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De la gasolinera al octágono UFC, la increíble historia de Polyana Viana

Polyana Viana of Brazil celebra su victoria por sumisión sobre Maia Stevenson en su debut peleando por UFC el 3 de febrero de 2018. Photo by Buda Mendes/Zuffa LLC/Zuffa LLC via Getty Images

Polyana Viana debutó en el UFC Fight Night 125 hace poco más de un año. Fue en la cartelera estelarizada por Machida vs Anders, donde se enfrentó a Maia Stevenson y la sometió mediante una llave de estrangulamiento. En agosto último, en una de las peleas del UFC 227 - estelarizada por Dillasahw vs Garbrandt 2 – Viana sufrió su primera derrota a manos de J.J. Aldrich por decisión unánime. Este sábado 2 de marzo, en la cartelera inicial del UFC 235, ella regresa al octágono para enfrentar a la estadounidense Hannah Cifers, que viene de perder ante Maycee Barber en el UFC Fight Night 139 (Korean Zombie vs Rodríguez).

Antes de llegar a la UFC, no obstante, Polyana fue protagonista de una increíble historia de vida. La apodada "Dama de Hierro", en un episodio que tuvo amplia repercusión internacional, causó sensación tras haber inmovilizado a un ladrón que pretendía asaltarla en las calles de Río de Janeiro. Sin embargo, por detrás de una mujer de mucha fuerza física, existe una madre, “la mamá de Deivid”, el pequeño dueño de todo su amor materno y que también es parte de esta historia.

FRENTE A FRENTE: Polyana Viana (10-2-0) vs. Hanna Cifers (8-3-0)

Cinta marrón de jiu-jitsu, Polyana comenzó a entrenar a los 21 años, una edad tardía comparada con otros atletas que han practicado las Artes Marciales Mixtas desde sus primeros años de vida. Ella nació en un pequeño pueblo de apenas 25 mil habitantes, São Geraldo do Araguaia, en Pará y allí tuvo su primer contacto con la lucha.

"Desde muy niña jugaba fútbol, futsal, pero de las artes marciales sólo conocía la capoeira. Todo lo demás, para mí, era sólo cosa de televisión”, confesó Polyana en entrevista telefónica con ESPN. "Aún no sabía que eran en verdad las MMA, ni tampoco que yo podía ser capaz de pelear, salir victoriosa y aún ganar dinero".

En 2013, un amigo con quien jugaba fútbol la llevó a entrenar jiu-jitsu. Después de tres meses, comenzó a participar en campeonatos y en su primera lucha enfrentó a una cinta negra de taekwondo, a la cual venció en el segundo round. Pasó luego a competir en torneos de jiu-jitsu brasileño y ganó un mundial en esa disciplina midiéndose contra luchadoras mucho más experimentadas.

‘En mi ciudad era la única jovencita luchando. Después, mi instructor quedó sin tener nada más para enseñarme. Yo seguía en la misma, mientras que en el resto de Brasil las otras luchadoras seguían evolucionando y aprendiendo cosas nuevas. Por ello tuve que salir fuera de mi ciudad a entrenar”, dijo. Polyana se mudó para Belém, sin embargo, después de un tiempo su nuevo entrenador tuvo que mudarse de ciudad, ella no pudo seguirlo a su nuevo destino y debió regresar a São Geraldo do Araguaia.

En esa época, ella peleaba para el Jungle Fight, lo que también debió interrumpir. “Yo gastaba mucho dinero con el entrenamiento y las luchas, entre una y otra, demoraban demasiado. Fue entonces que decidí parar, regresé a casa y empecé a trabajar como empleada de una gasolinera”, confesó, recordando la época en que se ganaba la vida llenando los tanques de gasolina de los vehículos en una estación de servicios.

Poco tiempo después, a través de Facebook, conoció a su representante, Alex Davis. Él aspiraba a llevarla de inmediato a entrenar en el American Top Team (Florida - USA), pero no fue posible. Polyana no tenía pasaporte ni tampoco dinero para solventar sus gastos. Ante esa imposibilidad, Davis decidió presentarla a Otavio Duarte del Tatá Fight Team (TFT) y ella se mudó para Río de Janeiro incoporándose al equipo.

