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A Javier Aguirre se lo cargó el Payaso con todo y Rodeo

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Javier Aguirre se disculpa tras haber roto el protocolo sanitario (1:04)

Se divulgó en redes una imagen del 'El Vasco' en un evento social y esto dijo el entrenador al respecto. (1:04)

LOS ÁNGELES -- Javier Aguirre Onaindia Arraskaeta Landeta Goyado Alberdi Uriarte Garechana y Lanetarzúa, como suele presentarse en sociedad, sufre de todas las agravantes y goza de todas las atenuantes.

El Vasco ha sido aislado, segregado, por parte del Club Monterrey y la Comisión Disciplinaria. Además, pagará una multa de 5 mil dólares. Un video lo exhibe como un enjundioso bailarín a los ya casi 63 años, echándole ganitas y ritmo, como en aquel gol de inusitada técnica que le marca a Chivas en la Final del Torneo 83-84, para redondear el 3-1.

Aguirre violó los protocolos sanitarios impuestos por la Liga. Era la boda de uno de sus hijos, y en el video se aprecia cómo los invitados y familiares, cadenciosamente, cumplen con los acordes de Payaso del Rodeo, pero no cumplen con los protocolos sanitarios.

Nadie usa mascarillas, y ya se sabe que con el cuerpo en movimiento próximo al ejercicio, como en estos aeróbicos de ritmo lento, como para sexagenarios, la distancia recomendada es de 10 metros al menos, para que cuando la maquinaria pulmonar empiece a bufar, se reduzca el riesgo de contagio.

En otro video, éste divulgado por el equipo Monterrey, Javier Aguirre ofrece disculpas y explica que él, su esposa e hijos, están vacunados, pero él sabe que eso no lo excluye como portador, ni, obviamente, como punto de contagio, y él sabe que ninguna vacuna garantiza el 100 por ciento de inmunidad.

Más delicada es la situación si se confirma, como asegura SanCadilla, en el diario El Norte de Monterrey, que el auxiliar de Aguirre, Aldo de Nigris, ha sido afectado por el COVID-19. Si es así, y El Vasco lo sabía, agrega una dosis extra de irresponsabilidad.

Evidentemente, hay detalles a considerar, por lo que insistíamos al principio de este Blog, del que por cierto el mismo Aguirre suele ser un visitante confeso, hay pocas atenuantes y hay muchas agravantes.

1.- Aguirre explica que la directiva de Rayados estaba al tanto de la boda y de la consiguiente fiesta, a la que, es cierto hubo un número limitado de invitados. Es decir, Monterrey le dio permiso.

2.- Sustenta su decisión, en ese mismo video, como lo que se entiende, puntualmente, como una ilusión y una satisfacción, más que un compromiso: la boda de su hijo.

3.- ¿Está este suceso por encima de sus responsabilidades profesionales, laborales y civiles? Para el entrenador de Monterrey, sí. Y para muchos padres en el mundo, también, sin duda. Para Monterrey, seguramente no. Para los jugadores y sus familias, seguramente no.

4.- Me juego la cabellera a que si en privado, se le pregunta a El Vasco si volvería a hacer lo mismo, en el dado caso de que se case otro de sus hijos, respondería con ese léxico tan tepiteñamente suyo: “¡A güevo, cabrón! ¡Es la boda de mi hijo!”, con una de esas amplias sonrisas que se debaten entre el humor, el cinismo y la bronca. Para él, como para la mayoría, La Familia está absolutamente por encima de todo.

5.- De no haberse difundido el video, seguramente cortesía de un “amigo” muy íntimo, ¿Aguirre y Rayados habrían estado de acuerdo en un confinamiento y hacerlo público? ¿O habrían mantenido todo oculto? Porque, por ejemplo, si De Nigris es aquejado por el virus, por qué lo mantienen en secreto, cuando es obligación del club de reportarlo a la FMF.

6.- Durante la Pandemia, Javier Aguirre, personaje muy respetado y apreciado en los medios, dio una gran cantidad de entrevistas, desde su hogar en Madrid. A su peculiar estilo, relataba el dantesco escenario de una nación flagelada por el coronavirus, como lo ha sido España. Es decir, sabe de primera mano los estragos escalofriantes de esta pandemia.

7.- El Vasco es un hombre culto. Tipo de mundo, consumidor de libros, de museos y de películas, y que seguramente entendía la obscenidad de su falta. Por lo tanto, aquí, sólo cabe agregar a la lista de reclamos tres elementos: premeditación, alevosía y ventaja. Si sabía los riesgos, sabía las consecuencias, especialmente al quedarle claro hoy que entre su lista de invitados acudió un Judas inesperado.

8.- Rayados se queda sin director técnico dos semanas. Aguirre estará ausente mañana ante el Atlético Pantoja, equipo dominicano que puede exigir nuevos exámenes de COVID-19 a Rayados por la indisciplina de su entrenador y la presunta enfermedad de De Nigris. Además, El Vasco se pierde los juegos ante dos equipos de entrañable impacto en su historial como entrenador y jugador: Pachuca y Chivas. Regresaría al Clásico ante Tigres.

9.- Internamente, Rayados contempla dos medidas, según medios regiomontanos: suspender el pago de estas dos semanas o imponer otra multa a su entrenador.

10.- Hay un mensaje equivocado para el grupo de jugadores. ¿Basta entonces que notifiquen a su directiva que van a tener una pachanga al ritmo del Payaso del Rodeo para que no se los cargue el Payaso con todo y Rodeo, a menos que surja un indiscreto y traicionero video?

11.- ¿Erosiona la autoridad de Javier Aguirre ante el grupo? Hay ese riesgo. Afortunadamente para el entrenador, su personalidad y temperamento son capaces de amainar cualquier intento de rebelión o de disidencia, porque, seguramente, en el reencuentro, con el poder de la palabra, hasta soltará un chantaje sentimental que provoque risas en el plantel.

12.- Este desliz de Aguirre lo agrega a una legión de entrenadores, a la cual parecía que no pertenecía, más allá de aquella patada que le recetó al panameño Ricardo Phillips, dirigiendo a la selección mexicana en la Copa Oro 2009. Lo ubica al lado de Miguel Herrera y sus múltiples exabruptos, y junto a las histerias del Tuca Ferretti, y el hecho de estacionar su Ferrari en zona exclusiva para personas con discapacidad, aunque no llega a la lista de apestados por estar involucrados en sobornos y cohechos, como el caso de Gustavo Matosas, entre otros.

Y para cerrar, quiero reiterarle algo. Le apuesto a Usted mi cabellera a que ante esa pregunta de si volvería a hacerlo, irresponsable, ladina, pero francamente, Javier Aguirre respondería sin dudarlo: “¡A güevo, cabrón! Es la boda de mi hijo”.

(Postada: sé que Usted, lector, tiene un granito de morbo en la lengua. ¿Por qué a Amaury Vergara no lo multó la Comisión Disciplinaria por acudir a la boda de su primo, esa misma noche que Chivas era humillado por el América? ¿No es acaso parte de la familia que rigen las normas del futbol mexicano? ¿Social y civilmente puede trasgredir las reglas de la FMF a la cual pertenece, y no verse confinado ni multado, sólo porque, aparentemente, no tiene contacto directo con jugadores? En este rodeo del futbol mexicano, no a todos se los carga el payaso.)