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Arriba los Celestes

Edinson Cavani, el celeste y la garra de la Selección uruguaya Ilustración Sebastián Domenech

El Celeste no es un color más si de fútbol estamos hablando. Es el color que pintó la hazaña más grande de la historia, el color que hizo posible lo imposible, el color del que están hechas las leyendas. La Selección uruguaya, vestida de celeste, hace 64 años le ganó a Brasil en el Maracaná y protagonizó el batacazo más resonante de todos los tiempos, un batacazo que quizás jamás sea superado. Por eso, el celeste no es un color más.

Celestes también son los Na'vi, la raza de extraterrestres que protagoniza la película Avatar, dirigida por James Cameron y estrenada en 2009. Estos humanoides habitan Pandora, una luna del planeta Polifemo, y en el año 2154 reciben la visita de una expedición de científicos de la tierra. Los humanos llegan a esta tierra desconocida en busca de un mineral muy valioso y es el marine Jake Sully, en el cuerpo de un Na'vi quien debe llegar al corazón mismo de Polifemo.

El desenlace de la película no será contado en esta ocasión, pero es necesario saber que se trata de una historia de amor. De amor entre un hombre y una mujer pero también de amor por los ideales. Allí es donde aparece la coincidencia con el fútbol uruguayo. La Celeste ha demostrado una y otra vez que para llegar a la gloria se necesita talento, corazón y, sobre todo, amor por el fútbol. Esa fue su receta.

Ante la inoportuna lesión de Luis Suárez, Edinson Cavani emerge como la principal carta de triunfo charrúa en la Copa del Mundo de Brasil 2014. Sí, Lucho ya dijo que llegará a tiempo, pero el delantero de PSG debe empezar a calzarse la ropa de estrella para liderar al equipo de Oscar Tabárez.

Alto, rápido, elegante, feroz. Cavani es un Avatar.