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Miami Heat o la excelencia de ganar sin el balón

Seguramente, la imagen que quedará del triunfo en el Juego 1 de Miami Heat ante Milwaukee Bucks tenga que ver con el grito desaforado de Jimmy Butler, con Tyler Herro y Kyle Korver como testigos dispares de sensaciones encontradas.

El clutch time, momento decisivo de los partidos de básquetbol en el que los que más saben cortan los cables en el momento justo, fue propiedad privada del escolta del Heat, quien se convirtió en el tercer jugador de la historia de su franquicia con un juego de 40 puntos en playoffs, sumándose a la lista de LeBron James y Dwyane Wade.

"Le dije a mis compañeros que posiblemente no les iba a pasar la pelota en algún momento. Anoté un par de tiros, y ellos dijeron: 'está bien por mí'.". No estaba bromeando Jimmy Buckets al hablar con ESPN: anotó 15 puntos en el cuarto decisivo, su máximo en un periodo en toda la postemporada y 12 en el tercero, su segunda mejor marca en un cuarto en playoffs. Además, este dato de Second Spectrum: 12 pases en el 1° cuarto (tres oportunidades de asistencia), 11 en el segundo (4), 9 en el tercero (2) y 8 en el último (0).

Sin embargo, este triunfo de Miami empezó mucho antes de Butler. Desde un punto de vista individual, además de Jimmy, contó con el aporte trascendental disfrazado de sapiencia del esloveno Goran Dragic en el armado para lastimar desde el primer pick central con puntos y asistencias (primer Heat con 25 unidades, cinco rebotes y cinco pases-anotación en juego de postemporada desde LeBron James en el Juego 5 de Finales de NBA 2014), los lanzamientos oportunos del novato Tyler Herro y Jae Crowder, y el aporte descomunal de Bam Adebayo (primer jugador del Heat con 15 rebotes y cinco asistencias en juegos continuados de playoffs).

Adebayo, además, se convirtió en el cuarto jugador de la historia con múltiples partidos de 15 rebotes en una única postemporada, sumándose a LeBron James (3) en 2012, Shaquille O'Neal (3) en 2006 y Hassan Whiteside (2) en 2016.

Lo más importante, sin embargo, no estuvo en lo individual sino en lo grupal. La armada del Heat, a diferencia de los equipos que cuentan con una estrella única, tienen a la suma de partes como argumentos para construir un todo. La estrategia de Erik Spoelstra, un entrenador top de la NBA pocas veces reconocido como tal, se abrazó con la brillante ejecución táctica. Cada pieza de Miami conformó un Tetris perfecto, con el balón pero mucho más sin él. "El básquetbol es como la guerra, en la que las armas ofensivas se hacen primero y siempre pasa un tiempo prolongado para que las defensas puedan contrarrestarlas", decía el célebre Red Auerbach.

Y tenía mucha razón. Porque si bien todos conocemos el poderío descomunal de Giannis Antetokounmpo, el jugador mismatchup por naturaleza, arma de destrucción masiva de la NBA en curso, Miami encontró la kryptonita para detenerlo. Vaya plan maestro del Heat: una cosa es diagramar una planificación de control y otra muy distinta poder llevarla a cabo sin fisuras.

El Heat viene haciendo las cosas realmente bien desde su llegada a la burbuja de Orlando. Disciplinados, obedientes, solidarios, los jugadores de Miami volvieron a tallar la piedra con el cincel del sacrificio. ¿Cómo lo hicieron? En primer lugar, reincorporándose de un primer cuarto desfavorable, en el que los Bucks anotaron 40 puntos para igualar su máximo de franquicia en un juego de playoffs en toda la historia.

