó la respuesta de los All Blacks. Luego de otra gran jugada de Ioane, Havili apoyó para devolverle el liderato a los neozelandeses. Ya con Beauden Barrett de nuevo en cancha, los dirigidos por Ian Foster aseguraron su victoria con la conquista de Scott Barrett. Fue victoria 35-23 para la tranquilidad del head coach de los neozelandeses.