Su transición para la UFC fue natural y rápida. Ya en tierras cariocas, el 7 de octubre de 2017, realizó una lucha en el WOCS47, en el cual se encontraba un “ojeador” de la UFC que evaluó positivamente su victoria sobre Pamela Rosa en el primer asalto por sumisión (armbar).

En enero de 2018, Polyana viajó a San Pablo donde asistió a la lucha de Thiago Marreta Santos contra Erik Anders (UFC Fight Night 137) y esa misma noche firmó su contrato con Ultimate.

“¡Fue como un sueño!”, exclamó. “Cuando empecé a entrenar y asistía a la UFC, yo me decía, ‘un día voy a luchar en un evento de esos’. Pero no esperaba que todo ocurriese de forma tan rápida, hay que recordar que yo había pasado un año sin entrenar”, resaltó feliz.

“A veces me miro al espejo y digo, ¡vaya, estoy en la UFC, estoy con la mochila de la UFC, estoy con mi nombre en la ropa de la UFC! “¿Sabes?, - hace una pausa y reflexiona - a veces una demora en caer en la realidad, porque (llegar a la UFC) es algo que todo atleta sueña. Y yo estoy aquí. Estoy muy agradecida por eso y agradecida a todas esas personas que confiaron en mí, que confiaron en mi trabajo”.

Todavía lejos del ranking, lo que no le falta a esta luchadora de 26 años es la voluntad de vencer. No obstante, Polyana mantiene los pies en la tierra y reconoce que aún necesita más experiencia para llegar a disputar un cinturón.

“Las chicas de mi categoría son muy buenas, rápidas, fuertes. Primero quiero ganar más experiencia, disputar algunas luchas y a partir de eso, puedo aspirar a disputar un cinturón o enfrentar a una alta clasificada en el ranking. Por lo pronto, creo que con quien muy pronto vamos a llevar un cinturón para Brasil será con Jéssica (Andrade).

Con un estilo de lucha donde parece priorizar el trabajo largo y la finalización, Polyana también confía en cerrar sus peleas por la vía rápida (KO) y recuerda que en Jungle Fight, venció por nocaut a Amanda Ribas. Sin embargo, confiesa que se siente más a gusto en la lucha a ras de lona (suelo).

“No debo mentir sobre eso. Ahora estoy entrenando mucho para la pelea sobre pie y me siento con más confianza también para el intercambio”, reconoce y admite que no pretende llevar la pelea al suelo en el puro desespero y optará por aprovechar todas las oportunidades.

Polyana demuestra ser una guerrera y, por cierto, ya está lista para la guerra. Más allá de esa determinación, finalizó diciendo que una de sus mayores dificultades en esta etapa de su carrera deportiva, es convivir con la nostalgia por su pequeño Deivid.

“Es muy difícil de enfrentar. No conseguí llevarlo a vivir conmigo en Río de Janeiro y ahora, entrenando fuera del país, queda más difícil aún hasta conversar con él por teléfono debido a la diferencia horaria”, se lamentó.

Sin embargo, más allá de esas nostalgias, ella no deja de dividir su orgullo. “Él (Deivid) dijo que desea ser médico y ojalá lo sea ¡Hasta promete que me comprará un automóvil bonito! La última vez que hablé con mi madre, le pregunté cómo le estaba yendo en la escuela y ella me respondió que su profesora lo elogiaba mucho”, dijo. Actualmente, Deivid vive con su abuela materna en Pará.

Palyana será parte de la cartelera preliminar del UFC 235 de este sábado en Las Vegas, contra Hannah Cifers en una pelea del peso paja. En el combate estelar del evento, se enfrentarán Jon Jones y Antony Smith, por el cinturón de la categoría semipesado. Además, en pelea co-estelar por el cinturón welter se enfrentan Tyron Woodley y Kamaru Usman.