El principal aporte de la estrategia fue abroquelarse en la pintura con rotaciones adecuadas y máxima concentración para evitar desajustes. Desde ese primer cuarto de 40 unidades en contra, Milwaukee sólo anotó 64 en los tres restantes. La defensa consistió en molestar a Giannis para que no pueda incursionar en la pintura con facilidad. Esto no solo afectó el rendimiento del talento griego, sino que impidió que se transforme en el faro de creación para que sus compañeros encuentren tiros abiertos. Y no solo fue un trabajo de atraparlo en ofensiva estacionada, sino también de limitar su accionar en transición, situación en la que su velocidad, sus zancadas profundas y su longitud de extremidades lo convierten en una ventaja sin comparación.

Veamos algunos números. Frente al Magic, Antetokounmpo anotó 18.8 puntos en la pintura, con 13.6 intentos y 69% en TC. Frente al Heat, en el Juego 1, solo seis unidades en tierra de gigantes (su 5° juego e la temporada con menos de 10 puntos en esa zona), seis intentos y 50% en tiros de campo. No solo eso: en el Juego 1, Giannis tuvo solo tres acciones de transición, pero solo una (¡1!) ocurrió después del cuarto inicial.

El básquetbol es un juego de puntería, pero también es un juego de distancia. Y este hermetismo edificado por el Heat, principalmente en el cierre, nos recordó a las limitaciones de Antetokounmpo en el Mundial de China 2019: una cosa es el Giannis que penetra con fiereza hacia el aro y otro el que tira. Nos informa Second Spectrum que Giannis finalizó el partido con una distancia de lanzamiento de 4.6 metros por tiro, su tercera más alejada en un juego en toda la temporada. Además, fueron 3.87 metros en el cuarto inicial, cuando mejor hicieron las cosas los Bucks, y cinco metros en el último, cuando el desenlace ya era inevitable. Si a eso le sumamos que los ocho tiros libres fallados por el griego son su máximo de carrera en un partido de playoffs, veremos cómo los fantasmas construidos por el Heat lograron meterse en su cabeza durante los últimos 36 minutos de acción.

De todos modos, no ha sido nuevo lo de Giannis contra Miami: entre serie regular y playoffs, promedia 23.3 puntos contra ellos, su tercera marca más baja. 17 tiros de campo, su cuarta peor. 5.8 pérdidas de balón, el máximo respecto a cualquier otro equipo. 11% en tiros de tres puntos, su segunda marca más negativa respecto a cualquier otro oponente. Y tiene un +/- de -15, el peor en comparación a cualquier otro rival de fuste. Todas estadísticas con mínimo de dos partidos jugados entre sí.

Y Antetokounmpo, que fue la punta de lanza que obligó a Milwaukee a jugar por fuera de su hábitat de control, impulsó a que la catástrofe alcance los afluentes. Tan es así que el equipo completo de los Bucks tuvo un promedio de lanzamientos de seis metros en el último cuarto (19.4 pies para ser más exactos), su segunda distancia más alejado en un cuarto decisivo según Second Spectrum.

Esta frustración, además, se llevó hacia el otro costado. Más allá de la inspiración profunda de Butler, Milwaukee permitió la imperdonable marca de 42 puntos en la pintura, 28 puntos procedentes de pérdidas y 15 de segunda chance. En pocas palabras, Spoelstra llevó a Mike Budenholzer y sus dirigidos al lugar exacto que quería en la previa.

"Estuvimos aquí antes", dijo Antetokounmpo tras la caída en el juego debut a AP. "Nos fuimos 0-1 ante Orlando, nos pasó lo mismo el año pasado con Boston... hombre, tenemos que salir al segundo partido. Nuestra temporada está en disputa. Tenemos que salir, jugar duro, mirar el video, hacer los ajustes, ser agresivos, hacer las acciones correctas y así posiblemente ganaremos".

Observar, analizar, corregir y ejecutar. Merced a su excelencia defensiva, la primera batalla estratégica y táctica quedó en manos del Heat.

Sin embargo, nada está dicho aún. Esta historia, por fortuna para todos nosotros, recién ha comenzado.