Uno para ganar, dos para luchar

Mientras que el argentino Manu Ginóbili llega con todo para triunfar a la NBA, sus compatriotas, el "Colo" Wolkowyski y "Pepe" Sánchez, tendrán que ganarse su lugar con mucho esfuerzo

DE ARGENTINA AL MUNDO: Emanuel Ginóbili llega a la NBA despertando muchas expectativas. (AP)
BUENOS AIRES -- Es un reflejo. Uno de los tantos parámetros que se pueden tomar para calibrar el notable crecimiento del básquetbol argentino durante los últimos años. Claro, tal vez sea una de las señales más llamativas de ese crecimiento. Es que poner tres jugadores en la mismísima NBA es como "la cereza del postre", ese toque de distinguida calidad.

El arranque de la temporada 2002-2003 ofrecerá imágenes de Emanuel Ginóbili en San Antonio Spurs, de Rubén Wolkowyski en Boston Celtics y de Juan Ignacio "Pepe" Sánchez, cuando salga de la lista de lesionados, en Detroit Pistons, los tres en equipos con buen presente, lo que marca otro mérito.

Podría pensarse que el histórico segundo puesto de Argentina en el reciente Mundial de Indianápolis fue el desencadenante básico de la presencia de estos tres jugadores en la NBA. Sí puede ser medida para Sánchez y Wolkowyski, pero no para Ginóbili, quien se abrió las puertas del gran circo después de ganar todo en Europa.

Allí anida la diferencia fundamental entre estos argentinos: el nuevo jugador de los Spurs llega con enormes antecedentes, los que le permitieron acceder a un lugar de aceptable protagonismo para un novato. En cambio, los otros dos volverán a afrontar, como hicieron en el torneo 2000-2001, la dura lucha por mantenerse en un ambiente que no suele dar demasiadas oportunidades.

MANU GINOBILI LLEGA PARA HACER DIFERENCIA
Ginóbili desembarcó en San Antonio, equipo que aspira a complicarle la vida a Los Angeles Lakers, y enseguida despertó expectativas. El ambiente del básquetbol estadounidense, que desconoce casi todo lo que sucede fuera de sus fronteras, recién lo descubrió en el Mundial, donde el argentino lució.

Allí, y en el puñado de partidos de pretemporada el escolta mostró que tiene todo para ganarse un respetado lugar en la NBA. Tiene la técnica y la capacidad atlética exigida en esta competencia, pero además entiende el juego. Esa virtud, de la que carecen muchos de sus actuales colegas norteamericanos, lo que llevó a la NBA a bajar su nivel con respecto a años anteriores, le permitirá marcar alguna diferencia.

En un equipo que se apoya en el efectivo y lujoso juego interior de Tim Duncan y David Robinson, Ginóbili podría contar con espacios para hacer valer su desequilibrante uno contra uno, arma clave en esta competencia. Es posible que en las primeras semanas el argentino no cuente con muchos minutos en cancha.

Es lógico, ya que además de recuperarse de un esguince de tobillo que le complicó la pretemporada, deberá pagar el precio de la adaptación del mecanizado juego europeo al de la NBA, más liberal, pero con distintas reglas.

Está claro que con el fichaje de Ginóbili San Antonio hizo una apuesta a futuro, como recambio natural del tirador Steve Smith y pensando en una media cancha junto al base francés Tony Parker. Pero tal vez los resultados surjan antes de lo previsto, convirtiéndose en un jugador de rápido impacto, porque el argentino llega maduro, confiado y dispuesto a triunfar.

PARA EL "COLO" WOLKOWYSKI LA CLAVE ES EL JUEGO FÍSICO
Lo de sus compatriotas parece ser distinto. Para Wolkowyski será será su segunda oportunidad. Hace dos temporadas el pivote no supo aprovechar las pocas oportunidades que tuvo en el decadente y desordenado Seattle. Sin embargo, en la insistencia radica su mérito.

Ahora es el glorioso Boston el que la abre sus puertas, valorando su confiable tiro de cuatro o cinco metros. Pero cuidado, porque en los Celtics, que basa todo su juego en la formidable dupla Pierce-Walker, tampoco le sobrarán las chances.

En un equipo que aspira a llegar a la definición de la Conferencia Este, Wolkowyski desarrollará un claro papel secundario, para el que debería endurecer su juego físico. Su continuidad en el equipo dependerá de si lo sabe interpretar.

PEPE SÁNCHEZ TAMBIÉN TIENE QUE GANARSE SU LUGAR
En la misma andará Pepe Sánchez. También se sumó a un equipo que le apunta a los primeros lugares en el Atlántico, pero su complicación es que será el tercer base del plantel, tras Billups y Atkins, lo que no le garantiza muchos minutos para intentar mostrar lo suyo, que no es otra cosa que seguridad para conducir el equipo y para defender.

Aun así, el base supo ganarse en su anterior paso por Philadelphia y Atlanta fama de buen profesional y de hombre exigente para entrenar, características que ningún equipo pasa por alto en una competencia jaqueada por continuos hechos policiales protagonizados por sus jugadores.

Al igual que Wolkowyski, Sánchez podría haber recalado en algún equipo europeo de buen nivel (fue campeón de la última Euroliga con el poderoso Panathinaikos), pero pudo más su respetable ilusión como deportista de ganarse un lugar entre los mejores. Y quienes persiguen esos desafíos siempre merecen respeto.

ALEJANDRO PÉREZ es periodista especializado en básquetbol desde 1986. Se desempeña como cronista del diario Clarín desde 1994. Además, es el relator de los partidos de básquetbol internacional de ESPN, columnista del SportsCenter Latino y de ESPNdeportes.com.

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martes, 29 de octubre