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Larga historia entre Mariano Rivera y Edgar Martínez

NUEVA YORK – La clase de 2019 del Salón de la Fama del Béisbol incluye a dos peloteros que no pudieron haber seguido un camino más distinto en su rumbo a ser exaltados al Salón de la Fama del béisbol: el panameño Mariano Rivera y el puertorriqueño Edgar Martínez.

Pero algo más siempre unirá las carreras de los inmortales de Panamá y Puerto Rico: el hecho que Rivera siempre consideró a Martínez su out más difícil. Y los números lo confirman con elocuencia.

Nadie en la historia logró batear ante Rivera como Martínez, quien se fue de 19-11 en sus 23 apariciones en contra del estelar lanzador. El castigo incluyó tres dobles, dos jonrones y tres bases por bola, acumulando un promedio de bateo de .579 con slugging de .652 y OPS de 1.053.

“Edgar me tiene que llevar a cenar, tal vez mañana o uno de estos días”, bromeó Rivera ante las carcajadas de la audiencia durante la rueda de prensa. “¡Es por mi cuenta que tu promedio de bateo es mejor! ¡Así que por eso me debes una cena!”.

“Edgar era uno de esos jugadores, especialmente en sus primeros años, a quien nunca quería ver en una situación difícil”, agregó el panameño. “Cuando enfrentas a un bateador como Edgar, realmente tienes que siempre tener lo mejor”.

Otros grandes toleteros tuvieron éxito en contra de Rivera a través de su carrera, pero ninguno como Martínez. Entre jugadores con al menos 20 turnos en contra de Rivera en sus 19 campañas en Grandes Ligas, sólo 12 cuentan con un promedio de bateo de .300 o más, entre ellos David Ortiz (.348) y Carlos Delgado (.381), pero ninguno se acerca al .579 de Martínez, promedio que aumenta a .675 (de 16-10) al considerar sólo sus turnos durante la campaña regular.

“Incluso si le conectabas un hit, no sentías que le habías conectado un hit”, explicó la leyenda de los Seattle Mariners, sin dar crédito a sus números en contra del mejor cerrador de todos los tiempos. “Uno nunca se siente cómodo en el plato cuando se enfrenta a Mariano, y en los momentos claves siempre buscaba la forma de sacar de out a uno”.

Martínez fue también curiosamente el último bateador que Rivera enfrentó durante su brevísimo desempeño como abridor con los New York Yankees, lo cual consistió de sólo 10 aperturas durante su campaña como novato en 1995.

El bateador designado conectó un sencillo en contra de Rivera el 5 de septiembre de 1995, remolcando precisamente al también puertorriqueño Joey Cora, y cimentando su lugar en el bullpen por el resto de su legendaria carrera.

“Independientemente de los resultados, cada turno al bate fue una batalla; fue sólo suerte”, enfatizó el siempre modesto Martínez. “Puede que tenga buenos números, pero cuando empezaba a ponerse tarde en el juego y sabías que ibas a tener que enfrentarte a Mariano, siempre sabías que iba a ser un desafío”.

La exaltación de Rivera nunca estuvo en duda. Ampliamente considerado el mejor cerrador de todos los tiempos, con una suma inédita de 652 salvamentos y una efectividad de por vida de 2.21, la cual disminuye a un ínfimo 0.70 en postemporada, y cinco anillos de Serie Mundial, era sólo cuestión de esperar los cinco años requeridos tras su retiro para otorgarle su merecido puesto en Cooperstown.

Rivera recibió el 100 por ciento de los votos, convirtiéndose en el primer pelotero en ser electo de forma unánime, sobrepasando a Ken Griffey Jr., quien fue exaltado con un porcentaje de 99.3 de las boletas en 2016.

Martínez por su parte tuvo que esperar 10 años para finalmente ser nombrado en al menos el 75 por ciento de las boletas electorales, con los votantes finalmente reconociendo la candidatura de un pelotero que pasó la gran mayoría de su carrera como bateador designado como digno de un puesto en Cooperstown.

Fue así como Rivera y Martínez se convirtieron en el primer dúo de peloteros latinos en ser elegidos en una misma clase durante el proceso de votación regular del cuerpo de escritores de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés).

Ambos hablaron ampliamente del orgullo de su herencia latina durante su rueda de prensa la tarde del miércoles, 23 de enero, en Nueva York, donde se presentó oficialmente a la Clase de 2019 del Salón de la Fama, la cual también incluyó a los lanzadores Mike Mussina y el fenecido Roy Halladay.

“No hay palabras. No hay palabras para resumir un momento como éste”, admitió Rivera en un aparte con ESPN Digital. “Estoy sumamente agradecido y sumamente contento por lo que ha pasado. Es como ponerle el sello a toda mi carrera. Siendo yo que rompiera esa barrera, un hispano que rompiera esa barrera de ser unánime, cien por ciento, es algo increíble”.

“Este premio para mí ha sido especial para Latinoamérica y para Panamá”, continuó. “Vengo de un pequeño pueblo de pescadores llamado Puerto Caimito en Panamá, y estar aquí hablando del Salón de la Fama es algo que mi mente no puede comprender”.

Rivera es el segundo canalero en el Salón de la Fama detrás de Rod Carew, en 1991, y Martínez es el quinto boricua, junto a Roberto Clemente (electo de forma póstuma en 1973), Orlando Cepeda (electo por el Comité de Veteranos en 1999) y Roberto Alomar (2011) e Iván Rodríguez (2017).

“Este momento es muy especial ya que estuve esperando por 10 años. Pero llegó el momento”, señaló Martínez. “Como puertorriqueño es de mucho orgullo estar junto con esas glorias de Puerto Rico – Clemente, Cepeda, Alomar e Iván Rodríguez. Para mí es un orgullo”.

La entrada formal de Rivera y Martínez al Salón de la Fama, la cual sucederá cuando se cuelguen sus placas en el pabellón el próximo mes de julio en Cooperstown, Nueva York, elevará a 17 el número de peloteros latinoamericanos que forman parte de uno de los grupos más exclusivos del deporte.