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Agustín Ormaechea: " El día a día es duro"

La tranquilidad de Mont de Marsan no es ajena a la pandemia por el coronavirus que azota buena parte del mundo. Allí, Agustín Ormaechea, el uruguayo que hace siete años juega en el equipo homónimo de la ciudad, deja pasar los días y espera que se defina como va a terminar el ProD2 para su equipo.

Desde el encierro casi permanente que implica la cuarentena, el jugador de Los Teros charló con Scrum y habló de las especulaciones sobre el torneo. “Esta semana se iba a definir. Hablando con los entrenadores, la ven bastante mal, va a ser muy complicado porque quedan 7 fechas de la fase regular. Habría que hacer una mini pretemporada de dos semanas de entrenamientos cuando volvés, luego jugás un amistoso y en la cuarta semana recién podés jugar. Los contratos acá son hasta junio”, cuenta el back.

- ¿Cómo es el día a día con la cuarentena adentro de casa?
- Es una locura la ciudad y eso que es chiquita, tiene unos 50 mil habitantes. Parece una película apocalíptica. Salís a la calle y ves a la gente con mascarilla y guantes. Hay muy poca gente en la calle, pero por ahí ves una cuadra de cola para entrar en el supermercado. Uno no cae que por un virus este así parado el mundo. Se tomaron las medidas de hacer cuarentena obligatoria. El día a día es duro. Dos días antes de que la decreten y, al ver las medidas que se tomaban en Italia y Francia, me la vi venir, salí a comprar todo y por suerte me armé un gimnasio. Tengo un jardín y me entreno lo máximo posible y hago unos cursos online que me mantiene la cabeza ocupada. Después juegos, series, tratar de leer un poco, volví a los libros.

- ¿Qué estás leyendo?
- Aprovecho para estudiar y hago unos cursos en línea de ejercicios: musculación y halterofilia que es algo que me gusta y mucho. Acá la tengo a mi novia que me banca mucho y entrena conmigo. Hace 2 años nos dieron la posibilidad de inscribirnos en los cursos en el club, vienen de ciudades de acá cerca y está bueno. Vi la posibilidad y nos metimos con Carlos Muzzio (NdeR: argentino que juega en Mont de Marsan).

- Llevás 7 años en el mismo club, ¿cómo ves tu futuro?
- Este fue un año complicado porque en el mundial con Fiji me lastimé el acromio e hice cosas para poder jugar en ese momento. Cuando volví, tuve que recuperarme así que hice un trabajo distinto. No tuve muchas chances de jugar y con la lesión no tuve tanto juego como me hubiese gustado. Con el tema del coronavirus, parece que se termina la temporada y va a estar complicado. Ahora estoy hablando con otro equipos, ya que hace siete años que estoy en el mismo club. La verdad es que estoy en tratativas con muchos, pero me dicen que sí y la verdad es que hoy están con la cabeza en otra cosa. Los clubes están viendo sus economías, que no se les vaya ningún auspiciante, entre otras cosas.

- ¿Y el contacto con Uruguay es mucho más seguido en esta época?
- Al estar acá estás un poco acostumbrado a hablar con familia y amigos. Forma parte de la rutina. Para mí es un plus que mis amigos están en la misma y charlas más que en otros tiempos. Hacemos esas charlas multitudinarias que no se escucha nada. Hablamos todos bastante más. Eso es positivo.

- ¿Qué cosas te diste cuenta en estos días que en lo cotidiano uno no le presta demasiada atención?
- Aprecias muchas más las cosas cotidianas que son comunes y que ahora, al estar encerrado se extrañan. Ir al club, juntarte con gente, salir a tomar algo, ir a entrenar. Por ahí, a veces cansa ir todos los días a entrenar y ahora querés ir. Lo das por sentado que se hace y ahora lo extrañas. Nos dimos cuenta que el mundo estaba haciendo las cosas mal. Hay menos contaminación, estábamos a mil y esto te hace poner la pelota al piso y pensar. Había que parar porque esto iba a explotar.