MÉXICO -- La Semana 14 nos entrega un choque entre dos pesos pesados de la Conferencia Nacional, cuando los Seattle Seahawks visiten a los Philadelphia Eagles.
Aquí hay tres puntos a seguir en el duelo imperdible de la jornada:
El sistema funciona. En Philly, Chip Kelly ha logrado en muy poco tiempo lo que nunca lograron los New York Jets con Mark Sanchez: encontrar un sistema ofensiva que le acomode a la perfección. Al frente de la ofensiva de los Eagles, las lecturas de cada jugada de pase usualmente dictaminan que al primer jugar que voltea a ver Sanchez está descubierto, o en su defecto el segundo. Eso habla de un gran trabajo de preparación durante la semana de Kelly, anticipando tendencias ofensivas, pero también hay otro factor del cual no se habla demasiado que tiene que ver con el buen momento de Sanchez. El sistema de comunicación de los entrenadores al casco de sus mariscales de campo se apaga cuando restan 15 segundos en el reloj de jugada. En el caso de los Eagles, se forman tan rápido para la siguiente jugada ofensiva, que Kelly todavía tiene abierta la comunicación con Sanchez cuando el balón está a punto de centrarse. Eso le permite señalarle puntos específicos de la defensiva en cada oportunidad, algo que no sucede con el resto de los equipos que tardan más en preparar sus jugadas ofensivas. A Nick Foles no le agradaba tanto tener a Kelly en el oído a la hora de los ajustes sobre la línea, pero Sanchez ha recibido con los brazos abiertos la ayuda adicional.
La lucha en las trincheras. Uno de los motivos por los cuales Philadelphia dominó con tanta sencillez a los Dallas Cowboys en el Día de Acción de Gracias, fue su línea ofensiva. Los Eagles sufrieron varias lesiones a principios de año, pero poco a poco van recuperando la salud, no obstante Todd Herremans es el único titular de tiempo completo que no regresa la unidad. Jason Peters está en la conversación por el mejor tackle izquierdo de la liga, y no sólo eso, sino posiblemente sea el mejor liniero de la NFL a la hora de bloquear en espacios abiertos, algo que se aprovecha a menudo con los diferentes pases pantalla que envían los Eagles. La defensiva de los Seahawks poco a poco va recuperando, también, la salud y la forma. Sin embargo, no cabe duda que del año pasado al actual, la mayor diferencia se nota en la línea defensiva, donde el recambio fue importante. La línea es el eslabón débil de la defensiva de Seattle, si es que tienen uno, y será fundamental no permitir que sean zangoloteados de un lado a otro como sucedió con Dallas.
Cierren las avenidas. Mucho se habla de la capacidad de Russell Wilson para comprar tiempo cuando siente presión el bolsillo, escapar por piernas, y encontrar de cualquier manera a un receptor descubierto, jamás bajando la mirada ni perdiendo de vista el objetivo primario: lanzar. Sin embargo, el mariscal de campo de los Seahawks hace más que eso. Wilson es actualmente N° 15 en la NFL en yardas terrestres, con 679 en 91 acarreos. Piensen un poquito en eso: solamente 14 corredores, hombres a los que se les paga ex profeso para ganar yardas terrestres, acumulan más que el pasador de Seattle. Y por supuesto nadie se acerca a promedio de 7.5 yardas por acarreos. Lo que hace más peligroso a Wilson que a ningún otro pasador de la liga, no solamente es que nadie es tan efectivo por tierra como lo es él, sino que aún en movimiento es capaz de lanzar un pase preciso cuando se requiere: una verdadera amenaza dual. Mantener a Wilson en el bolsillo, y convertirlo en un mariscal de campo unidimensional, deberá ser una de las prioridades defensivas de Philadelphia. Los apoyadores externos Connor Barwin, Trent Cole y Brandon Graham tendrán las manos llenas, porque los Eagles no querrán sacar a un hombre de cobertura de pase para asignar un espía permanente sobre Wilson.