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Superar el club 50-50, utópico para la versión dos vías de Ohtani

Lo mejor para los fanáticos de Dodgers y Ohtani es tomar las cosas con calma, ahora que volverá a ser jugador de dos vías


Shohei Ohtani acaparó reflectores y fue absoluto protagonista en 2024, desde el revuelo que causó su firma millonaria, multianual, con Los Angeles Dodgers hasta los números que dejó al final del calendario.

El japonés viene de la mejor temporada ofensiva de su vida en la que firmó un exorbitante 9.2 de WARb. Concentrado en batear únicamente, como fue el caso de la campaña 2024 en que la recuperación de la cirugía del brazo de lanzar le impidió trepar a la loma, Ohtani resultó un fuera de serie en las Grandes Ligas. A unos días del arranque de la temporada 2025, en la que se estima su regreso a jugador de dos vías, la interrogante es si podrá nuevamente tener una campaña de números ofensivos nutridos, una a la altura del club que inauguró en la historia del juego: al menos 50 jonrones (54) y 50 bases robadas (59) o incluso superior.

Ohtani llegará con 29 años a la temporada 2025 y el 5 de julio celebrará su cumpleaños 30, con ocho calendarios por delante comprometidos con Dodgers gozará de estabilidad, pero luce sumamente difícil, por no decir casi imposible, que repita la proeza de una temporada 50-50 o de un WARb ofensivo de más de 9.0.

El espectacular nipón debió someterse a su segunda cirugía Tommy John y no lanzó en todo 2024, compensó esa ausencia con creces en la caja de bateo, lució su poder, pero debió pasar nuevamente por el quirófano, esta vez, al cabo de la temporada, para que le practicaran una artroscopía en el hombro izquierdo tras una subluxación que sufrió durante el segundo juego de la Serie Mundial, el pasado 10 de octubre. Dodgers se alzó campeón de las Grandes Ligas, pero esta intervención quirúrgica es la que ahora le impedirá actuar como pitcher en, al menos, los dos primeros meses del calendario.

Si el japonés quiere ser protagonista de otra temporada ofensiva como la de 2025 debe mantener un ritmo de al menos un jonrón y una base robada cada tercer juego para colocarse en la ruta de alcanzar de nueva cuenta la cifra de 50 vuelacercas y 50 estafas. Esto es prácticamente imposible si además se considera que, en algún momento de mayo, subirá a la loma nuevamente.

Ohtani nunca ha actuado como pitcher con Dodgers. La última vez que lanzó fue en 2023, todavía en el roster de Los Angeles Angels, cuando dejó un récord de 10-5 y 3.14 de efectividad. En 2022 vivió el que ha sido, hasta ahora, su mejor año desde el montículo, con una marca de 15-9 y una efectividad de 2.33.

Si tomamos como referencia ese año de 2022, encontramos que a la ofensiva tuvo una marca de 34 jonrones, una cifra muy por debajo de los 46 que disparó en 2021 y de los 44 que conectó en 2023. Su promedio de bateo en 2022 fue el más bajo de los últimos tres años, con .273, y su tasa de robos fue la más baja de los últimos cuatro años, con apenas 11, siendo que en los otros tres años robó al menos 20 almohadillas.

Es decir, si Ohtani también lanza, aunque aproveche los primeros meses de temporada enfocado en sólo batear, será prácticamente imposible que tenga una campaña tan robusta con el madero como la de 2024 y será muy interesante ver la manera en que el manager Dave Roberts dosifica la labor del nipón en el lineup y en la rotación.

Con base en las fórmulas avanzadas, Baseball Reference proyecta una temporada de 40 cuadrangulares y 30 robos de base. Es decir, una merma del 26 por ciento en el caso de los cuadrangulares y de 49 por ciento, prácticamente la mitad, en el rubro de almohadillas robadas.

Desde otra perspectiva, se lee que esa disminución ofensiva es el precio deportivo que los Dodgers pagarán por tener en el montículo a un lanzador que ofrece garantías apenas por encima del promedio, en una rotación que de por sí es un desfile de estelares de alto calibre y que Roberts deberá barajar: Tyler Glasnow, Tony Gonsolin, Yoshinobu Yamamoto, Roki Sasaki, Blake Snell, Clayton Kershaw, Dustin May, Landon Knack, Gavin Stone, Emmet Sheehan y River Ryan, sencillamente impresionante.

Si Ohtani regresa a la acción monticular en mayo y se mantiene sano, estará proyectado para realizar, cuando más, unas 20 aperturas en temporada regular, pues hay que considerar que los californianos fácilmente pueden tener una rotación de hasta seis brazos, a diferencia de otros clubes que pasan penurias para completar un cuerpo de abridores de cinco elementos. En ese sentido, las victorias para Shohei podrían proyectarse entre siete o nueve.

La temporada está por comenzar y Ohtani querrá que sea un año en que la balanza entre su valor ofensivo y como lanzador esté equilibrada, a satisfacción de unos Dodgers convertidos en un trabuco impresionante y que esperan repetir el título mucho antes que el nipón tenga una temporada histórica en alguno de los rubros individuales.

La expectativa es máxima, pero lo mejor para los aficionados de Dodgers y particularmente de Shohei Ohtani es tomar las cosas con calma. Superar la explosiva campaña ofensiva 2024 de Shohei Ohtani es una suerte de utopía, incluso para Shohei Ohtani, máxime en su regreso a la categoría de jugador de dos vías.