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Pandemónium en el Hiram Bithorn en festejo de Dominicana

SAN JUAN -- Cuando el patrullero central de los Toros del Este, Rubén Sosa, capturó un elevado para el out 27 del juego final de la Serie del Caribe 2020, el terreno del estadio Hiram Bithorn se convirtió en un verdadero pandemónium.

Cientos de fanáticos, dominicanos en su mayoría, se lanzaron a la grama a celebrar junto con los peloteros.

Uno que tuvo muchas razones para celebrar fue Pete O’Brien, el primera base cubanoamericano, que redondeó un invierno de ensueño, al ser el Jugador Más Valioso de LIDOM y repetir el premio en la Serie del Caribe.

“Fue algo increíble. Tremenda experiencia. Desde que llegué al equipo me sentí como en casa, me sentí como en familia en este equipo. Tengo tremendo orgullo por poder representar al país y llevar el trofeo para allá”, dijo O’Brien, en medio de una muchedumbre que trataba de llevarse un saludo del pelotero, apodado en LIDOM como “el cubano irlandés”.

Sobre la diferencia del estilo de juego y de vida entre el béisbol estadounidense y el caribeño, el MVP dijo: “Me encanta. Se juega con mucha pasión, con mucho apoyo de los fanáticos. Es béisbol, pero distinto, más alegre”.

Por su parte, el manager puertorriqueño Lino Rivera fue profeta en su tierra y consiguió su primera Serie del Caribe, colofón de una de las temporadas invernales más espectaculares de cualquier equipo en la historia.

“Fue una temporada de ensueño. Después de un mal comienzo, vieron cómo las cosas empezaron a darse. Lo que más me impresiona de este equipo es la entrega. Ojalá que los jóvenes que siguen la LIDOM copien el ejemplo de este grupo que nunca descansó, por tal de darle el mejor espectáculo posible a la afición”, manifestó el dirigente.

En medio de la locura, sobresalía entre la muchedumbre la inmensa humanidad de Jumbo Díaz, el relevista que protagonizó el momento humorístico de la noche, al capturar una rola de Alexi Amarista al montículo y correr a toda velocidad para pisar él mismo la primera base y completar el out.

“Eso fue producto de la adrenalina del juego. Podía haber lanzado la pelota, pero esa es la emoción del juego. Creo que podría competir corriendo contra Félix Sánchez”, comentó jocosamente el gigante de seis pies y cuatro pulgadas de estatura y 300 libras de peso, refiriéndose al bicampeón olímpico dominicano de los 400 metros con vallas.

El puertorriqueño David Rosario, luego de trabajar toda la campaña con los Tigres del Licey, vino como coach de pitcheo, invitado por el manager Lino Rivera, ante la ausencia de su entrenador Phil Regan.

“Es un gran honor. Le doy gracias a Dios, a Lino y a la gerencia del equipo por confiar en mí para venir a la Serie. Ganar aquí es algo especial, porque aquí en este estadio Lino y yo nacimos en el béisbol”, comentó Rosario.

Los Toros del Este son los nuevos campeones del Caribe. Desde que empezó la temporada invernal en República Dominicana, hasta que conquistaron el cetro en San Juan, sumaron 57 victorias, con apenas 26 derrotas en 83 partidos.