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¿Qué ocurrió con la pelota del cuadrangular de Jorge Soler?

Tom Pennington/Getty Images

HOUSTON – Si usted estaba entre los millones de personas que vieron el Juego 6 de la Serie Mundial en casa, lo último que vio de la pelota que el slugger de los Atlanta Braves despachó por la vía del jonrón fue cuando ésta desapareció sobre la vía del ferrocarril del Minute Maid Park, hacia la oscuridad de la noche.

Eso fue lo que también vio Manuel Ramos, mientras presenciaba el partido desde el balcón del apartamento de su hermano Richard. Sin embargo, pudo verlo unos segundos antes. Ocurre que dicho apartamento está ubicado al otro lado de la calle del Minute Maid Park. También ocurre que dicho apartamento ofrece vista al estadio cuando el techo está abierto, como fue el caso este martes, siendo una rara ocasión durante toda la temporada.

Por ende, luego de que Manuel y su hermano vieran cómo la pelota salió del estadio, vieron hacia abajo. Y fue entonces cuando se dieron cuenta de que la esférica estaba en la calle, a las afueras de la edificación con fachada de ladrillos conocida como 500 Crawford, el nombre de su calle.

El bambinazo de Soler, impulsor de tres carreras, viajó una distancia estimada de 446 pies desde el home plate, para caer en un toldo a las afueras del parque y rodar hacia la derecha, cayendo al suelo dentro de unas vallas que cercaban al estadio del resto del vecindario. Así fue como acabó dentro del campo visual del balcón del apartamento de Ramos. “Simplemente, quedó sobre la acera”, expresó Ramos a ESPN varios innings después.

Así que, en cuestión de minutos Shawnda, esposa de Richard, y Manuel salieron a la calle. Manuel estima que necesitaron aproximadamente ocho minutos para bajar hasta el lugar, para descubrir que el área cercada era inaccesible desde su ubicación.

Hablé con el personal de seguridad, diciéndoles: ‘Por favor, llévenme hasta allá’”, afirmó Shawnda.

Esa conversación terminó siendo el momento que Manuel necesitaba para entrar en acción. Mientras los guardias hablaban con ella, él saltó para aprovechar la oportunidad. De forma literal. “Creo que los distraje”, indica Shawnda. “Ni siquiera lo hice a propósito. Ni sabía que él había bajado [conmigo]”.

Manuel saltó la cerca, tomó la pelota, la escondió a medias dentro de su camisa y corrió para regresar a la reunión en la que veían el juego. Fue entonces, según indican, que los guardias de seguridad comenzaron a buscar la esférica… aunque sin éxito.

El grupo de amigos concentrado en el apartamento, siendo acérrimos seguidores de los Astros de toda la vida, se sintió decepcionado al ver el cuadrangular. Sin embargo, estaban emocionados por poseer una pelota bateada en un jonrón que selló la victoria en un encuentro de Serie Mundial.

Esta es la primera pelota que he visto salir del parque”, expresa Richard. “El techo casi nunca está abierto. Queremos quemarla si ganan los Braves”.

Y por supuesto, ganaron los Braves. No obstante, es poco probable que Richard cumpla con su promesa, sobre todo teniendo en cuenta el valor tentativo de su suvenir.

¿Qué tal $1 millón?”, dice Manuel, medio en broma. “No soy impulsivo. La retendré”.

Los hermanos afirman que los únicos recuerdos alusivos al béisbol que poseen son un par de asientos del antiguo Astrodome, y tampoco es que esta pelota tenga algún valor sentimental para ellos, porque el cuadrangular propulsó a los Braves a alcanzar un cómodo triunfo sobre los Astros, para alcanzar el título de Serie Mundial.

Así que, si Soler quiere la pelota, los hermanos Ramos están dispuestos a escuchar.

Nadie me ha contactado aún”, afirma Manuel.